“Incidir sobre la opinión de alguien es una gran responsabilidad que se sobrelleva jugando limpio”
(Actualidad Evangélica).-
Iñaki Gabilondo es uno de los periodistas y comunicadores más influyentes de España. Recientemente le entrevistó el director de Diario.es, el periodista Ignacio Escolar.
De esa entrevista, en la que ambos periodistas hicieron un amplio repaso a la actualidad social y política de nuestro país, rescatamos un breve fragmento de poco más de tres minutos en donde el veterano informador ofrece una reflexión sobre el oficio del periodismo basada en su propia experiencia. Una reflexión que, no por breve deja de tener a nuestro juicio un gran interés, viniendo de quien viene, para periodistas, comunicadores y lectores en general.
Gabilondo reflexiona sobre la presión que produce la enorme responsabilidad del periodismo. “Sí, incidir en la opinión de alguien es una gran responsabilidad”, reconoce.
“Lo que siempre me ha preocupado es la posibilidad de engañar”, confiesa el veterano periodista, mientras explica que su secreto para sobrellevar esa presión radica en “tener muy claro la diferencia entre lo que pasa, lo que creo que pasa, y lo que desearía que pase”. En otras palabras, lo que es información, opinión y deseo personal.
JUGAR LIMPIO
“Si queda claro ese matiz… esto que cuento, lo cuento porque es… esto lo cuento, porque creo… y esto otro, porque me gustaría… Eso es jugar limpio”.
“Yo siempre he procurado jugar limpio”, dice, “e intentando jugar limpio tranquilizo esa sensación de enorme responsabilidad…”.
“SE EXIGE IMPARCIALIDAD, DESDE LA PARCIALIDAD”
“Eso hace difícil nuestro trabajo, porque cuando tú intentas separar lo que crees que es cierto, de lo que deseas y de lo que opinas, los destinatarios de tu trabajo llegan a esa información, a esa opinión, a ese punto de vista, desde su legítima parcialidad…
“Lo malo es que los lectores, los oyentes… piden a los periodistas imparcialidad, desde su parcialidad. Cada uno de ellos se cree legitimado para ejercer su parcialidad, y luego exigen…”, dice. “La verdad parece haberse convertido en un compromiso profesional de los periodistas”. Y pone un ejemplo: “¿Cuánta gente ha habido en una manifestación? El que la convoca se cree legitimado a multiplicarla por diez; el contrario al que la convoca se cree autorizado a dividirla por diez; pero todos se vuelven a ti esperando que tú, digas la verdad”.
“Es decir, deciden que la verdad es un valor que, sencillamente, ha de ser ejercido por los periodistas, mientras ellos tienen bula para mentir… ¡lo mismo que el fútbol! (ríe)”. “La parcialidad está legitimada, menos en el periodista”.
MALAS INTERPRETACIONES O VALORACIONES INJUSTAS
“Eso hace difícil nuestro trabajo, porque cuando tú intentas separar lo que crees que es cierto, de lo que deseas y de lo que opinas, los destinatarios de tu trabajo llegan a esa información, a esa opinión, a ese punto de vista, desde su legítima parcialidad… Y ese choque hace inevitable que haya malos entendidos, equívocos, malas interpretaciones, o valoraciones a veces injustas”.
La honestidad y el “juego limpio” son, sin lugar a dudas, valores que deben presidir también el trabajo de los periodistas y comunicadores cristianos. Algo que desde la necesaria autocrítica se echa en falta en ocasiones, cuando en ciertas noticias no queda muy clara la línea divisoria entre lo que es información, lo que es opinión, o lo que son nuestros deseos. Es nuestro desafío…◄