«Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?» (Éxodo 14:11). Un argumento muy usado contra la fe es: «hay que ser realista» o «no podemos ignorar la realidad». En realidad los israelitas fueron muy realistas al temer, viendo al ejercicio de faraón, que se acercaba con toda violencia a destruirlos. Ser realista nos lleva a considerar las situaciones con sus peligros, y alcance de destrucción. Moisés también fue realista, pero la realidad de Moisés estaba basada en la Verdad de Dios, la «realidad» de los israelitas estaba basada en lo natural. Para los que creen la realidad es lo que no se ve, mientras que lo que se ve está debajo de nuestra autoridad. La fe no es «realista», la fe es locura para los realistas. Los realistas siempre estarán aplastados, bajo el peso de todo lo negativo que los rodea. Los creyentes tienen las alas de la fe, para remontar sobre las montañas y sobre toda adversidad. Al que cree todo le es posible, y la única manera de agradar a Dios es creyendo. Es nuestra fe la que vence al mundo, mientras que ser realista mata la fe. ¡Dios te bendiga!
Fernando Regnault
Articulista
elabcdelabiblia@hotmail.com