(Fernando Araujo – Articulista).-
Esta fiesta la encontramos en Levítico 23:23-25 y Números 29:1, se celebraba en el séptimo mes ETANIN (1 Reyes 8:2) y corresponde a septiembre-octubre; también llamada ROSH HASHANA (primer día del año civil hebreo). Las tres últimas fiestas se celebran en el mes séptimo, el número siete es importante en los planes de Dios para Israel.
Durante esta Fiesta se toca la trompeta que en el Antiguo Testamento se le llama SHOFAR era un cuerno doblado de macho cabrío o carnero y se tocaba en los acontecimientos de guerra y religiosos, era un instrumento más de alarma que de música.
Durante esta fiesta el toque de la trompeta tiene un carácter profético porque durante 10 días de arrepentimiento incluye recogimiento, despertar y el retorno de Israel (Isaías 18:3-4; Isaías 27:12-13; Isaías 58:1-2; Joel 2:1-2).
Se cree que las cuatro fiestas de primavera (Pascua, Panes sin Levadura, Primicias y Pentecostés) se cumplieron con la primera venida de Cristo y que las tres fiestas de otoño (Trompeta, Día del Perdón y la Fiesta de los Tabernáculos) se cumplirán en la segunda venida de Jesús.
Es profético porque debido a la incredulidad de Israel y el rechazo a Cristo, este pueblo se convirtió en un pueblo esparcido (Levítico 26:27-33; Deuteronomio 28:58-67) pero el Señor los volverá a reunir en su tierra en los últimos días (ya comenzó des 1948).
Y con respecto a nosotros los gentiles (los no judíos), fijémonos en el tiempo transcurrido entre la Fiesta de Pentecostés y la Fiesta de las Trompetas, ese largo período o intervalo (tipológicamente) corresponde al período de la Gracia o dispensación del Espíritu Santo para que entremos todos los gentiles y después Dios volverá a tratar con su pueblo Israel (Romanos 11:13-26).
Con respecto a la Iglesia, esta Fiesta nos advierte que los cristianos estamos esparcidos alrededor del mundo en iglesias locales y debemos estar atentos al toque de trompeta y nuestra reunión con Jesús (1ª Tesalonicensess 4:16-17).
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