Verdad y Vida EL QUINCENARIO CRISTIANO DE VENEZUELA
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(Evangélico Digital – Verdad y Vida).-
En el llamado Triángulo del Norte de América Central, los países de Honduras, El Salvador y Guatemala forman una tríada violenta. La tasa de homicidios es más alta en esta región que en la mayoría de las zonas de guerra activas.
En medio de esta violencia se encuentra el pueblo guatemalteco de San Cristóbal Acasaguastlán, un pintoresco oasis de calma con una población de aproximadamente 6.000 personas. Lo que distingue a este lugar son los esfuerzos de Jeaneth Ordoñez, la alcaldesa cristiana que ha unido a la gente del pueblo en su intento por mantener al municipio libre de la violencia y la agitación que los rodea.
La motivación de Ordoñez para proteger y proveer a su gente viene directamente de su fe. “Dios me ha puesto en este lugar y me ha dado un amor y deseo de servir a mi gente y mejorar sus vidas”, dijo. “Tengo fe en Dios y amo a la gente”, agregó.
A unas dos horas de Ciudad de Guatemala, el municipio abarca una ciudad pequeña y una gran área rural donde el alto desempleo significa que la pobreza es muy común, como lo es en todo el país. Pero Ordoñez tiene una gran visión y ya ha hecho grandes progresos para mejorar la salud, la educación, la sanidad y el agua potable.
Cuando se le preguntó cómo trabaja tan incansablemente, ella simplemente dice: “Dios me da la fuerza”. Cuando era más joven, Ordoñez tenía la ambición de dejar atrás su pequeña ciudad y dirigirse a la capital de Guatemala. Pero, como ella dice “Dios tenía sus planes”.
Tras ser elegida y luego reelegida, ha implementado diversas iniciativas para ayudar a la gente del pueblo y también para atraer el interés de turistas y negocios externos. “El desempleo continúa siendo un desafío”, admitió. La seguridad también plantea un reto significativo.
Para la alcaldesa Jeaneth, la ayuda de organizaciones externas es “una bendición increíble”, pero enfatiza que ella y los ciudadanos de San Cristóbal Acasaguastlán saben que su apoyo final proviene de Dios. “Si tenemos éxito, es porque doblamos nuestras rodillas ante Dios y él nos ha bendecido”, dice. “Nunca debemos olvidar que Él es la fuente de todas las cosas buenas”.◄
