(Agencias – Verdad y Vida).-
Un barco de una ONG holandesa que busca ofrecer abortos gratuitos en aguas internacionales, ha sido detenido por el ejército guatemalteco. De acuerdo a la ONG “Mujeres sobre olas” (Women on waves), la intención era que el barco permaneciera por cinco días en aguas internacionales para llevar a cabo abortos a las mujeres guatemaltecas.
El plan de la organización es recoger en tierra a cinco mujeres que quieran abortar, subirlas al barco y en aguas internacionales, darles charlas sobre salud y derechos reproductivos; y si la mujer tiene menos de 10 semanas de embarazo, le ofrecen medicamentos para inducir el aborto.
Sin embargo, el ejército de Guatemala había anunciado que bloquearía las actividades del “barco abortivo” cerca de sus costas y amenazó con presentar una “denuncia ante el Ministerio Público contra el personal que viaja en el yate que atracó en Puerto Quetzal, debido a que no informó de sus intenciones al atracar en el muelle”.
Asimismo, el barco ha tenido que lidiar con grupos defensores de la fe que les han impedido empezar sus actividades. “Respetamos las creencias religiosas, pero esto es un derecho fundamental en una democracia”, explicó la portavoz de la organización.
Según informa ABC, el barco y sus siete tripulantes, con personal guatemalteco y europeo, entre médicos, psicólogos y abogados, fue puesto bajo custodia militar, ya que según el gobierno de Guatemala, el barco pidió permiso para entrar en el país alegando que estaba de visita turística.
Cabe destacar que en Guatemala solo está permitido el aborto cuando existe riesgo para la vida de la madre. También es importante señalar y recordar que la mayoría de la población guatemalteca confiesa su fe en Cristo Jesús y conoce que la práctica del aborto es un homicidio de esa persona a quien Dios le dio vida desde el vientre de la madre.
Atentar contra la vida de un feto es ir en contra de los valores y principios divinos, por lo tanto Guatemala tomó la decisión de sacar al barco de sus costas y así cerrar una puerta de maldición espiritual a su propia nación.
La Iglesia de Cristo en el mundo aplaude esta decisión y acción tomada por el país centroamericano.◄