En nuestro desarrollo del ministerio hemos visto muchos que nunca habían experimentado la depresión hasta que entraron al ministerio pastoral, tuvieron algún conflicto significativo o desánimo en su ministerio

La esposa llegó a mi oficina y con un tono desafiante me dijo: “Los pastores mal emocionalmente no deberían pastorear, le hacen daño a su familia y le hacen daño a la iglesia”.
No sabía qué responder en ese instante, no sabía por qué me lo decía y mucho menos por qué me hablaba en la cara en ese tono.
“Mi esposo, él es el problema”; me dijo la mujer muy triste al hablar.
Al conversar con ella, la tristeza y decepción venía de tantas circunstancias difíciles en la iglesia, conflictos, confusión, difamación, y además habían mentido sobre él y perdió su reputación.
Su esposo entró también a mi oficina, se le notaba cansado, más bien exhausto, sin confianza en sí mismo. Parecía que había muerto una y otra vez, y aun así se resistía a morir.
Entendí a su esposa al entrar cómo me había dicho que los pastores heridos no podían sanar a nadie.
“Las personas que sufren enfermedades emocionales o tienen dudas sobre su fe, no deberían estar en el liderazgo de la iglesia”, me dijo nuevamente; “yo sé que él no está bien, y es muy irresponsable que salga a trabajar así, porque ser pastor es su trabajo, es como si un piloto saliera en ese estado a pilotar un avión, es imprudente”, finalizó e hizo silencio.
En nuestra conversación le hablé de 1ª Timoteo 3 y Tito 1, sobre las características de un hombre sensato, autocontrolado, doctrinalmente sólido, disciplinado, probado, santo, tolerante, comprensivo o compasivo, entre otros.
“Precisamente, una persona que no muestre estos atributos, sería peligroso ponerlo a liderar, poner a un hombre a pastorear un rebaño del pueblo de Dios que está luchando abiertamente con problemas emocionales, no es bíblico, es imprudente, peligroso y, como vemos en lo que usted leyó, es un blanco fácil para el enemigo”, continuó la esposa del pastor.
Esta conversación fue maravillosa porque permitió que este pastor pudiera iniciar un proceso de transformación junto a su esposa.
Si su pastor ha admitido problemas emocionales, necesita ser discipulado, no discipular a otros. Necesita descanso físico, no trabajo espiritual intenso. Necesita privacidad, no publicidad. Necesita oración diligente sin una presión abrumadora. Necesita dejar el cargo por un tiempo y cuidar su salud.
Hace unos años escuché la palabra ‘sabático’; la primera vez que la escuché fue en la universidad en boca de mi profesora de Microbiología; Isbelia Reyes, al solicitar un año sabático para irse a Canadá a hacer un postgrado.
La palabra me llamó la atención y al indagar descubrí que el sabático es cuando una persona se dedica al descanso o a una actividad diferente de la habitual. Y desde allí he estado indagando al respecto, posteriormente muchos años después lo escuché de David Kornfield y me impactó su aplicación a la vida pastoral, en una de nuestras entregas hablaremos de un artículo completo sobre el sabático.
Y lo menciono en esta oportunidad porque es necesario construir un ambiente en el que los pastores puedan, sin vergüenza ni culpa, decir: “Debo apartarme para ser sanado”, el sabático es una excelente opción para ello.
Si como líder espiritual y pastor estás enfrentando problemas emocionales, sufrimiento, dolor o adicción, debes dar un paso atrás y entender que está bien descansar.
Seguirás en el llamado cuando seas sanado y recuperado, no debes tener miedo de volverte irrelevante, innecesario u olvidado. No necesitas sentir que al tomar un tiempo para ti estás fallando, simplemente estás reconociendo que necesitas dar un paso atrás y restaurarte.
Pastorear en Venezuela es todo un desafío, regularmente escucho pastores sentirse muy mal, con problemas en su economía, porque lo que además de pastorear deben trabajar para buscar el sustento para su familia y esto hace que se cansen el doble, tienen una inmensa necesidad de descanso, pero no tienen los recursos para que eso suceda.
Al conversar con el pastor del inicio del relato, me comentó precisamente esto, estaba exhausto, cansado de tanto trabajo y mirar atrás y no ver los frutos, que se había deprimido.
Yo no sabía qué era la depresión, pero tuve que investigar para ver qué era lo que tenía y sentía, expresó.
Me comentó que se sentía triste y decaído de vez en cuando, pero no le había prestado atención porque estos sentimientos desaparecían pronto. Pero últimamente los sentimientos persistían y estaban afectando su vida diaria, como dormir, comer y pastorear.
La tristeza que sentía era persistente, además de ansiedad o vacío, acompañado de desesperanza y pesimismo, en muchas ocasiones mostraba irritabilidad, frustración e intranquilidad.
Me siendo culpable e inútil, con una impotencia en el ministerio y eso me causa una pérdida de interés, además que no encuentro satisfacción en las actividades diarias porque todos los días estoy fatigado, sin energía, me siento lento, y así es difícil pastorear. No me concentro, no recuerdo la palabra, no sé qué decisiones tomar, expresó.
Además de esto, su esposa me comentó que tenía problemas de sueño, no dormía bien, se despertaba muy temprano, o se dormía muy tarde, y eso alteraba sus comidas, por lo que había perdido mucho peso.
Tal vez has pasado por esto en el ministerio y eso no significa regularme que estés en depresión, para determinarlo debes presentar cinco síntomas de la enfermedad todos los días, casi todo el día, por lo menos durante dos semanas. Un estado de ánimo depresivo o la pérdida de interés o placer en casi todas las actividades, es solo un síntoma, así que no se autodiagnostique, en Línea Esperanza hay un equipo de profesionales de la salud mental dispuestos a ayudarte.
