(Agencias – Verdad y Vida).-
Con el impulso de Arabia Saudí, el pasado 27 de noviembre se puso en marcha la Alianza Islámica Antiterrorista, en la que participan 41 países musulmanes de la rama suní y que compromete a sus miembros a compartir recursos para enfrentar el terrorismo y el extremismo. La Alianza se confirmó en la reunión de ministros de Defensa de los 41 países y las autoridades palestinas celebrada en Riad. Al finalizar el encuentro, se emitió un comunicado en el que se señala que “el terrorismo representa un desafío para la seguridad y la paz internacional que sobrepasa las fronteras de los países y es ahora más fuerte que nunca”. Por ello, los participantes acordaron “cooperar para luchar contra el terrorismo a través del trabajo en equipo organizado”, destacó el mariscal Abdalá Saleh, el secretario general de la alianza. En su primera reunión, los 41 miembros aprobaron establecer un “mecanismo completo para hacer frente al terrorismo a nivel ideológico, mediático, financiero y militar”, según el comunicado. En el ámbito ideológico, destacaron “la importancia de denunciar el pensamiento extremista para poner fin a su expansión e influencia sobre los individuos y sociedades, mostrando los valores del islam moderado y su capacidad para convivir con los demás”.En este sentido también se expresó el anfitrión, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, en la inauguración de la reunión: “el terrorismo ha distorsionado la reputación de nuestra religión”, aseguró. Asimismo, subrayó que los países islámicos han enviando un “mensaje fuerte” de que están “trabajando juntos” contra el yihadismo con su presencia en Riad. “Hoy afirmamos que perseguiremos el terrorismo hasta que sea erradicado completamente”, agregó el príncipe, que también es ministro de Defensa de su país. En el ámbito militar, los ministros y otros representantes uniformados de los países miembros subrayaron la importancia de “hacer frente militarmente al terrorismo para mantener la paz y la seguridad internacionales”. También anunciaron que trabajarán para “poner fin a la financiación del terrorismo con una mayor cooperación e intercambio de información entre los países”, además de desarrollar “los procedimientos que impiden a los terroristas acceder a la financiación” de sus actividades. Además de Arabia Saudí, la Alianza Islámica Antiterrorista, fundada en diciembre de 2015 en Riad, la integran: Afganistán, Baréin, Bangladesh, Benín, Burkina Faso, Brunei, Catar, Chad, Comoros, Costa de Marfil, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Maldivas, Mali, Mauritania, Marruecos, Malasia, Níger, Nigeria, Omán, Pakistán, Palestina, Sierra Leona, Somalia, Senegal, Sudán, Togo, Túnez, Turquía, Uganda, Yemen y Yibuti.
Por el Islam pero sin libertad religiosa
La mayoría de los países que forman parte de la coalición mantienen legislaciones restrictivas en cuanto a derechos básicos, como la libertad religiosa, la libertad de conciencia o la libertad de culto. Algunos de ellos (Arabia Saudí, Somalia, Yemen, Comoros, Catar o Kuwait) se encuentran en la Lista Mundial de Persecución a cristianos que elabora cada año Puertas Abiertas. Bajo estos gobiernos de corte islámico, miles de cristianos tienen que vivir su fe a escondidas para no ser perseguidos, censurados o incluso encarcelados.Más allá de la manifestación extremista de estos grupos terroristas islámicos, no están haciendo otra cosa que lo que determina su libro sagrado, El Corán; es ahí donde está la orden de la dominación mundial final del islam, por las buenas o por las malas; para ellos quien no sea musulmán es un «infiel», y, por lo tanto, un reo de muerte.◄