Los impíos de la tierra serán asolados y todo el oro robado, lo que destruyeron, las familias que dividieron se les reflejará en una factura, y recogerán las consecuencias, fue lo que sembraron

“La casa de los impíos será asolada; pero florecerá la tienda de los rectos” (Proverbios 14:11).
Transcurridas 21 horas con 30 minutos del 1 de mayo de 1945, el pueblo alemán que sintonizaba la radio pudo escuchar música solemne del compositor Richard Wagner y una sinfonía de Anton Bruckner. Según el locutor de turno después de una actitud heroica muere su “dios” Adolf Hitler; uno de los mayores impíos que ha pisado la tierra. El líder nazi murió el 30 de abril de 1945, aunque su muerte está rodeada de misterios, lo indudable, es que después de 75 años ya no viva. Junto a su séquito infringió terror a familias enteras, exterminar a los judíos fue su norte. Por ello, la maldición no llegó tarde al dictador drogadicto.
Según un artículo de la BBC, Hitler, seis días antes de su muerte, era el hombre más rico de Europa, tuvo una fortuna que rondaba entre 1.350 a 43.500 millones de euros (Datos de 2003). Como todo falso líder demostró a los suyos una vida frugal, pero la verdad era otra. Cuando DIOS le dijo a Abram que lo iba a bendecir, también dejó muy claro que quien los tratara con maldición, esa persona sería maldita. Es por ello, que el fin de los nazis estuvo y está lleno de juicios continuos. ¿Cómo terminó la casa de Hitler?
En los Alpes Bávaros, el Furher mantuvo una casa de descanso, era su segunda residencia; allí estuvo con Eva Braun, la misma mujer que horas previas al suicidio de Hitler tomó cianuro. La verdad es que quien conquistó naciones con mano de hierro, terminó como siempre finalizan los brabucones, solos, y como todo cobarde e impío, optando por el suicidio. Quienes desprecian al prójimo deben pensar que todos sus planes al final serán descubiertos. Así mismo les ocurrirá a los socialistas y marxistas de hoy; el comunismo tiene en su ADN destruir, el mundo no puede seguir permitiendo que lleguen al poder seres malvados e ignorantes; quienes no tienen ni sienten compasión por nadie. El pueblo que logra tatuarse la ignorancia en el cerebro; siempre sufrirá, porque ha permitido que ineptos tengan poder; donde gerenciaría un Estadista a la orden de sus connacionales. Todo gobernante que busca perpetuarse en el poder terminará perdiendo todo. El refugio de Hitler en los Alpes acabó desolado; esa casa de retiro fue dañada por bombas y saqueada por los soldados al terminar la guerra.
Esa sensación de hundimiento es la que lleva al impío a tomar la salida del suicidio; esta es inspirada por demonios. Actualmente, los políticos que se aferran al poder tienen un objeto similar que los motiva a no soltar el cuello de su pueblo; la razón es robar, tapar todos los planes malvados, asesinatos y torturas a presos opositores. ¿Cómo van a terminar? Ellos culminarán sus días huyendo, suicidándose, siendo cazados, encarcelados, y otros con los ojos abiertos pidiendo clemencia.
En Venezuela, desde la muerte del galáctico, inició por la Mano de DIOS un cambio profundo, aunque muchos lo han visto lento, hoy se ha acelerado. Veremos como las instituciones del Estado quedarán destruidas y desoladas porque quienes se sentían intocables correrán y tendrán tanto miedo que en cuevas serán atrapados. Los hatos, fundos y empresas expropiadas regresarán a sus antiguos dueños (deben regresar).
Los canales de televisión volverán a transmitir mejor que antes; informando, educando y entreteniendo como sumo respeto. Todos debemos asimilar la lección que ABBA nos ha dejado. El verbo hebreo “yasham” (Strong 3456) significa asolados; en la versión de La Biblia RVR60 dice que “La casa de los impíos será asolada; pero florecerá la tienda de los rectos”. Los impíos de la tierra serán asolados y todo el oro robado, lo que destruyeron, las familias que dividieron se les reflejará en una factura, y recogerán las consecuencias, fue lo que sembraron. Quien siembra tormentas, recogerá tempestades, y tempestades casi interminables; es triste, hasta sus generaciones sufrirán por las maldades de sus padres; aunque existe una oportunidad que solo le compete a DIOS.
Líderes del mundo, ustedes no son dioses ni semidioses; solo el instrumento que debería trabajar a las órdenes de un pueblo que anhela vivir tranquilo y en paz. Es de hacer notar e insisto, la versión NVI de la Biblia expresa: “La casa del malvado será destruida, pero la morada del justo prosperada”. La casa del impío Hitler quedó en ruinas, donde él disfrutaba la paz de los Alpes Bávaros fue destruida, terminó desolada. Y la casa de los que fueron maltratados, la casa de los buenos, fue restaurada. Ahora, tu país, mi país, nuestra casa, Venezuela, la morada más bella, gritará con brío y alegría.
Harold Paredes Olivo
Pastor y comunicador