En nuestro desarrollo del ministerio hemos visto muchos que nunca habían experimentado la depresión hasta que entraron al ministerio pastoral, tuvieron algún conflicto significativo o desánimo en su ministerio y se sintieron en una confusa, cegadora y oscura cueva.
Cargar el peso emocional de los múltiples dolores, temores, ataques, sufrimientos y cambios de una congregación (sea pequeña o grande) es un llamado retador y muchos se sorprenden de lo que esto puede causar en su interior. Sin embargo, el camino de la tristeza es muy transitado, es el habitual sendero al cielo de la oveja, y todo el rebaño de Dios ha tenido que pasar por él, nos dice Charles Spurgeon.
Aún hay algunos grupos que critican que un pastor busque consejería, pero es algo bueno, aun en momentos cuando no sienten que están en crisis. La consejería y el tener a alguien que dé dirección a tu vida interna es un patrón sano para líderes espirituales en cualquier etapa.
Si este artículo te resonó, busca ayuda, Esperanza Pastoral ( https://lineaesperanza.com ) es una buena opción, pero también puedes buscar ayuda en tu organización o en tu iglesia local. No todos serán de ayuda ni te comprenderán, pero no temas hablar abiertamente del tema con los ancianos, si existen en tu iglesia. Una iglesia puede ser (y debe ser) un lugar de gracia para las personas, incluyendo líderes, que se están desmoronando.
En esta entrega solo te daremos algunos consejos útiles para enfrentar la situación y salir adelante juntos de la mano de Dios.
- Es muy común tener estos sentimientos
Aceptar que tal vez hay más personas iguales que tú, es un primer paso, el reconocer es parte importante de la transformación. Al leer los Salmos te darás cuenta que están llenos de palabras de creyentes desesperados, tristes, desesperanzados y confundidos. Tienen palabras para ti que no sabes que necesitas hasta que las necesitas. Son un consuelo tan sorprendente y profundo y además fueron inspirados por Dios, quien conoce lo que hombres y mujeres necesitan decir cuando no sabemos qué decir.
Dios sabe cuán desesperados podemos llegar a estar y nos ha provisto de palabras que podemos decir en esos momentos. “Toma”, nos dice, “usa estas palabras. Te ayudarán”.
Sí, el Espíritu gime por nosotros cuando sin palabras caemos como una frágil hoja, pero los Salmos nos proveen palabras, un lenguaje para cuando nuestras almas necesitan expresarse. “De angustia se derrite mi alma” (Salmo 119:28). “Cansado estoy de sollozar” (Salmo 6:6). “La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando” (Salmo 31:10). “No permitas que me trague el abismo” (Salmo 69:15). “Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde del sepulcro” (Salmo 88:3).
Estas palabras son como manubrios emocionales que nos ayudan a entender y a luchar con nuestras experiencias.
- Haz hábitos saludables
Muchos de nosotros dormimos menos horas de las que deberíamos y comemos más de lo que deberíamos. No hacemos ejercicio y trabajamos demasiado. Esto no solamente trae una mala salud, sino que nos lleva a estar emocionalmente enfermizos. Desarrollar hábitos saludables te da armas esenciales contra la depresión.
- Toma un día de reposo habitual
Lucha por tener un día libre a la semana. Resiste el justificar el saltarse los días de descanso. Come saludablemente y haz ejercicio. Te sorprenderá cómo eso puede ayudar tus pensamientos. Ora los Salmos. Desarrolla amistades saludables, aunque requiera que hagas ciertos sacrificios. A menudo los pastores conocen a todos superficialmente y a nadie profundamente. Apaga tu teléfono desde la cena hasta el desayuno. Toma constantes descansos de las redes sociales. Estos ritmos y hábitos no curan la depresión, pero sí realzan tu vida emocional.
- Asegúrese de conectarse con buenos y maduros amigos cristianos
Sea proactivo en la búsqueda de lugares para afianzar su autoestima fuera de los muros de la iglesia o de la actuación del último domingo por la mañana. Las buenas amistades nos ayudan a encontrar una base firme fuera del trabajo. No recuerdo cuántas veces el café, o la cena, o simplemente la risa con los amigos levantaron mi alma ansiosa.
- Asegúrate de que tu vida hogareña tenga su atención y oración
Los lugares donde nuestras relaciones son más intensas son los lugares donde nuestras emociones están en plena exhibición. Si no estamos atentos a la atmósfera de nuestros matrimonios y hogares, nuestra depresión o rabia sólo se magnificará con las personas que más amamos. Con oración intencional, nuestros hogares pueden ser santuarios en lugar coliseos romanos.
- Busca compañeros pastores
Hay que ser lo suficientemente audaces para buscar la ayuda de profesionales tan a menudo como sea correcto y prudente para usted hacerlo. Hay un estigma en gran parte de la iglesia sobre la búsqueda de ayuda profesional para este tipo de asuntos. Necesitamos superar eso y pasar tiempo con profesionales que nos ayuden a desenredar lo que nuestro trabajo nos enreda.
“La carne puede soportar solo un determinado número de heridas y no más”, decía Charles Spurgeon, “pero el alma puede sangrar en diez mil maneras, y morir una y otra vez cada hora”.
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Norbey Rodríguez es pastor de la Iglesia Cenfol, ha servido a Dios desde hace más de 23 años a través de diversos ministerios y organizaciones cristianas. Es fundador de la Línea Esperanza y el Programa Esperanza Pastoral que ha beneficiado a miles de cristianos en toda Latinoamérica. (www.lineaesperanza.com).