(Fernando Araujo – Articulista).-
Un teólogo por mucho conocimiento que tenga de la Biblia, sabe poco del maravilloso lugar que es el cielo. Pero prodríamos referirnos a éste como las regiones atmosféricas o la morada de Dios. Se usa indistintamente en plural como en singular tanto en nuestro idioma español como en los textos originales de la Biblia (Hebreo, Arameo o Griego).
En 2ª Corintios 12:2, Pablo nos menciona que el estuvo en el tercer cielo, lo que induce a creer que existe un primer y segundo cielo (aunque la Biblia no los menciona); como humanos podríamos decir que el primer cielo es la atmósfera que rodea nuestro planeta, el segundo cielo es el espacio fisico más allá de la atmósfera, y el tercer cielo es la morada de Dios.
El apóstol Juan también experimentó lo de Pablo, el ir al tercer cielo lo vemos en Apocalipsis 4:1. De lo que sí estamos seguros es que ese tercer cielo es la morada de Dios, y algunos versos bíblicos lo confirman: Lucas 11:2; Nehemías 9:6; Marcos 13:32; Hechos 1:11; 1ª Tesalonicenses 4:16.
No entendemos a profundidad, por ahora, acerca del cielo, pero sí sabemos que Jesucristo nos prometió un lugar eterno con Él en ese tercer cielo (Juan 14:3). ¿Estás preparado para ese encuentro con Jesús, confiésale como tu Salvador y experimenta el nuevo nacimiento y la vida eterna?
El cielo y el infierno son reales, no son bromas.
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