“Esperamos un cambio sin precedentes a través de movimientos que nos lleven a entrar en una correcta relación con el Señor”

(EG – Verdad y Vida).-
En el transcurrir de los años, la nación venezolana ha cargado con el «vicio» de la corrupción como un portafolio de presentación. En efecto, las consecuencias que esta ha producido al país y sus habitantes son numerosas.
Es así como desde una perspectiva «evangélica-espiritual», desde el pasado primero de mayo hasta el próximo nueve de junio, la campaña ‘Venezuela sin corrupción’, intercede por este flagelo durante 40 días.
El pastor y sicólogo Álvaro Rea nos relata, lo que significa esta «depravación simbólica» para Venezuela y los venezolanos, siendo esta reseñada constantemente en los libros de historia de este país suramericano.
«La corrupción que hoy vivimos se ha enquistado en nuestra cultura, convirtiéndose en corrupción generalizada e institucionalizada. No basta hacer énfasis en un cambio de conducta, se requiere un cambio de mente y corazón, eso es lo que la Biblia llama arrepentimiento».
«No es un cambio superficial de opinión, sino una transformación profunda para que veamos y valoremos a Dios por encima de nosotros mismos, nuestros deseos egoístas, ideología o cosa material. Es partiendo de allí, que llegamos a ver a las personas que nos rodean como Dios mismo las ve».
«El arrepentimiento debe comenzar con reconocer que el soborno, la extorsión, el aprovechamiento de nuestra posición para adquirir ganancias deshonestas o privilegios, son pecados que nos dañan y alejan de Dios y sus caminos de bendiciones».
«Luego debemos confesarlo. Este es el tiempo en que cada uno de nosotros, admitamos a viva voz, que hemos participado y contribuido con este mal que quebró la justicia en sus múltiples expresiones. Nos empobreció, al punto de llevar a miles de niños al deterioro de sus capacidades cerebrales o a la muerte por desnutrición».
«Lo que sigue en el camino del arrepentimiento, es pedir perdón por la falta de integridad en nuestros actos, tanto a Dios, como aquellos que hemos afectado con nuestras acciones injustas. Es así cómo podemos recibir perdón de Dios, ese perdón que Cristo hizo posible en la cruz, llevando las consecuencias que merecíamos y resucitando para presentarnos como justos delante del Padre».
«Los siguientes pasos son renunciar desde lo profundo de nuestro corazón a toda forma de corrupción llámese soborno, extorsión, abuso de poder, mentira, usura o estafa, enfrentando incluso amenazas y burlas. Solo así podremos dejar todo lo que nos haga vulnerables a seguir propagando esta infección cancerígena: posiciones, asociaciones, amistades y hasta conversaciones».
«Para completar este recorrido, debemos hacer restitución o enmiendas con la capacidad que el Espíritu Santo y el aprendizaje de la Palabra de Dios nos da, para vivir una vida que agrada a Dios. Restituir es devolver lo que no nos pertenece, disponernos a rendir cuentas, desarrollar transparencia en todas las esferas de influencia nacional y enseñar a nuestros hijos honestidad en el día a día y con nuestro ejemplo».
Estamos ante la presencia de iglesia y política, temas complejos, donde algunos argumentan que deben ir separados en su totalidad, ¿cuál es su análisis ante estas aseveraciones?
«Muchos han mal interpretado el principio de separación de iglesia y estado. Este principio no busca callar la voz de la iglesia como influencia de fe y moral en la sociedad, tampoco pretende limitar la participación de hombres y mujeres cristianos en la vida pública y en el ejercicio de sus derechos políticos, lo que incluye elegir y ser elegidos».
«Hoy más que nunca necesitamos de la voz profética de la iglesia, que denuncia las injusticias, abusos y engaños, necesitamos de quienes han mostrado una vida de rectitud en su servicio público o privado, para levantarse como ejemplo y guía de nuevas generaciones. Cómo seguidores de Jesús no podemos escaparnos de la política, entendiendo la política como el sistema por el cual ordenamos nuestra vida social y podemos construir la nación que queremos».
«En el Antiguo Testamento el ejercicio profético se interrelacionaba con la monarquía y el sacerdocio. Pero siempre el profeta lo hacía desde afuera, denunciando la corrupción del monarca o del sacerdote. Hoy se aplica cuando desde la iglesia se hace un llamado a la rendición de cuentas, a elaborar leyes que no contradigan los principios eternos y a aplicar la justicia de forma imparcial».
