Debemos verlo y asumirlo como un llamado a la incorporación, la participación, la unión, la fe, la esperanza, la evolución, la hermandad y la recuperación de la dignidad de todos los venezolanos

He venido observando con mucha preocupación, desesperanza y dolor, la situación actual de nuestra amada tierra Venezuela, lamentablemente estamos ante una situación crítica en todos los aspectos básicos de la vida del venezolano. Por un lado, una sociedad quebrada, dividida y separada, sin contar con la capacidad económica de poder garantizarse la alimentación diaria, así como tener la seguridad de contar con un sistema de salud, que les garantice a todos poder afrontar cualquier problemática al respecto.
Por otro lado, la miseria en que está sumida nuestra economía nacional, por falta de políticas económicas que dirijan hacia un desarrollo integral y sustentable de la misma a lo largo del tiempo, para que genere riquezas y bienestar a sus ciudadanos. Obligan a los venezolanos abandonar el país, a sus familiares y seres queridos para tratar de conseguir ese bienestar necesario para el desarrollo y evolución humano. Dejando atrás de su paso familias separadas y desintegradas a lo largo del territorio nacional.
Vemos con mucho dolor cómo el espectro político nacional, tanto Gobierno como Oposición, muy lejos de preocuparse por brindar soluciones al país y a los venezolanos, malgastan su tiempo en permanencia y conquista del poder. Quedan distanciada, por no decir abandonada, la atención necesaria y primordial a la problemática nacional. El desentendimiento de ambos grupos políticos con las realidades y necesidades del país, no tiene límite, hasta podríamos clasificarlo de inmoral.
El trabajo de las diferentes iglesias, así como las organizaciones no gubernamentales, otros grupos de ciudadanos organizados y pequeñas facciones de los partidos políticos, procuran y desempeñan una extraordinaria labor de apoyo ciudadano a esa enorme cantidad de venezolanos que se encuentran en una posición de minusvalía, depresión y abandono de un sistema social, político y judicial que no les brinda esa seguridad necesaria para desarrollarse como sociedad y país.
Los pastores integrantes de la Iglesia Cristiana, de igual manera son instrumentos en la tierra de nuestro Dios Eterno y Padre Celestial para llevar su palabra de Fe y Esperanza, también tienen la obligación de cristalizar y hacer palpable cada uno de esos designios entre sus hijos los venezolanos.
Estamos en presencia de una batalla del bien contra el mal. Y somos nosotros los llamados para estar en la vanguardia de esa lucha. Nuestros miedos deben convertirse en fuerza de cambio liberadora, debemos dar ejemplo de constancia y valentía. Demostrarles a los venezolanos y al mundo que nosotros, la Iglesia Cristiana, unificada como un todo, tenemos la capacidad y la disposición, no solo de liberar, sino de transformar una nación completa, para su desarrollo y evolución social, económica y política.
Son estas las razones que me llevan a tomar la decisión y asumir con todas las responsabilidades que ellas ameritan, en plantearles en este momento histórico y decisivo para nuestra Iglesia, el país y la nación. El proyecto político: “Nehemías. El país que todos queremos”. Debemos verlo y asumirlo como un llamado a la incorporación, la participación, la unión, la fe, la esperanza, la evolución, la hermandad y la recuperación de la dignidad de todos los venezolanos.
En este proyecto no solo planteamos la diferente problemática nacional, sino también brindamos y aportamos ideas y soluciones a las mismas. Ya Venezuela y sus ciudadanos no están para discursos políticos y promesas que no se puedan cumplir. Seguir jugando con la fe y la esperanza de ellos es un insulto directo a nuestro Dios, Padre Celestial. Ya deben cesar en Venezuela todas esas prácticas políticas deshonestas, que lo que buscan es un beneficio personal de sectores y parcialidades políticas.
Invito a todos a sincerarnos con nosotros mismos y el país, asumir culpas y responsabilidades con todas aquellas familias y esos millones de venezolanos que tuvieron que partir o morir para conseguir un presente mejor. Por todos aquellos que todavía luchan y sueñan con un país digno de principios y valores donde desarrollarse.
Y finalmente, por todos aquellos que sueñan con un futuro de ética, fe, unión, esperanza y desarrollo.
Me honra presentarles la visión por la cual todos los venezolanos de buena fe, de ética, de honestidad y de moral debemos luchar para conseguir el sueño y ese país que todos queremos.
Nehemías es el Proyecto Nacional, vamos juntos y todos los construiremos.
Charly Sánchez
Coordinador del Proyecto Nehemías
charlyaruba98@gmail.com