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La fe inquebrantable de Kirti en India

Conoce la historia de esta valiente cristiana que no doblegó su fe ante la presión y maltratos de su pueblo

Cuando Kirti regresó a su pueblo, solo tomó una semana para que la noticia se difundiera en sutiles susurros: ‘Kirti rechazó a los dioses hindúes y ahora sigue a “un dios extranjero” llamado Jesús’ / PA

(Puertas Abiertas – Verdad y Vida).-

En India se dice que hay millones de dioses, aunque nadie tiene una cuenta exacta. Sin embargo, millones de personas están encontrando al único y verdadero Dios, y sus vidas están siendo transformadas. Un equipo de Puertas Abiertas viajó hasta el país y conoció algunos de ellos. Esta es la historia de Kirti (nombre cambiado por motivos de seguridad).
El día que me encontré con Kirti estaba soleado, y la luz del sol de India acariciaba las hojas que se agitaban en los árboles de Banyan. Kirti llevaba un vestido color rosado con una blusa dorada. Suavemente colocaba sus manos sobre sus rodillas mientras hablaba, asintiendo con la cabeza y sonriendo a menudo. Su historia es una de pérdida y profundo sufrimiento por Cristo, pero aún no había peso en su mirada.
Ella es una joven madre que vive en un pueblito distante en India. Cierto día decidió entregarle su vida a Cristo y se apartó de sus dioses hindúes para seguir a Jesús mientras asistía a un servicio religioso fuera de su pueblo. Como muchos cristianos en India, Dios curó milagrosamente a Kirti de una enfermedad debilitante durante un culto. Aunque habría sido difícil anticipar la persecución que se avecinaba, el momento de su conversión la enraizó en Cristo, con una profunda seguridad, que marcó su fe para siempre su fe.

CONFRONTADOS POR LOS ANCIANOS DEL PUEBLO

Cuando ella regresó a su pueblo, solo tomó una semana para que la noticia se difundiera en sutiles susurros: ‘Kirti rechazó a los dioses hindúes y ahora sigue a «un dios extranjero» llamado Jesús’.
En un pueblo como el de Kirti, la religión hindú es parte del tejido comunitario, ir en contra de la religión conlleva un gran riesgo y una posible expulsión, o incluso la muerte. La gente del pueblo ve este tipo de conversión como una apostasía que podría enojar a los dioses y traer calamidades y desgracias a todo el pueblo. Por lo tanto, el rechazo de la fe hindú debe ser tratado con rapidez y audacia.
No pasó mucho tiempo antes de que Kirti fuera convocada ante los ancianos, junto con los pocos cristianos de su comunidad, a una reunión especial. Todos en la aldea estaban presentes. «Nos llamaron a la reunión y me dijeron que me pusiera en el medio», comparte. «Nos dijeron que dejáramos de ir a la iglesia o nos golpearían».
Algunos de los cristianos dejaron de adorar por miedo, pero la familia de Kirti se opuso a negar a Jesús. Frustrados por la perseverancia de Kirti, los ancianos de la aldea le dijeron que se fuera a casa y volviera al día siguiente. En tres reuniones consecutivas, los ancianos le dijeron a ella que negara a su nuevo Dios y volviera a la fe hindú. «Les dijimos que no dejaríamos de creer en Cristo», dice esta valiente cristiana.
Entonces, en una reunión posterior los aldeanos trajeron palos de bambú y amenazaron con la violencia. Fue en ese momento, por miedo, que Kirti y su marido dijeron que dejarían de reunirse con su iglesia.
Pero la fe en sus corazones era demasiado grande para mantener esa promesa. Pronto, comenzaron a reunirse en secreto en su casa los domingos. Los pocos cristianos se reunían para orar y cantar tranquilamente y pronto un pastor de otro pueblo empezó a guiarlos. A través de sus oraciones, un joven fue sanado. Pero en un pueblo pequeño, es difícil mantener algo en secreto por mucho tiempo. Esto llamó la atención de los ancianos, y llevaron a un joven a una reunión para interrogarlo, similar al ciego que fue curado por Jesús en Juan 9.
A los ancianos no le gustaron sus respuestas, así que lo golpearon y reunieron una multitud para enfrentar a los creyentes en la casa de Kirti.
«Esto es lo que obtienes por seguir a Jesús».
«La gente entró en mi casa», dice Kirti. «Buscaron mi Biblia. Amenazaron con matarme si continuaba adorando a Jesús». Entonces la multitud arrastró a los cristianos fuera de la casa de Kirti y comenzaron a golpearlos. «Nos agredieron con palos, nos patearon y nos golpearon sin piedad», recuerda ella.
Mientras la golpeaban, le decían que era su culpa que todos los aldeanos se hicieran cristianos. También seguían gritando, «¡Deja a Jesús!», una y otra vez.
La multitud finalmente encontró la Biblia de Kirti, la prendió en fuego y la quemó delante de ella. Luego saquearon la casa y robaron toda su comida, arroz, trigo y verduras, e incluso se llevaron sus pollos y cabras.
Mientras tanto, Kirti seguía orando: «¡Señor, sálvanos si quieres salvarnos!».
Finalmente, la multitud se cansó y se fue. Entonces, los ancianos hicieron un anuncio por un altavoz diciendo a todos en el pueblo que vinieran a un festín. Allí cocinaron la comida y los animales de Kirti y la compartieron con todos los aldeanos. Literalmente se comieron su sustento.
Todos los cristianos fueron heridos, pero Kirti recibió lo peor, una de sus costillas fue quebrada, algo que aún hoy la obstaculiza. Todos fueron llevados al hospital donde ela permaneció por más de dos semanas en recuperación. Fue en ese momento que Puertas Abiertas se enteró sobre el caso de Kirti y de los cristianos en su pueblo, a través de sus sustentadores, ayudó a pagar las facturas médicas y proporcionó atención y apoyo espiritual al pequeño número de valientes cristianos de su pueblo.
Pero la persecución y los maltratos no acabaron…

Luego de golpearla y saquear su casa encontraron su Biblia, la cual quemaron delante de la turba / PA

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