Dios está por hacer algo inusual en tu vida y en el mundo entero, será público y notorio para que la gloria sea de Él y no de alguien más

Vivimos en un mundo lleno de posibilidades, donde todo es probable, existen muchas opciones o alternativas a la hora de elegir, a causa de la enorme diversidad y pluralidad existente en nuestro mundo.
Sin embargo, hay momentos en la vida en que la situación se convierte en un imposible, te parece que se acabaron todas las probabilidades y las posibilidades.
- Son momentos en los que te encuentras entre la espada y la pared.
- Todo parece estar en tu contra.
- No encuentras una salida posible.
- No puedes ver el camino a seguir.
- No sabes qué hacer.
El juego está trancado, como en el dominó, no hay nada más que hacer, solo contar.
- Se te cierran todas las puertas.
- Nada parece funcionar a tu favor.
- Parece que la injusticia ganó la partida.
- Parce que triunfó la enfermedad.
- Parece que la muerte es inminente.
- Tienes la sensación de que el mal triunfó sobre el bien.
- Llegas a pensar que ni siquiera Dios te puede ayudar.
- Te sientes perdido, crees que Dios ya no te oye. Tu fe ha desaparecido.
- No sabes el por qué, está pasándote esto, tienes ante ti un panorama donde parece que la mentira triunfó sobre la verdad.
- Estás a punto de rendirte.
Llegas a la conclusión de que solo un imposible puede salvarte.
Todos nos hemos encontrado en esa situación en algún momento de nuestras vidas.
Yo recuerdo una situación en particular en la que parecía no tener ninguna oportunidad de lograr mi objetivo, fui a entregar mi currículo a una empresa multinacional, para concursar por un cargo en el departamento de seguridad industrial, pero cuando llegué a la entrada de la compañía, el escenario no podría ser más desalentador para mí, tuve que esperar cinco horas antes de llegar a la puerta para entregar mi currículo, debido a que antes que yo había 1.200 personas concursando por el mismo cargo que yo, y habían llegado antes que yo, además pude reconocer a varios de los aspirantes que tenían más experiencia que yo, en fin; parecía imposible que lo lograra ante tales circunstancias, solo un imposible lo haría posible; sin embargo, mantuve mi fe y regresé confiando en que Dios haría lo imposible para mí, yo ya había hecho lo posible, ir a la compañía y abrirme camino entre 1.200 personas para entregar mi currículo, de allí en más, estaba en las manos de Dios.
Jamás olvidaré el día cuando el jefe de Relaciones Industriales me llamó por teléfono para informarme que yo había sido seleccionado para ocupar el cargo de Inspector de Seguridad Industrial de Venepal. En ese momento esta empresa era la tercera papelera más grande de América. Me dieron una cita para hacerme el examen médico y la entrevista en persona, lo demás es historia, lo logré, lo que parecía imposible ocurrió, se cumplió en mí la palabra que dice: que los postreros serían primeros.
En otra oportunidad, mi esposa fue ingresada en el hospital, para practicarle una cesárea de emergencia, a causa de un ataque de preeclampsia, yo estaba muy nervioso, ya que como paramédico que soy, conocía el enorme riesgo que corría mi esposa en ese momento, el médico salió y preguntó: “¿Quién es el esposo de la señora Elizabeth?”. “Yo soy”, le respondí, y él me dijo: “la situación se complicó, debe tomar una difícil decisión, ya que no puedo garantizar la vida de las dos”; yo le dije que bajo ninguna circunstancia iba a elegir quién viviría y quién no, entre mi esposa y mi hija, usted debe trabajar para salvarlas a las dos, él me dijo: “yo no puedo garantizarle la vida de las dos, usted tiene que firmarme una autorización donde asume toda la responsabilidad del resultado”.
Le dije: conozco a alguien para quien nada es imposible, él me ayudará, haga su parte que Dios hará la suya, recuerdo que después de eso, me pregunté: ¿Qué fue lo que hice? Me vinieron todo tipo de pensamientos negativos a la cabeza, como: “serás el único responsable si se mueren las dos”, era una situación donde solo un imposible era la solución, y dichosamente así fue. Gracias a Dios mi esposa y mi hija salieron vivas de esa cesárea, hoy mi hija Maziel tiene 36 años, ya nos hizo abuelos de dos bellas niñas.
