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Finanzas Sanas (Parte III)

[Adonirán Díaz – Pastor y Máster en Administración (IESA)].-

En Finanzas Sanas II definimos el «Agiotismo».  El «Agiotismo» es un ilícito y por tal no encaja en el concepto de Finanzas Sanas. Así que el «Agiotismo» es perverso y mal sano, nocivo y especulativo.
Por cierto, a los agiotistas también se les llama prestamistas. Esto es verdad pues todo el que hace préstamos es un prestamista, bien sea institución o persona, legal o ilegal. Entonces, un prestamista es malo cuando se sale del marco legal. Las instituciones financieras: bancos, casas de cambio, casas de bolsa y otros, son prestamistas si hacen préstamos.
Los agiotistas o usureros prestamistas se las arreglan para conseguir la manera de cobrar los préstamos y sus intereses. Estos últimos son mayores, en muy poco tiempo, que el capital del préstamo en sí.
Asimismo cuando los agiotistas venden mercaderías con precios excesivos, buscan la manera de hacerlo de contado pues esto les evita el problema de cobrar giros, y si arreglan giros lo hacen en poca cantidad, así con la inicial y los primeros pagos liberan los costos de las mercaderías y consiguen ganancias considerables. El resto de los giros es ganancia neta conseguida con usura.
¿Cómo reconocer a un agiotista?, muy sencillo:  Una persona necesitada de dinero para resolver una emergencia, lo divulga entre personas y algunas de éstas conocen a algún agiotista dispuesto a correr «riesgos» y a ganar dinero fácil.
El agiotista aparece como el «Chapulín Colorado» y dice para sí: «no contaban con mi astucia», y ofrece sus servicios, y para no aparecer como «ladrón evidente» desglosa los intereses semanalmente, por ejemplo: 5% semanal, lo cual es 20% mensual y 240% anual. Los intereses permitidos a las instituciones prestamistas es de 28% anual actualmente en Venezuela; lo cual indica un cobro en exceso de intereses de 212% anual. Por tal razón si usted no pagara intereses durante un año, por deuda de intereses es de 2,4 el capital, por lo tanto el capital adeudado es de 3,4 veces. Un ejemplo inmediato; si usted quitó 10.000 Bs prestados, al cabo de un año, si no ha pagado intereses, debe 34.000 Bs.
Con un ejemplo más suave, vemos también el efecto malvado del agiotismo. El agiotista dice que va a cobrar barato, intereses del 2% semanal, equivalente a 8% mensual y 96% anual. Si usted no paga intereses durante un año incurrió en una adición de deuda de casi el valor del capital. Si usted quitó 10.000 prestados, al cabo de un año, si no ha pagado  intereses, debe 19.600 Bs.
Al agiotista podemos compararlo con un ladrón que se le acerca y le dice: Lo voy a asaltar, no tengo revólver, no tengo cuchillo, pero debes darme el dinero que tienes, y usted sin mediar palabra ni hacer resistencia, saca la cartera le entrega el dinero que porta y de paso le da las gracias por asaltarlo.
Otro ejemplo, muy sencillo, nos ilustra el agiotismo. Usted va a comprar un café grande cuyo costo pudiera ser Bs. 10. Pregunta cuanto cuesta un café grande y el vendedor le dice que debe pagar por el 40 Bs. Usted dice, está bien sírvelo, y saca los 40 Bs. y los entrega por el café grande.
En los dos ejemplos anteriores se ha producido un robo anunciado sin compulsión, sin agresión y lo hemos permitido sin protestar y sin resistir.
Delante de Dios, tanto el agiotista como el agiotado han cometido falta, por robo y por permitir el mismo sin resistencia ni protesta, y Dios demandará cuenta de todo lo que hemos hecho.
Mucho cuidado; no te dejes robar por el agiotista, intentando resolver un problema financiero mediante un  préstamo con intereses excesivos, pues puedes crear un cráter financiero en tu vida tapando un hueco pequeño por un problema financiero.
En el próximo artículo Finanzas Sanas IV, hablaremos de la «Legitimación de Capitales». Este ilícito mal sano, no es muy conocido, como tampoco ocurre con tanta frecuencia en nuestro país.  En los países desarrollados ocurre con mucha frecuencia.
Es bueno conocer este ilícito para tener el cuidado necesario tanto con nuestras cuentas como las de nuestros allegados.
diazcha@gmail.com

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