(Protestante Digital/ VyV – BRUSELAS).-
El gobierno de Bélgica ha anunciado que en los últimos meses ha ayudado a 244 cristianos a salir de la ciudad siria de Alepo, facilitándoles la entrada en su país con el estatus de refugiados. La operación de rescate arrancó en mayo y finalizó a mediados de julio, según ha detallado el portavoz del grupo involucrado en la misma, el antiguo diplomático Mark Geleyn. «Somos un grupo de belgas de todas las tendencias y de todas las comunidades del país. Hemos conseguido instalar en Bélgica a 244 cristianos de Alepo, donde la comunidad cristiana está sometida al terror de grupos como el Frente al Nusra y el Estado Islámico debido a sus creencias religiosas», ha explicado.
Según las informaciones facilitadas por la agencia estatal belga de noticias, la operación ha estado coordinada por el Ministerio de Exteriores del país europeo. El Gobierno belga ha cifrado en cerca de 5.500 el número de refugiados que han sido acogidos en el país desde el estallido del conflicto en 2011. Así, ha indicado que el 98 por ciento de los sirios que reclaman refugio lo obtienen.
Cuatro millones de refugiados sirios
Según un informe hecho público por ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, son ya cuatro millones los sirios que han salido de su país desde que comenzó el conflicto. La mayoría viven en campos de refugiados en los países fronterizos, Turquía, Líbano, Jordania e Irak. Como explicaba María Jesús Vega, responsable de comunicación de la agencia, a Protestante Digital en una entrevista, la situación en estos campos de refugiados es también de gran inseguridad, lo que hace que muchos continúen viajando hasta intentar llegar a Europa.
De las 137.000 personas que llegaron a las costas europeas – sobre todo Italia y Grecia – durante 2015, más de 30% procede de Siria. Sin embargo, al llegar encuentran dificultades para que se les conceda el estatus de refugiado, algo que ACNUR considera una «obligación legal y moral» de las autoridades.
Siria es uno de los países donde hay más cristianos afectados desde que comenzó la guerra civil, pues no solo deben sobrevivir a los ataques directos por confesar a Jesús como Señor y Salvador, sino que tienen que lidiar con la violencia que le mismo país enfrenta. Emigrar ha sido una posibilidad viable para mantener a sus familias seguras y libre de la guerra y ataques.