Cuando uno analiza la Palabra de Dios y compara el caso venezolano con procesos que pasaron otros pueblos en la Biblia, se da cuenta que ambas palabras son de Dios y que no son excluyentes una de otra… Simplemente forman parte de un proceso que depende de la acción de los venezolanos. En la Israel del tiempo de Jeremías, Dios permitió pasar múltiples dificultades al pueblo esperando un cambio de actitud en los ciudadanos antes de que estallara la guerra en el país; pese a las aflicciones vividas, Dios no quería llegar al verdadero juicio que era el destierro total.
El Señor habla de que los israelitas contaminaron la tierra con su pecado, y me pregunto: ¿habremos los venezolanos contaminado la tierra con nuestro pecado? ¿Será que los desmanes vividos son solo una advertencia de Dios para que nos detengamos de nuestro mal camino? ¿Podríamos estar peor de como ya estamos? ¿Nos habremos arrepentido ya los venezolanos y habremos cambiado? ¿Cómo está la iglesia, el pueblo de Dios, las confraternidades, los concilios las congregaciones hoy día en el país, tendrá la iglesia de qué arrepentirse? ¿Habrá algo aún que debemos corregir?
Quizás aún estemos a tiempo de que Dios en su misericordia detenga un destierro total con un dolor sin precedentes hasta ahora vivido y está esperando un cambio de actitud que parece no llegar. Sin embargo, Dios siempre deja un remanente en la tierra para dar la palabra del atalaya: «arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado».
Adelis Lobo
Pastor y abogado