Es posible que en medio de esta crisis actual que afecta al mundo entero te sientas impotente, quizás perdiste el empleo y ya no te quedan recursos, y para colmo de males el panorama es totalmente incierto, estás desesperado y no sabes qué hacer, es un momento donde solo un imposible es tu solución.
Estos son los momentos en los que Dios hace de lo imposible una posibilidad de éxito para ti, tú has lo posible y déjale el resto a Dios, Él tiene la última palabra en esta historia.
La Biblia está llena de esos casos imposibles que se hicieron posibles.
¿Qué probabilidad hay de poder alimentar a 5.000 personas con solo 5 panecillos y 2 sardinas? Jesús y sus discípulos hicieron eso.
¿Qué probabilidad hay de que tengas una pesca de miles de peces cuando ya no hay peces que pescar? Pedro hizo eso cuando Jesús le dijo que echara de nuevo su red para pescar.
¿Qué probabilidad existe de que pesques un pez y consigas en su boca el dinero que necesitas para pagar tus impuestos? Pedro hizo eso.
¿Qué probabilidad existe de que un esclavo preso en la cárcel en un país extranjero, se convierta en el gobernante del mundo y a su vez lo salve de morir de hambre? José hizo eso.
¿Qué probabilidad existe de que un niño enfrente a un gigante de tres metros y medios de estatura, siendo este un guerrero experimentado y armado hasta los dientes lo venza con una piedrita? David hizo esto y, además, se convirtió en el rey de su nación.
¿Qué probabilidad hay de escapar vivo de un horno crematorio gigante, que arde a más de cuatro mil grados centígrados? Tres personas hicieron esto: Sadrac, Mesac y Abednego.
¿Qué probabilidad existe de salir vivo de un pozo con leones hambrientos que no han comido nada en muchos días? Daniel hizo esto.
¿Qué probabilidad hay de escapar de una cárcel de máxima seguridad, llena de guardias, caminando frente a ellos sin ser visto? Pedro hizo esto.
¡Nunca digas nunca!
¿Qué probabilidad hay de que alguien camine sobre las aguas en medio de una tormenta a las tres de la madrugada? Pedro hizo esto.
¿Qué probabilidad existe de regresar a la vida después de cuatro días de muerto, cuando tu cuerpo ya está descompuesto? Lázaro hizo esto.
¿Cuál fue el factor denominador común de todos estos imposibles que se hicieron posibles en la vida de estos hombres? Dios.
Verdades:
- Para Dios no existen imposibles. Los imposibles son la especialidad de Dios.
- Las cosas posibles son tu responsabilidad, no la de Dios.
“Dios abre puertas que nadie puede cerrar y también cierra puertas que nadie puede abrir”.
Dios abre caminos donde no los hay:
¿Qué probabilidad tenía el pueblo hebreo de escapar de Faraón, cuando se encontraba acorralado, con el mar Rojo al frente y los egipcios detrás de ellos? Ninguna, pero lo hicieron.
¿Qué probabilidad tiene el mundo de salir de este atolladero donde nos encontramos hoy?
¿Qué probabilidad tienes tú de salir airoso del atolladero que te encuentras hoy?
Dios ha escuchado tu oración y está a punto de abrir un camino donde no lo hay, para librarte de la situación que te parece imposible de solucionar hoy.
“Cuando se acaban tus posibilidades, Dios es el único que puede ayudarte”.
Dios está por hacer algo inusual en tu vida y en el mundo entero, será público y notorio para que la gloria sea de Él y no de alguien más.
Los faraones del mundo están por experimentar una impensable, improbable e imposible derrota, que lo cambiará todo.
Estás a punto de ser testigo del nacimiento de un nuevo tiempo para la humanidad.
La vida es cíclica, los malos tiempos de seguro regresarán, los retos y los desafíos siempre estarán a la orden del día, pero la buena noticia es que Dios siempre estará justo donde tú lo necesites, haciendo lo que mejor hace; haciendo posible tus imposibles.
“Cuando lo imposible se convierte en la única solución posible, Dios es tu única opción”.
Miguel Ángel León R.
Apóstol, psicólogo y escritor