
Seguro que tal revelación te dejó impactado en ese momento, algo pasó dentro de ti, recibiste luz y esperanza de que Dios iba a hacer algo grande contigo. Todos hemos tenido experiencias de este tipo; algunas son promesas pequeñas y otras de gran envergadura. Cuando las recibimos pensamos, ¡ya me gustaría que fuera verdad! ¿Te ha pasado esto alguna vez? Si es así, bienvenido al mundo de la fe porque hay un proceso desde que Dios te da la promesa hasta que esta se manifiesta.
«Dios,… llama las cosas que no son, como si fuesen» (Romanos 4:17).
Un día cuando estábamos hablando en mi casa sobre la fe, mi hija Melody dio el siguiente ejemplo: la fe es como mirar a través de unos prismáticos o binoculares. Con ellos podemos ver de cerca lo que está lejos. Por los ojos de la fe también podemos ver de cerca el cumplimiento de la promesa, aunque todavía estemos lejos de ella. La fe te permite ver el futuro aunque estés en el presente. Y aunque por medio de los prismáticos de la fe podamos ver de cerca la promesa, tendremos que llegar a ella para poseerla.
¡Hay un proceso desde que Dios te da la promesa hasta que la posees!
Extracto de su libro «Cómo alcanzar sus promesas».
Candy de Maa
Profeta, escritora y conferencista