Hay un sin número de textos en la Escritura que avalan el aborrecimiento por el pecado y por quien lo practica

Dios ama al pecador, pero no ama el pecado.
Esta frase se originó en el pensamiento de Mahatma Gandhi.
…odia al pecado, no al pecador.
Este pensamiento está más enfocado a la tendencia humana de odiarse mutuamente y guardarse rencor por los pecados interpersonales y al juzgar al otro por su condición homóloga de pecado.
Mas no es una frase aprobatoria de una verdad con sustento escritural.
La Escritura dice lo siguiente y debemos escudriñar bien:
“Porque YAHWEH ‘amó’ tanto al mundo, que dio a su único e incomparable Hijo, para que todos los que en Él confíen puedan tener vida eterna, en lugar de ser completamente destruidos” (Juan – Yojanán 3:16).
Aquí vemos el verbo amar en pasado amó al mundo, se está haciendo clara alusión a lo que dice el contexto de lo que habla el libro de Bereshit/Génesis tocante a la creación:
“…En el principio Elohim creó los cielos y la tierra” (Génesis – Bereshit 1:1).
Ahí vemos que dice creó, diseño original.
Y vemos al final del capítulo 1, lo siguiente:
“…Elohim vio que todo lo que Él había hecho ciertamente era muy bueno. Así que fue la noche, y fue la mañana, un sexto día” (Génesis – Bereshit 1:31).
El mundo que el creó era muy bueno, hay un énfasis en esto. Su amor es por el mundo bueno creado originalmente por Él.
El amor por el diseño original del mundo se ve evidenciado en la obra del CREADOR por rescatarlo y volverlo al diseño original de pureza que el CREÓ.
“…Pero YAHWEH demuestra su propio amor por nosotros en que aun siendo pecadores, el Mashíaj murió por nosotros” (Romanos – Romanyim 5:8).
Cuando se expresa nosotros habla de la humanidad, el mundo, cuando se expresa siendo pecadores habla de una condición de ese mundo que Él no aprueba ni ama, sino que Él aborrece que es ser pecadores y que desde el momento de la caída del hombre hasta el nacimiento, muerte y resurrección del Mesías aún no tenía solución.
Entonces vemos que de ninguna manera Él acepta ni el pecado ni a quien está en esa condición.
Su amor es por el diseño original de pureza que Él creó, no por el actual. Y EL CREADOR busca restaurar eso y que Él lo esté haciendo al esperar que el hombre (mundo) se vuelva a Él no es señal que ame a los que hacen el mal.
Hay un sin número de textos en la Escritura que avalan el aborrecimiento por el pecado y por quien lo practica, así como de la condición de peligro en que está el pecador:
Esdras 8:22
Salmos 5:5
Salmos 7:11
Salmos 11:5
Salmos 21:8
Proverbios 3:32
Proverbios 11:20
Proverbios 15:8-9
Proverbios 15:26
Proverbios 16:5
Por citar algunos textos del que llaman Antiguo Testamento.
Todo esto nos habla de la pureza y del carácter apartado del pecado del CREADOR como para pretender humanamente que Él puede amar a quien peca contra Él.
Aun así, en el Nuevo Testamento como es conocido el Pacto Renovado, hallamos algunas cosas que nos dejan ver que EL CREADOR no ama al pecador, sino que nos evidencia su condición.
Juan 3:18-20 muestra que quien no cree en el Mesías y la obra salvadora para la restauración del hombre a su diseño original de pureza, está en una condición que de hecho es la condenación y es precisamente por persistir en algo que EL CREADOR aborrece, odia y no ama, como lo es el pecar.
También esta cita evidencia que el pecador aborrece y odia al CREADOR cuando prefiere por elección o por conformidad el pecar.
Juan 3:36. Aquí el carácter desaprobatorio para con la condición de pecador se manifiesta en la expresión la ira de YHWH está sobre él; pregunto: ¿la ira está en tiempo futuro o presente, aunque esta no se haya desatado? El texto es claro está, tiempo presente de SU desaprobación y como consecuencia del rechazo del hombre por la labor salvadora y restauradora de YHWH.
Podría seguir dando citas que demuestran que el CREADOR no ama ni el pecado ni la práctica de este, que es lo que hace pecador a un hombre (al mundo).
El hombre se jacta en su sabiduría, y claramente sigue el camino de la doctrina humana (humanista pacifista, mal direccionado en muchos aspectos) y así enseña errores a los hombres.
El amor del CREADOR por el hombre como parte de la creación y el deseo de que este no se pierda, no son lo mismo, y no se puede confundir con amor por lo que Él aborrece, que es el pecado, Él ama lo que Él és y lo que Él creó originalmente, y Él no creó pecadores, de ahí que su amor quiere restaurar su creación y hacer como dice su Palabra: “cosa nueva”.
El amor del CREADOR acepta lo que es de su propia naturaleza.
El pecar no es la naturaleza del CREADOR.
Así como la naturaleza de Satán es la maldad y eso es lo que Satán acepta.
