(Agencias/ VyV – REDACCIÓN).-
Muchas personas en la actualidad se sienten ‘deprimidas’ por la situación en la que viven y porque piensan que no hay esperanza más allá de lo que sus ojos pueden ver. Lo cierto es que esta condición está afectando a más personas cada día, y en especial, personas con problemas evidentes de supervivencia en esta sociedad.
La depresión y los trastornos depresivos en general interfieren con el funcionamiento cotidiano del ser humano. Una depresión severa puede afectar y repercutir tanto en la vida de la persona que la padece como en la de sus familiares.
La mayoría de las personas deprimidas no buscan tratamiento o ayuda. Aun cuando todas (incluso quienes sufren de depresión severa) podrían recibir ayuda y sanidad. La verdad es que sanidad es la palabra clave en ese asunto, pues a pesar de la condición clínica que estas personas puedan presentar, la depresión es un problema espiritual.
¿De dónde proviene?
La depresión es una reacción «normal» del ser humano por decirlo de alguna manera, es una reacción a ciertos factores emocionales que distorsionan el buen juicio, la autoestima y el humor del individuo. La persona necesita de un balance espiritual y corporal para mantenerse sano.
Es muy difícil y muy poco probable para una persona mantener un cuerpo y una mente sana cuando en su vida sólo existen conflictos, rencores, odios, baja autoestima, recuerdos negativos, culpas, remordimientos, y sobre todo si no hay paz en su corazón. Estar en paz, va más allá del entendimiento humano, es un regalo de Dios.
Las enfermedades, especialmente las psicológicas son una manifestación del estado interno de la persona; el exceso de estrés, culpa, odio, vicios, rencores, baja autoestima, malos pensamientos y toda esta carga que arrastramos a través de nuestra existencia, es producto de una influencia espiritual negativa que, probablemente, busca desenfocarte de tu meta o propósito.
Esta situación, en muchos casos, se manifiesta al exterior afectando el cuerpo y por ende lo que la persona realiza. Estas situaciones se vuelven más pesadas conforme pasa el tiempo y se cree que llega un momento en que la persona interna colapsa (su espíritu está ya debilitado) y no tolera su carga para luego manifestarse de forma física.
Síntomas de la depresión
Una persona deprimida estaría manifestando conductas de lástima y desagrado a sí misma. Síntomas como: Inquietud, estado de ánimo triste, ansioso o «vacío» en forma persistente; sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo. Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones. También pérdida de peso, apetito o ambos; insomnio, trastornos de sueño y sus horarios; pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio e irritabilidad.
Para una persona deprimida, las terapias con médicos y la medicación puede tener como resultado una mejoría, pero se debe tener en cuenta en la sanidad total sólo se consigue abriendo su corazón a Jesús y aceptándolo como único Señor y Salvador.
Algunas recomendaciones
Particularmente se considera que los pensamientos negativos disminuyen con consejería, terapia y tratamiento, mas el problema desaparece entregando tus cargas a Dios y dejando que él tome control de tu vida.
Leer la Biblia y orar a diario fortalece el espíritu y hace que también se fortalezca la mente y ayuda aliviar cargas emocionales.
La Biblia y la depresión
El Salmo 143:3-10 da una descripción de la depresión que sentía David y de cómo sobreponerse a ella, realmente enseña a rechazar ese ataque del enemigo. Dice:
«Mi enemigo me ha perseguido con saña; ha puesto mi vida por los suelos. Me hace vivir en tinieblas, como los muertos. Mi espíritu está totalmente deprimido; tengo el corazón totalmente deshecho. Cuando evoco los días de antaño, y me acuerdo de tus grandes proezas y pienso en todo lo que has hecho, elevo mis manos hacia ti, pues tengo sed de ti. ¡Soy como tierra seca!
Señor, ¡respóndeme, que mi espíritu se apaga! ¡No te escondas de mí, o seré contado entre los muertos! Muéstrame tu misericordia por la mañana, porque en ti he puesto mi confianza. Muéstrame el camino que debo seguir, porque en tus manos he puesto mi vida. Señor, líbrame de mis enemigos, pues tú eres mi refugio. Tú eres mi Dios; enséñame a hacer tu voluntad, y que tu buen espíritu me guíe por caminos rectos» (RVC).
Luego de meditar en este Salmo se puede decir que la fuente de la depresión descrita aquí es nuestro enemigo, Satanás, que ataca el alma. La depresión oprime a una persona de poder y libertad espirituales. Nuestros espíritus (revestidos de poder y alentados por el Espíritu de Dios) son poderosos y libres. Sin embargo, Satanás busca oprimir el poder y la libertad de nuestros espíritus llenando nuestras almas con oscuridad y pesimismo.
En el versículo cinco, vemos la respuesta de David a esta situación. Recordar, meditar y reflexionar son todas funciones de la mente. Él obviamente sabe que sus pensamientos afectarán sus sentimientos, así que procura llenar sus pensamientos con la clase de cosas que lo ayudarán a superar el ataque a su mente. Piensa en Dios y las buenas cosas que Él hace. De igual forma, David conoce la importancia de la alabanza; levanta sus manos en adoración. Declara lo que realmente necesita: él necesita a Dios.
Generalmente, cuando la gente se deprime, es porque necesita algo, y lo busca en el lugar equivocado, lo cual sólo aumenta su problema. Sólo Dios puede dar agua al alma sedienta. No se engañe pensando que cualquier otra cosa podrá satisfacerlo plena y completamente. Correr tras lo que no es, siempre lo dejará decepcionado, y la decepción abre la puerta a la depresión.
David luego pide ayuda a Dios y espera su voz. Necesita que Dios le asegure su amor y bondad. Necesita la atención y la dirección de Dios. Se debe tomar en cuenta, que a través de este discurso, él mantiene su mente en Dios y no en el problema.
Finalmente, en el versículo 10, David busca la sabiduría, el conocimiento y la dirección de Dios. Quizás David esté indicando que él ha salido de la voluntad de Dios, y ha abierto la puerta para que su alma sea atacada. Él quiere estar en la voluntad de Dios porque comprende que es el único lugar seguro para estar. Entonces, le pide a Dios que lo ayude a permanecer estable. Quiere que sus alteradas emociones se nivelen, que no suban ni bajen.
Lo animo a meditar en la Palabra de Dios y aplicar sus principios a su propia vida. Permita que ella le traiga libertad y paz.
Toda persona debe reconocer que sin Dios, los problemas no tienen solución y en especial aquellas personas que se sienten mal anímica y espiritualmente, ellas son las que deben entregarse en los brazos del Señor para poder sanar completamente.
Si estás deprimido, entrégate al Señor que todo lo sana y restablece.