Cuando Dios quiere traer avivamiento a una nación, la denuncia del pecado debe ser evidente en ella.
La Iglesia por falta de discernimiento espiritual, tal vez no esté consciente de su propio pecado (incluyendo el de los ministros) por enfocarse solo en el avivamiento y no en el arrepentimiento.
Si Dios, mediante mensaje profético, anunció que lo que Él hará en Venezuela nadie lo imagina: «Una Nueva Venezuela». ¿Por qué la Iglesia se empeña en actuar con medios carnales (política) como queriendo «ayudar a Dios» y buscando huir del proceso de Dios?
Lo más triste de pasar por el fuego es no ser purificado, lo más triste de ser probado es no ser aprobado.
George Laguna
Pastor y periodista
georgelaguna@gmail.com