Enséñame a esperar
con esa esperanza,
con la gentileza indomable
y tu fe inquebrantable;
el país fue secuestrado
por un grupo de cobardes.
Enséñame cómo orar
para no perderme
ante tu mirada inocente;
mis lágrimas van al mar
como río y sus afluentes.
No temo al decir la verdad
para silenciar al indolente;
seres que no deberían gobernar
porque les eligen difuntos
e inertes le llaman presidente.
Abrázame como nunca
preciosa tierra de conucos…
Latina de piel canela
dame la torta de yuca
para que mi alma regrese,
y la familia no sufra
por la distancia y la muerte.
Veo cómo El Caribe ríe
y hay cardumen de peces;
el bandido dobla la nuca,
ya no robará más reses.
La patria unida se abana
viendo danzar sus cipreses…
Millones están retornando
con sueños que nunca mueren,
con hechos que no se pierden;
ya pasaron los incordios
y el mal que nadie quiere.
Harold Paredes Olivo
Pastor, comunicador y autor
haroldwjparedes@gmail.com