Que Él no quiera que el hombre se pierda es una clara evidencia de que Él aborrece su condición y aborrece que esté en ella, de ahí su deseo de que cambie, pues la misma Escritura evidencia que Él al pecador lo tiene de lejos, pues EL CREADOR amaría que quien hace pecado (pecador. Y el pecado según lo dice la Biblia RVR 1960 en 1ª Juan 3:4, es quebrantar la ley. Y la Palabra del CREADOR es su ley según el juzga y premia o sanciona todo) no lo siga haciendo, para Él poderlo acercarle, amarle y amar sus frutos de obediencia.
Decir que ama al pecador, es querer decir que el ama al que hace el mal.
Satán es el principal pecador; ¿ama el CREADOR a Satán y quiere que este se salve?
Él es parte del mundo, es un ser creado por Él. Pero el hecho de que se rebeló, se corrompió y PECÓ lo hizo el punto focal de su aborrecimiento y condenación.
Y está destinado a destrucción. Así mismo el pecador tiene el mismo destino.
Y eso lo dice la Escritura, que el pecador (el que peca) esté consciente o no, está en una condición que EL CREADOR aborrece.
Y la Escritura misma lo dice, que quien ama al CREADOR es aquel que le obedece haciendo lo que dice su Palabra, y a éste es a quien Él ama. Y ese es el que estará con Él.
Arrepentirse es volverse del mal camino del pecado y mientras una persona no lo haga está bajo el juicio, la condenación y el aborrecimiento del CREADOR.
La dual posición de lo expresado por Gandhi y aceptado por el mundo religioso, es algo que no es compatible con la naturaleza del CREADOR, quien no acepta que se una lo santo y lo profano.
Hay una línea divisoria entre el pecado y la pureza.
La Escritura misma lo dice, que EL CREADOR no acepta el término medio de la tibieza.
O se es bueno o se es malo.
Y la gente ha confundido que la gracia provee una salida inmerecida, con la idea de que la gracia es una salida incondicional y automática que no conlleva mayor responsabilidad.
La gracia es el regalo con el que EL CREADOR abre al hombre la puerta para que cambie su pecado por la santidad original de la creación.
No es un punto intermedio de tolerancia.
El arrepentimiento marca el antes y el después del cambio de la naturaleza del hombre.
Y requiere de este que siempre se mantenga alerta para purificarse, y no vivir una vida liviana con el tema del pecado.
Ese tema de que EL CREADOR ama al pecador es un engaño de liviandad que nació en el corazón de Satán, que se dio a conocer a través de UN PENSADOR cuya vida está fundamentada en el humanismo y que infectó a los que ahora se creen más santos y sabios que el propio CREADOR.
Así como los satanistas que apoyan ‘la bondad’ de Satanás y aborrecen al CREADOR.
Si EL CREADOR amara al pecador, al primero que habría amado sería a Satán y le habría perdonado su pecado y lo habría salvado, pero eso no sucedió ni sucederá jamás.
La salvación es una promesa que se consumará cuando el Mesías venga al rescate de su pueblo.
Una promesa que tiene por garantía la fidelidad del CREADOR por los que se purifican en la pureza que enseña la Palabra del CREADOR. Que es el aliento de pureza mismo salido de la boca del PADRE y plasmado en las Escrituras que son las que guían a la verdad que en EL MESÍAS SALVADOR se consumó.
Por ello la premisa desde el Sinaí hasta Apocalipsis es perseverar en la santidad establecida en la palabra dada por EL CREADOR y no en la PALABRA DE PENSADORES errados y pecadores apartados del CREADOR.
Para el Creador no hay medias tintas. Al que se arrepiente se le pide perseverar hasta el fin y edificar su vida en la Palabra pura y sin adulterar del CREADOR.
Y ese principio humanista que defienden los creyentes es responsabilidad de los que lo dejaron permear en la verdad del perdón, la gracia y la salvación.
Y los responsables son los creyentes que ejercen los ministerios y los creyentes que se dejan enseñar por estos.
Debemos leer y entender lo que dice la Escritura. El amor del CREADOR no se compara ni en naturaleza, ni en forma, ni en fondo con el amor humano que todo lo acomoda.
Porque el amor del mundo ama lo suyo propio, las cosas del mundo.
De ahí que el Mesías lo dijo: “…los del mundo los aborrecen porque ustedes no son del mundo”.
No podemos seguir llamándonos pecadores si estamos entendiendo la naturaleza de la fe que es creer, confiar y obedecer.
Así como no podemos seguirnos llamando pueblo de gentiles en relación a la desobediencia, pues habiendo creído y estando en obediencia y edificándonos como cuerpo y templo del Mesías y del Ruah (Espíritu) ahora somos pueblo apartado que busca el camino de la verdad y lo transita.
El que oye las palabras de Gandhi oye al mundo.
Los que oyen las palabras de los que enseñan doctrinas adulteradas escuchan al mundo y entran en amistad con él.
Los pecadores pertenecen al sistema del mundo y tienen amistad con él, mas no pertenecen al sistema del Reino de los cielos.
Una verdad innegable. Así que lamentablemente la teología humana vuelve a fallar en su atrevida tarea de querer conocer al CREADOR y querer explicarlo por medio de las palabras de PENSADORES humanos que añaden para maldición y anatema a las Escrituras.
EYNT
Edson Contreras
Profeta