(Mundo Cristiano – Verdad y Vida).-
De manera secreta, un grupo de médicos cristianos junto a las fuerzas israelíes han llevado ayuda física y espiritual a Siria. La historia inicia en los altos de Golán, en medio de la noche… soldados israelíes dentro de Siria, proporcionan esperanza en forma de suministros médicos para los sirios atrapados en una larga y sangrienta guerra civil… ¿su aliado?… Un ministerio cristiano llamado Alianza Internacional Fronteriza (Frontier Alliance International, FAI).
«Apoyamos al Estado de Israel y amamos al pueblo judío. Entonces, poder participar en la crisis siria a través de la frontera israelí en cooperación con el ejército israelí es un gran privilegio para nosotros como organización», dijo Dalton Thomas, de FAI.
Los médicos realizan giras por varios días. Van a Siria, asisten a la mayor cantidad de personas posible y regresan a Israel. La Dra. Sally Parsons y la enfermera de trauma, Debbie Dennison, sirvieron en un hospital improvisado por una semana.
Al regresar dan testimonio de todas las cosas a las que se enfrentan y especialmente cómo el amor de Dios en ellas, las hace mantenerse firme en medio del caos y la desesperación de quienes están sufriendo en Siria.
Un propósito divino
«El Señor nos llama a ir a todo el mundo, a todas las naciones, pero sentí específicamente que Dios me dijo que esto es lo que debía hacer», comentó Parsons, quien ha sido cirujano por 30 años. Por este motivo, ella y su equipo han hecho estos viajes para ayudar a las personas, es parte de un propósito divino.
Explicó que allí ha enfrentado situaciones difíciles y nunca antes vividas. Cuando el equipo no sabía qué hacer, oraban. Muchas veces buscaban apoyo a través de internet. «Descargamos un video para ayudarnos con una cesárea y lo hicimos. Oré mucho más de lo que vi», confesó.
Durante su carrera, Parsons nunca había realizado una cesárea. En Siria, hizo seis. «Cuando ayudé ese pequeño bebé a nacer, podía sentir sus manos sobre las mías», indicó Parsons. «Es lo que nos sustentó, ser capaces de ver una nueva vida en una terrible guerra. Fue una bendición increíble», precisó.
Una misión con gran visión
Los casos más severos son trasladados a Israel. La labor de la doctora Parsons y su equipo es parte de un proyecto mayor, cuya visión va más allá de atender a los enfermos en la misma Siria. Se trata del proyecto «Buen Vecino» donde Israel provee alimento, combustible, agua y tratamiento médico. Desde sus inicios y hasta la fecha han atendido más de cinco mil sirios en hospitales israelíes.
El comandante israelí Sergey, director médico de «Buen Vecino», comentó que «no puedo ver al otro lado de la frontera, al que muere de hambre en su territorio, sin hacer algo para ayudarle. Es una situación muy fuerte la que se vive allá y esta es mi oportunidad de ayudarles… Si la necesitan y se las puedo dar, estoy dispuesto a hacerlo».
Dalton Thomas, fundador de FAI precisó que «no conozco otro ejército en el mundo que priorice el compromiso afectivo con su enemigo para construir un buen vecindario. Lo que ha hecho el ejército de Israel en los últimos cinco o seis años, desde que inició la revolución, fue decir: ‘pongamos la política a un lado y busquemos construir un buen vecindario siendo buenos vecinos’».
«Estoy muy gozoso de estar en este punto y debo darle gracias a la organización FAI por el equipo médico altamente profesional dispuesto a ayudar al lado sirio. Esto no es simple y en especial por ser un oficial israelí, estoy muy orgulloso de ser parte de este movimiento», expresó Sergey.
Una nueva perspectiva
La mayoría de heridos son llevados al hospital Nahariya, en Israel. De acuerdo al reportero Chris Mitchell, de CBN News, los enfermos o heridos sirios no solo reciben ayuda física, sino una transformación del corazón.
Uno de ellos, de quien se reserva su identidad, comentó que «una vez que llegué a Israel, mi punto de vista de los israelíes cambió completamente. Me enseñaron que Israel era el malo, que es el enemigo. Ahora, sé que es lo opuesto. Doy gracias a Dios por llegar a Israel a tiempo, porque si no estuviera aquí, no estaría con vida ahora».
Este equipo de médicos y oficiales cambió la visión de estos sirios sobre los cristianos con la labor que realizan. «Antes pensaba que los cristianos eran personas malas, pero descubrí que son personas buenas, ellos me ayudaron», comentó un herido.
Peligro inminente
Durante la misión, el equipo de FAI y los sirios enfrentaron bombas, derrumbes, entre otras amenazas y se refugiaron unas sesenta veces. «Consideré que podía perder mi vida allá, pero luego pensé que, si Dios me llamó, me iba a sostener a través de ello y todo iba a estar bien», dijo Parsons.
Para la enfermera Dennison, el amor es su motor. «Había que considerar el costo. Uno debe decir: le amo tanto [a Dios] que estoy dispuesta a dar mi vida. Claro que mi respuesta era sí», aseguró.
«Estas son personas dispuestas, desinteresadas, increíblemente como Cristo. El autor de Hebreos dijo que estos son de los cuales el mundo no es digno y creo que estas personas son de las que el mundo no es digno», comentó y agradeció que los médicos y oficiales que arriesgan su vida para ayudar a otros, no buscan un beneficio propio, sino hacer la volunta de Dios.
Una Iglesia que ayuda
Thomas invita a todos los cristianos a ser parte de este movimiento. «Primero que todo, orar, interceder. Jesús fue claro. Oren por el Señor de la cosecha, que envíe trabajadores. Segundo, si es un médico profesional, si ama al Señor, si puede lidiar con estas circunstancias, si puede trabajar en equipo y en un ambiente como este, le queremos y le necesitamos», indicó.
Algunos consideran esto como un genuino plan de paz en Medio Oriente. «Personas son personas, sin importar cómo los etiquetemos: musulmanes, cristianos o judíos. Pero debajo de eso, son hombres y mujeres, con las mismas necesidades y las mismas dolencias que nosotros y necesitan compasión y amor. Sin importar las barreras, todos respondemos al amor. Como cristianos entramos a una comunidad que no nos conoce. Ellos tienen una enemistad histórica hacia los cristianos, pero solo requirió una expresión de amor y fuimos recibidos con los brazos abiertos», concluyó la enfermera Dennison.◄