La Palabra de Dios nos dice en Mateo 27:45-50 que desde la hora sexta hubo tinieblas sobre las tierra hasta la hora novena, es decir, desde mediodía hasta las tres de la tarde, y en el verso 50 dice que Jesús entregó el espíritu (murió). La Biblia no nos dice que ese día era viernes, pero sí de reposo; además, entendemos por la Escritura que murió a las tres de la tarde.
Jesús habló que cuando muriera estaría en el corazón de la tierra por un período de tiempo de tres días y tres noches vea Mateo 12:40 y Jonás 1:17. Desde el viernes a las tres de la tarde hasta el domingo en la mañana no hay tres días, ya que María Magdalena y María la madre de Jacobo al amanecer del primer día de la semana (domingo) fueron al sepulcro y el ángel les dijo que Jesús había resucitado Mateo 28:1-6; fijémonos que es domingo en la mañana y ya había resucitado. Y desde el viernes a las tres de la tarde (según la tradición) hasta el domingo al amanecer no han transcurrido tres días. Si murió el viernes debió resucitar el lunes porque debían pasar tres días (Marcos 8:31).
Aquí hay algo incorrecto, o Él no fue crucificado el viernes o su resurrección no fue el domingo.
De acuerdo a la Escritura Jesús debía pasar 72 horas muerto, es decir, tres días con sus noches, ya lo leímos en Mateo 12:40 y Marcos 8:31.
Es lógico pensar que Jesús tenía que resucitar a los tres días después de haber muerto a la misma hora. lo que tenemos claro fue que murió a eso de las tres de la tarde pero hay dudas con respecto al día de la semana.
Lo que sucedió fue que ese año LA PASCUA cayó un jueves, era un gran día de reposo anual para el pueblo hebreo, según nos lo indica Juan 19:31, y los judíos pidieron el cuerpo para enterrarlo antes que llegase el gran día de reposo (jueves) y celebrar La Pascua, luego vino el viernes que fue un día laborable que es cuando las mujeres preparan especies aromáticas (Marcos 23:56, después el sábado que sería de nuevo día de reposo, es cuando Jesús resucita en la tarde del sábado y por último viene el domingo primer día de la semana y ya no estaba ahí, Marcos 16:1-6 y Lucas 24:1-6; esta es la realidad de crucifixión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Fernando Araujo
Articulista
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