(Agencias/ VyV – MISSISSIPPI).-
Hannah Gay es una pediatra cristiana que logró desarrollar una cura para una niña que había nacido con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Esta doctora trabaja en el Universal Medical Center de Mississippi, EE.UU, lugar donde desempeñó gran labor por lograr una «cura funcional» ante el caso de VIH en una bebé que atendió.
Después de seis años de desempeñar labores como misionera en el Cuerno de África junto a su esposo y sus hijos, la familia decidió volver a los EE.UU. Gay tomó un trabajo a medio tiempo donde pudiera practicar su carrera como doctora en el mencionado hospital.
«Mi labor en ese trabajo a medio tiempo era ayudar en la clínica de VIH; así que lo tomé por ese motivo. Lamentablemente, sólo trabajé media jornada por dos meses y después se convirtió en un trabajo a tiempo demasiado completo, aunque lo disfruté», declaró la doctora en entrevista a Baptist Press.
La doctora, ahora especialista en infecciones de VIH y profesora de enfermedades pediátricas infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Mississippi, EE.UU, comentó que su fe en Cristo es el factor que define su vida. «Yo no tenía ningún entrenamiento sobre VIH. Cuando yo estaba estudiando, en mi ciudad no había una unidad pediátrica para tratar VIH. Yo no había escogido esta rama pero aparentemente, Dios lo había hecho por mí», comenta Gay.
Reconoce la doctora que su fe influye en todo lo que hace. «Define quien soy. De hecho es todo lo que hago y eso incluye mi carrera como médico. Ciertamente es el amor de Cristo lo que yo estoy transmitiéndole a estos niños. No es nada mío; viene de mi fe», confiesa.
El descubrimiento
Hannah Gay fue reconocida internacionalmente a finales del primer trimestre del año, debido a que descubrió una ‘cura funcional’ para un bebé que nació con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), un avance médico que puede llevar a la cura del virus en niños.
Gay promueve la prevención como la mejor medicina que pueda existir y motiva a las Iglesias cristianas a jugar un papel importante en el alcance de esa meta. De igual manera, planea continuar su enfoque en la prevención para que la ciencia sea la que se encargue de replicar la ‘cura funcional’ para otras víctimas.
«Trabajamos fuertemente para asegurarnos de identificar la mayoría de mujeres que sean VIH positivo durante su embarazo y así poder tratarlas durante el período de gestación», indicó la doctora Hannah. «Si podemos hacer eso, podremos prevenir casi todos los casos de transmisión del virus de la madre al bebé», agregó.
Gay ha abogado por años para suministrarle tratamientos antiretrovirales a bebés recién nacidos de madres con VIH positivo. El éxito de la ‘cura funcional’ se centró en un bebé cuya madre no recibió cuidados prenatales y fue diagnosticada con el virus durante el parto.
El tratamiento se inició cuando nació el bebé y consistió en la administración de tres medicinas agresivas, en oposición con el tratamiento convencional de una sola medicina. El tratamiento continuó hasta cumplidos los 18 meses de nacida, momento en el cual la madre dejó de llevar a la niña a los controles médicos.
«Después de los 18 meses de edad y por cinco meses más, la madre no volvió a la clínica y cuando volvió ya a los 23 meses de nacida, admitió que no le había estado suministrando las medicinas a la niña», comenta la pediatra.
Sorprendida por el resultado de los exámenes, la doctora Gay consultó con varios colegas de otros hospitales y clínicas del país, quienes confirmaron la «cura funcional».
«La definición de la cura funcional no es realmente precisa», dijo la pediatra; «pero básicamente lo que podemos demostrar es una niña que no ha tomado el tratamiento en un tiempo prolongado y no presenta evidencias de réplicas del virus», aclara.
Hannah Gay asegura que continuará atraída a trabajar en pediatría para ayudar a los niños a tomar decisiones sanas en sus primeros años de vida a través del evangelio.
Dios siempre de primero
La doctora Hannah Gay creció asistiendo a una Iglesia Bautista al Sur de los EE.UU y participó, desde muy joven, en actividades del Ministerio de Niños Sunbeams, Niñas en Acción y Jóvenes Auxiliares.
«Era, de alguna forma, parte de mi entrenamiento. Durante mi adolescencia comencé a preguntarle al Señor qué quería hacer conmigo y Él me dirigió hacia la pediatría. Desde allí comencé a transitar por ese camino», comenta sobre su propósito.
Hannah Gay habla abiertamente de su creencia y exhorta a las personas a centrar su conciencia social en el evangelio y en «cómo el evangelio y la vida en Cristo puede formar nuestro estilo de vida y nuestras decisiones. Esto servirá como prevención no sólo del VIH, sino de muchos otros sufrimientos en el ser humano». Agregó que las iglesias cristianas y los mismos cristianos deben ser educados sobre la Palabra de Dios.
Labor como misionera
Hannah Gay y su esposo emprendieron viaje a África en 1987 con la intención de enseñar en la escuela médica, pero debido a la guerra civil que se llevaba a cabo en el momento, no había podido hacerlo y poco tiempo después el área de pediatría del hospital fue cerrada.
Pero ella con intenciones de cumplir con su propósito, manejaba una pequeña clínica para los empleados de la misión y sus familiares. Luego de seis años, la doctora y su familia decidieron regresar a su país para darle a sus hijos una mejor educación y ambiente de vida.
«Decidimos volver y quedarnos por un tiempo para que nuestros hijos estudiaran, pero siempre con la esperanza de poder volver al campo misionero después de eso», comentó. «Pero con el tiempo, me detectaron una artritis que afectaba a mi sistema inmunológico, por lo que volver al Cuerno de África era imposible».
Finalmente la pediatra Hannah Gay entiende que Dios tiene un propósito para ella y agradece «tener la oportunidad de enseñar estilos de vida saludables y ayudar a tomar las decisiones correctas desde el principio, que es gratificante, en lugar de tratar arreglar las consecuencias de malas decisiones después de años», concluye.
