El pasado 21 de febrero partió a las moradas celestiales el reconocido evangelista internacional William Franklin «Billy» Graham Jr., quien naciera en Montreat, Charlotte, Carolina del Norte, el 7 de noviembre de 1918. Fueron 99 años de fructífera vida al servicio del Señor, a quien conoció en su adolescencia. Estuvo casado con su amada Ruth, quien le precedió al cielo hace unos años; con ella tuvo sus hijos: Franklin, Anne, Gigi, Ned y Ruth, todos sirven al Señor en la actualidad junto con sus nietos.
Este evangelista no solo fue célebre por su manera apasionada de predicar el evangelio, sino que su vida consagrada y su carácter indoblegable ante las tentaciones del poder y la fama le hicieron ganar un sitial de prominencia no solo en EE.UU., sino en el mundo entero. Fue innovador, usó poderosamente los medios disponibles en su tiempo: la radio y la televisión; por medio de sus cruzadas marcó un estilo evangelístico que hasta hoy pervive y es usado por cientos de tele evangelistas.
Graham alcanzó mucha fama y prestigio a finales de la década de los 40, desde entonces hasta el año 2000 multiplicó sus predicas por varias naciones del mundo, llegando hasta la Unión Soviética, China e, inclusive, a Corea del Norte en dos ocasiones: 1992 y 1994. Figura en el cuarto lugar de la lista Gallup de personas más admiradas en el siglo XXI. Llegó a predicar multitudinariamente -personal y por los medios- más que ningún otro en la historia, llegando a ser escuchado por más de 2.200 millones de personas; alcanzando así a más de 3,2 millones, quienes aceptaron a Jesucristo como su único Señor y Salvador a través de su ministerio.
Todo lo que se pueda decir del Dr. Billy Graham es poco, pero de su testimonio de fe y su hoja de vida intachable es necesario ahondar un poco, especialmente por los desatinos y delicadas situaciones que observamos en la obra de Dios en nuestra amada Latinoamérica. Espero se reciba este modesto análisis con el espíritu correcto, pues nuestra intención siempre será la santa y edificativa.
Si algo hace mucho daño es carecer de cosas y que por la providencia divina lleguemos a tenerlas de manera rápida y sin un previo crecimiento y madurez espiritual. América Latina viene experimentando un crecimiento exponencial de la iglesia, con ella aumentan los recursos, medios, fama y muchas otras cosas; pero tristemente observamos cómo a muchos estas añadiduras pasajeras les roban la humildad y les hacen quitar los ojos del verdadero Autor de todo: nuestro Rey y Señor Jesucristo.
Graham era conocido como el pastor de los presidentes de EE.UU., su rectitud en el manejo de la fama, el poder y el dinero, sumado a una ejemplar vida como hombre, padre y esposo, le pusieron en muchas ocasiones en la cresta de mayor credibilidad en su país. En varias ocasiones el partido Republicano solicitó que fuera su candidato a la presidencia de los Estados Unidos, su respuesta todavía impacta hasta hoy: «no puedo dejar el más elevado oficio que Dios puede dar a un ser humano de ser su voz a los hombres, para humillarme a ser presidente de los Estados Unidos».
Billy Graham siempre se movió en los más altos niveles de poder y jamás eso le enfermó ni le hizo amasar grandes fortunas ni se vio envuelto en ningún escándalo, él siempre tuvo sus ojos puestos en Cristo y jamás se dejó tentar con nada. Una buena familia, un ministerio floreciente y sólido ante las artimañas del diablo, buen y transparente manejo de los recursos, le hacen hoy, después de ausente, un invaluable referente de honestidad, carácter y santidad que buena falta nos hace en nuestra golpeada Latinoamérica.
Hoy que América Latina está despertando espiritualmente, está asumiendo la política, la conducción de los gobiernos en todo nivel y muchas otras responsabilidades sociales; así como el explosivo crecimiento de la iglesia, es necesario mirarnos en Cristo y en el legado de hombres como Billy Graham para que Satanás no gane ventaja en nuestra vida y en la obra del ministerio del Reino. «Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios» (Hebreos 12:1-2).
El cristianismo latinoamericano tiene mucho que aprender del legado de hombres de Dios como Billy Graham. ¡El Señor nos ayude…!
@GeorgesDoumat
-o-o-o- 1, 2, y 3 -o-o-o-
1 LA SALIDA A LA CRISIS VENEZOLANA. En reiteradas oportunidades hemos señalado -apegados a las profecías que Dios viene dando desde 1983 para Venezuela y previo cumplimiento de gran parte de ellas-, que de esta crisis no saldremos electoralmente. El verdadero proceso electoral transparente y aceptado por todas las partes vendrá luego; mal haríamos en seguir creyendo que el 22 de abril traerá algún tipo de cambio. Respetamos las demás opiniones, pero la de Dios está por encima de todas, juzguemos las profecías y seamos precavidos, el Señor pondrá primero un ‘Ciro’ (un no creyente amigo del pueblo de Dios) a reorganizar y encaminar al país, mientras que el avivamiento espiritual traiga unidad, madurez y la cantidad suficiente de cristianos y amigos para que el ‘David’ anunciado por Dios sea presidente de la República Cristiana de Venezuela. Cuidado con invertir el orden.
2 IGLESIA EVANGÉLICA SUIZA ACEPTA ‘BITCOINS’ COMO OFRENDA. La iglesia ICF Zurich ubicada en Suiza ha comenzado a aceptar ofrendas en la criptodivisa ‘Bitcoin’. La congregación carismática, una de las iglesias más grandes del país alpino, ha decidido añadir esta moneda digital para que sus miembros pueden realizar sus donaciones a la iglesia. Definitivamente no escapamos al avance de la tecnología.
3 LO DIJO Billy Graham: “Debemos hacernos tres preguntas antes de hablar: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Glorifica a Cristo?”.
Y la Biblia DICE: “Cuando hable alguno, hágalo ciñéndose a las palabras de Dios; cuando alguno sirva, hágalo según el poder que Dios le haya dado, para que Dios sea glorificado en todo por medio de Jesucristo, de quien son la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.” (1ª Pedro 4:11. RVC).