
Muchas veces los cristianos se desvían del camino de la obediencia a Dios y estropean los planes que el cielo tiene para sus vidas por lazos sentimentales. Son innumerables los sinsabores que después de algún tiempo deja una decisión que se tomó incorrectamente, producto de la influencia de una amistad muy querida o por un sentimiento de gratitud o solidaridad hacia alguna persona especial.
El patriarca Isaac sabía que el plan que Dios había comenzado con su padre Abraham continuaría su curso a través de Jacob, por encima del primogénito Esaú. Sin embargo, Isaac estaba encantado con la comida que diariamente Esaú ponía en su mesa producto de su cacería. Al momento de morir, víctima de ataduras sentimentales y en franca desobediencia al plan de Dios, Isaac intentó empoderar a Esaú, lo cual fue impedido por la oportuna intervención de su esposa Rebeca.
Todo cristiano debe tener claro que la obediencia a Dios muchas veces costará sacrificar lazos sentimentales, lo cual causará mucho dolor. Pero jamás tales lazos sentimentales, por más profundo que sean, deben influenciar en sus decisiones.
Dios te bendiga.
Teófilo Segovia Salazar
Pastor y comunicador