(Pulso Cristiano/ VyV – SAO PAULO).-
En Brasil, los evangélicos en el Congreso cantaron victoria debido a que su representación crecerá desde los actuales 70 diputados a 80 a partir de la legislatura que asumirá en 2015.
La representación de los evangélicos en el Congreso brasileño, que creció en 14% tras las elecciones legislativas de octubre, tendrá más fuerzas para luchar contra propuestas polémicas, especialmente sobre homosexuales y drogas, dijeron voceros de esa corriente religiosa.
“La minoría evangélica levantará un muro enorme contra esos proyectos y estaremos muy atentos a las maniobras de los activistas homosexuales”, dijo el pastor, telepredicador y empresario Silas Malafaia, uno de los dirigentes evangélicos más controvertidos del país y presidente de la Iglesia de la Asamblea de Dios, Victoria en Cristo.
Se trata de una minoría que representa al 16% de los 513 diputados de Brasil y que el llamado Frente Parlamentario Evangélico, que agrupa a legisladores de esta confesión, define como “la mayor bancada de la historia de la iglesia evangélica en Brasil”.
Según el Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP), con el refuerzo de los evangélicos, Brasil tendrá “el Congreso Nacional más conservador desde 1964”.
“Esa fuerza va a dificultar una agenda parlamentaria liberal en relación a la penalización de la homofobia y la despenalización del aborto, dos asuntos muy presentes en los debates de la primera vuelta de las elecciones pero que prácticamente desaparecieron en la segunda vuelta”, dijo a la agencia Efe el experto en asuntos de religión y política César Romero Jacob.
Para Jacob, director del Departamento de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, “no habrá necesariamente un giro a la derecha en temas económicos y de inclusión social, aunque en relación a los de naturaleza moral sí habrá una tendencia más conservadora en la próxima legislatura”.
La mayoría de los observadores políticos apunta que las dificultades en la votación de leyes más liberalizadoras no se limitará a las que atañen a la moral, sino que alcanzarán a las que abordan asuntos como la legalización de las drogas, el medio ambiente o los derechos de los indígenas.
Y eso no tanto por el mayor número de pastores evangélicos sentados los escaños, sino por el crecimiento añadido del número de diputados de otras minorías conservadoras: las denominadas “rural” y “policial”.
Malafaia deja claro que los evangélicos rechazarán frontalmente iniciativas legislativas como la de identidad de género que, dice, son obra de lo que denomina “activismo homosexual”.
“No nos opondremos a enseñar a los niños a respetar los diferentes sino a enseñar ‘homosexualismo’ en las escuelas, que es lo que quieren”, enfatizó.
Ante miles de fieles reunidos el 21 de octubre en su templo en la humilde barriada de Penha, en la zona norte de Río de Janeiro, Malafaia aseguró con vehemencia que “los homosexuales pretenden destruir la familia, mientras el Gobierno del Partido de los Trabajadores, ya desde la época de presidencia de (Luiz Inácio) Lula da Silva, los financia con millones de reales”.
Frente a los suyos, no solo critica abiertamente la política del Gobierno sino que expresa sin reparos a quién va a votar en las elecciones.
Cuestionado al respecto por la agencia Efe, justificó que “el pueblo es libre para votar lo que quiera, pero yo, como pastor, como persona que ejerce influencia en segmentos sociales, ¿por qué no voy a ejercer esa influencia?”.
El pastor rechazó que los evangélicos vayan a provocar un giro a la derecha porque, a su juicio, “la cuestión de derecha e izquierda, que en Brasil fue muy fuerte, ahora está muy debilitada”.
“Hay una izquierda radical y el resto no consigo codificarlo. Lo que veo es que esa izquierda abrazó a la escoria de la derecha”, señaló.
El dirigente religioso atribuyó el aumento de la representación evangélica en el Congreso a una mera consecuencia del aumento de la población evangélica en Brasil, que, según el Censo de 2010, alcanza el 22,2% del total de los brasileños, y a su mayor conciencia ciudadana.
Frente a otros colectivos, como el de los católicos, que suelen votar diferentes partidos en función de la ideología política de cada uno, el elector evangélico vota casi que exclusivamente en candidatos de su propia iglesia, que se reparten en 17 partidos, explicó.
Es lo que Jacob denomina un “voto cautivo obtenido por la fuerte ascendencia de los pastores evangélicos sobre sus fieles cuando, en la década de 2000 a 2010, la iglesia pentecostal brasileña elaboró su propio proyecto de poder”.