(Verdad y Vida – Redacción).-
En la Venezuela actual, hay más crisis que alimentos y agua, pero aun así, se encuentran personas cuyos negocios y empresas se ven prósperos y la materia prima para funcionar no les falta. Tal es el caso de cuatro empresarios cristianos, entre muchos otros, quienes con todo el respaldo divino, se mantienen a flote y hasta creciendo en una economía que va en caída.
Se consultó a Mario González, empresario y dueño de dos panaderías en el estado Nueva Esparta, quien aseguró que «no doblegarse al sistema», es la clave para continuar con el negocio. «Mantenerse íntegro en un sistema totalmente corrompido, solo se puede lograr estando bien cimentado sobre la Roca, estar bien sostenido de Jesucristo y de sus enseñanzas, esa es nuestra fortaleza. Él lo advirtió cuando dijo que ‘el que me sigue y hace lo que yo enseño es realmente mi discípulo’».

Las claves para ser un empresario del reino son: primero, el esfuerzo, Dios premia el esfuerzo, lo vemos en Josué 1:9; segundo, cumplir con los principios financieros bíblicos, diezmo, ofrenda, limosna, integridad en el pago de impuestos, ser justo y equitativo con los empleados; también, no doblegarse ante el sistema «para que Dios pueda hacer en ti, pero si te corrompes y doblegas, le abres puertas al enemigo para que destruya la protección de Dios», aseguró González.
«Los empresarios tienen un eslogan: Si compras a buen precio, puedes vender a buen precio. Yo he sido testimonio y con convicción puedo decir que en el reino de los cielos, es totalmente al revés: Si tu vendes económico, compras económico. Si yo me mantengo al margen de mis ganancias y vendo económico, he comprobado que esa es la única forma en que he podido comprar la mercancía a precios bajos. Aun en la crisis, mis negocios son los que venden más económicos en toda Venezuela y he tenido un crecimiento acelerado. El secreto está en no doblegarse ante el sistema», concluyó.
Por su parte, la empresaria Niamara Mata, dueña de una librería cristiana en Porlamar desde el 2007, aseguró que a pesar de conocer que existe una crisis, al momento de manejar su empresa, ella espera por dirección de Dios, «todo cristiano debe entender y debe tener la convicción de que es Dios quien dirige su vida, no es el sistema, no es el hombre y si nosotros tenemos la fe, la confianza de que es Él quien maneja todos nuestros recursos financieros, la familia, en todos los ámbitos de nuestra vida, nosotros vamos a ser exitosos en todo».

Agregó que los empresarios cristianos «no dependemos de la bolsa o de las medidas económicas, simplemente debemos orar para oír la dirección de Dios, para que Él nos dé conexiones divinas; siempre hay proveedores, Dios te pone las conexiones con las personas idóneas para que te den las Biblias, los libros y todo el material que necesitas para que el negocio siga en pie».
Explicó que no todo el mundo puede ser librero, cree que es el Señor quien los escoge «porque este tipo de negocio implica hablar con mucha gente que viene buscando una orientación, ayuda o buscando de Dios en este tiempo cuando hay mucha necesidad, y uno está en la responsabilidad de decirle a estas personas que Dios existe, que debemos confiar en Él, que si nosotros le entregamos nuestra vida a Jesús, para que Él sea quien nos dirija, oriente y lleve, vamos a ir a un puerto seguro, tener el éxito y la paz que sobrepasa todo entendimiento como solamente Él la puede dar. En Venezuela aún tenemos el privilegio de tener una Biblia en casa, y no una, a veces tenemos hasta 2, 3, 4 Biblias», concluyó.

También se consultó a Luisana Dávila, quien expresó que como empresarios cristianos en Venezuela, «tenemos dos opciones: Creemos en lo que está sucediendo en el país o como cristianos creemos lo que Dios puede hacer». En su caso, le ha tocado vivir momentos difíciles para la venta de puertas a grandes tiendas y particulares, fue víctima de un robo y estafa por parte de un personal de confianza y también experimentó una insistente invitación de terceros a trabajar fuera del país, pero ella decidió creer en la promesa que el Señor le había dado respecto a su futuro como empresaria.
Por su fidelidad y constancia ha visto la mano de Dios obrar en su favor y hacer ventas cuando pensaba que no iba a vender nada, «esas son las cosas que Dios hace». Agregó que los empresarios que se mantienen son los que tienen constancia, los que tienen la capacidad y la visión, saber qué quiere hacer, para dónde va y descubrir cuál es su pasión. «Yo sé que hoy quizá hoy soy un pequeño-mediano empresario, pero sé que las promesas que Dios me ha dado las vamos a alcanzar», concluyó.
Por su parte, Georges Doumat, editor y presidente de una empresa gráfica, señaló que «no podemos abstraernos de la crisis económica que vive Venezuela, pero sí podemos evitar que ella nos envuelva y derribe. Es sumamente difícil, pero no imposible, sortear escollos como el bachaqueo a nivel mayorista, las alcabalas burocráticas, el cerco cambiario y la galopante inflación para poder mantenerte santo y tu empresa libre de contaminación espiritual».

Doumat asegura que «pese a todas las limitantes y trabas, Dios siempre nos saca en victoria; cuando crees que ya llegaste al punto de cierre, Él te sorprende proveyéndote a través de los cuervos. Emprender o mantener una empresa en la Venezuela de hoy es todo un reto a nuestra fe, pero como lo dice su mismo significado: “la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”; tenemos la garantía de que la provisión divina llegará en el tiempo justo, aunque hoy no la veamos, tenemos la certeza que no faltará, pues fiel es quien lo prometió».◄