Lo más seguro que tenemos es la muerte, todos vamos a morir un día, todos dejaremos este cuerpo terrenal y nuestro destino final depende de lo que decidamos aquí en la tierra

Juan 3:16; “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
¿Quién nos espera al final del camino? ¿Hay gozo por saber quien nos espera en casa? O ¿el temor te embarga por conocer quienes te esperan en la parada final de tu vida?
Mi esposa cada vez que salgo al trabajo me despide en la puerta. Y aunque pase un día pesado y difícil en el trabajo hay un gozo y un anhelo en mi corazón por llegar nuevamente a casa.
Ya que allí me están esperando mi esposa, mis nietas y mis hijas. Es una bendición y un privilegio ser esperado por seres queridos y bien conocidos.
¿Cómo esperas la llegada a tu eterno hogar?
¿Quién te espera en tu destino?
Se cuenta en la siguiente historia que: “Hacia el final de la 2ª Guerra Mundial, un soldado que había pasado más de tres años en el sur del Pacífico estaba sentado en un vagón del tren con una cara expectante y jubilosa. El tren iba en dirección a Chicago.
¿A qué velocidad vamos? –Preguntó el soldado al revisor.
Esta sección de la vía es buena y vamos a unos 110 Kph. –Contestó el revisor.
¿Cuánto nos falta para Chicago? –Preguntó de nuevo el soldado.
Algo más de 100 Km.
¡No sé por qué no hemos llegado ya! –Dijo el soldado, y bajó su equipaje de la rejilla de arriba.
– ¡Voy a ser el primero en bajar de este tren!
¿Por qué tenía tanta prisa en llegar?
Su padre, madre, hermanos, hermanas, amigos y novia le estaban esperando para darle la bienvenida.
Había otro soldado en aquel mismo vagón, tenía la cara llena de tristeza. Iba esposado y a cargo de la policía militar. No tenía ninguna gana de llegar a su destino porque solo le esperaba el juicio y el castigo por el delito que había cometido. No habría ni amigos ni seres queridos esperándolo.
¿Qué de ti?, ¿esperas con alegría y júbilo el día de llegar a casa? ¿Te recibirán en las moradas celestiales que fue a preparar Jesús y estarás con el Señor y con tus amados en la gloria? O ¿es que eres de los que teme a ese día?
La respuesta a esas preguntas depende de quién es Jesús para ti y si has aceptado su obra redentora.
Lo más seguro que tenemos es la muerte, todos vamos a morir un día, algunos más pronto que otros, pero todos dejaremos este cuerpo terrenal y nuestro destino final depende de lo que decidamos aquí en la tierra.
Aún hay tiempo de tomar la mejor decisión de tu vida, aquella que determinará tu destino final eterno. Vive confiadamente, feliz y expectante, sin temor a la muerte, con la certeza de dónde pasarás la eternidad.
Que tengas un excelente y bendecido día.
Julio Reyes
Pastor