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Glorificar a Dios: El mayor acto de agradecimiento, Lisbet Borjas F.

A la luz de la Palabra de Dios, agradecer se convierte en un sublime acto de adoración y alabanza para glorificar a nuestro Dios, como Padre amoroso y creador

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Por lo general hablamos y nos referimos al agradecimiento como un acto de retribución por algún favor concedido, o como una norma de cortesía que, desde pequeños, en nuestro hogar y escuela, nos enseñaron: “Recuerda dar gracias”, nos repetían siempre. Sin embargo, y a la luz de la Palabra de Dios, agradecer se convierte en un sublime acto de adoración y alabanza para glorificar a nuestro Dios, como Padre amoroso y creador.
¿Y esto por qué?
Porque Él mismo no los dice y manda en su Palabra: “Dando siempre gracias por todo al Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20).
En 1ª Tesalonicenses 5:18, también nos dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús”.
El pastor y obispo Gustavo Moros, del ministerio venezolano Renuevo, con sede en Ohio, siempre nos recuerda que “el agradecimiento es el recuerdo del alma; y la gratitud es el código que trae frutos de crecimiento espiritual, primeramente”.
Basado en el pasaje de Lucas 17:11 al 19; el pastor Moros, asegura que “la gratitud es una actitud en, y del corazón y se trata además de un código y verdad poderosa que desata y rompe con nuestra condición de opresión y esclavitud espiritual, para luego Dios traernos la frescura y el soplo del rocío de su presencia”.
Y complementa: “La gratitud es la llave que abre las compuertas de todas las bendiciones que Dios tiene reservadas para nosotros”.
Cuando somos agradecidos, de manera misteriosa e inexplicable, Dios añade bendiciones a nuestras vidas.
Y es que la gratitud también se relaciona con nuestra disposición de ser generosos y “dadores alegres”, porque también demostramos nuestro agradecimiento a Dios cuando damos con alegría y desprendimiento, “no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2ª Corintios 9:7).
Por todo lo expuesto, también es importante iniciar siempre nuestras oraciones, con una actitud de agradecimiento o acción de gracias a nuestro Dios; porque ser y estar agradecidos, debería ser también, una actitud permanente de satisfacción, de llenura espiritual, paz, serenidad y disfrute; aún por los detalles cotidianos, que a veces nos parecen y resultan insignificantes.
En ocasiones, el ser agradecidos y mantener una actitud de agradecimiento, también puede resultar un buen antídoto contra los pensamientos y emociones negativas como el aburrimiento, las quejas y hasta la depresión; porque siempre tendremos más motivos para agradecer y celebrar, que para quejarnos y sentirnos decaído y desanimados.
Un buen ejercicio es elaborar nuestra lista de motivos de agradecimiento, a veces nos puede resultar hasta terapéutico para combatir y contrarrestar esos pensamientos y emociones negativas, que nos impiden también, cultivar una constante actitud de gratitud para glorificar a nuestro Dios, y exaltar su nombre, supremacía y soberanía, como el principal acto y motivo de agradecimiento.

Lisbet Borjas F.
Periodista

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