Constantemente escuchamos, «el venezolano tiene que cambiar su forma de pensar», para poder avanzar y salir de la situación que actualmente vive el país, por otro lado, muchos profetas a los cuales hemos entrevistado, nos han afirmado contundentemente que el problema de Venezuela es «espiritual», ¿hacia dónde se enfoca Venezuela sin corrupción para trabajar en estas áreas?
«Creemos que ese cambio en la forma de pensar es posible, y comienza con estas acciones para la transformación espiritual y moral:
*Oración: Conectarnos con Dios a través de su hijo, reconociendo la necesidad de su intervención en nuestras vidas.
*Arrepentimiento: Un cambio profundo de mente y corazón, que nos alinea con la voluntad de Dios.
*Discipulado: Aprender de Jesús y obedecer sus enseñanzas, de manera que podamos mostrar su vida».
En la Biblia, la Palabra de Dios, ¿cuál o cuáles podrían ser los casos de corrupción para situarnos a nivel local?
– «En 1 Reyes, capítulo 21, se nos da una panorámica de cómo funciona un gobierno corrupto y cómo contradictoriamente, la gente puede ser religiosa y al mismo tiempo actuar como cómplice de las peores atrocidades. A veces por miedo, cambio de beneficios o por resignación. Observa, como siguiendo las órdenes de una mujer en el poder, se cometieron los peores actos de corrupción, y como un gobernante termina expropiando indebidamente; o robando, la propiedad privada de un ciudadano honesto».
«Lo leemos en los versículos 11 al 16: Así que los ancianos y los demás líderes de la ciudad siguieron las instrucciones que Jezabel había escrito en las cartas. Proclamaron ayuno y pusieron a Nabot en un lugar prominente ante la gente. Luego llegaron los dos sinvergüenzas y se sentaron frente a él. Entonces acusaron a Nabot ante todos los presentes diciendo: “Este hombre maldijo a Dios y al rey”. Entonces arrastraron a Nabot hasta sacarlo de la ciudad y lo mataron a pedradas. Después los líderes de la ciudad mandaron a decirle a Jezabel: “Nabot fue apedreado hasta morir”. En cuanto Jezabel oyó la noticia, le dijo a Acab: “¿Recuerdas el viñedo que Nabot no quería venderte? Bueno, pues, ¡ahora es tuyo! ¡Nabot está muerto!”. Entonces Acab bajó de inmediato al viñedo de Nabot para tomarlo en posesión».
«El otro ejemplo, pero hacia una dirección correcta, es el de un funcionario público, que cobraba impuestos para Roma, este se enriquecía descaradamente aprovechándose de su posición. No sabemos cuál fue la enseñanza que recibió de Jesús en aquella cena que compartieron en su casa, pero sí sabemos cuál fue su respuesta, una que reflejaba su arrepentimiento de manera visible haciendo restitución, como lo leemos en Lucas 19:8–10, «Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más. Jesús respondió: La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos».
«Por cierto, también hay ejemplos cuando el sacerdocio se corrompió y Dios mismo los confrontó a través del profeta Jeremías. Por eso, este llamado a la oración, arrepentimiento y discipulado debe comenzar por nuestra propia casa, la casa de quienes ejercemos dirigencia en la obra de Dios y de quienes somos llamados seguidores de Cristo, solo así Dios nos levantará como la reserva moral que nuestra nación necesita».
Los planes de Dios son inigualables, pudiera ser que la pregunta es prematura, sin embargo, ¿nos podría hablar sobre el mover que Dios realizará a través de esta campaña en los venezolanos, luego de ejecutar las tres acciones del plan que son oración, arrepentimiento y discipulado?
«Es difícil proyectarlo, pero la historia nos muestra que las grandes transformaciones han comenzado con la oración, el discipulado y el arrepentimiento. Dios responde positivamente cuando oramos conforme a su voluntad. Esperamos un cambio sin precedentes en Venezuela, a través de movimientos que nos lleven a entran en una correcta relación con el Señor. Donde ya no vivamos en la dualidad. Una conducta en las reuniones de la iglesia y otra en mis negocios o trabajo. Que aprendamos a vivir con la integridad que muestra el carácter de Cristo y seamos completamente honestos hasta en nuestras transacciones comerciales. Todo esto debe darse, uno a uno, de corazón a corazón y si así ocurre, veremos nacer una nueva Venezuela».