(Agencias – Verdad y Vida).-
Sudán es uno de los 154 países que conforman el continente africano. Allí existen dos motores entrelazados: la opresión islámica y la paranoia dictatorial. La persecución en el país es sistemática y recuerda a políticas de limpieza étnica. El paisaje étnico y cultural es complicado: africanos árabes frente a africanos étnicos, musulmanes frente a cristianos. La secesión de Sudán del Sur en 2011 no solucionó estos problemas. Esto es especialmente cierto para los africanos étnicos, ya que una parte importante de ellos es cristiana y todavía viven en el país. Históricamente, el islam tiene profundas raíces en la sociedad de Sudán y el gobierno está implementando estrictamente la política de una religión, una cultura y un idioma. Por esto, los cristianos son blanco de ataque constante, sus iglesias son quemadas, los pastores son obligados a abandonar la ciudad capital Jartum y hasta el mismo país, los apresan, golpean y hasta les quitan la vida.Sudán ocupa el quinto lugar en la Lista Mundial de la Persecución, producida anualmente por la organización Puertas Abiertas.
Dios como su fuente de esperanza
Un pastor sudanés reveló que, a pesar de la severa persecución en el país de mayoría islámica, que incluye la muerte y el encarcelamiento de los líderes de la Iglesia, su fe “sigue viva y fuerte”.“Quiero decir, como ministro del Señor en Sudán, que a pesar de las situaciones que estamos pasando, el cristianismo y la Iglesia en Sudán todavía están fuertes”, explicó un pastor bautista que se identificó como James. Él agregó que “los cristianos simples, las iglesias simples y las personas simples que creen que Dios está involucrado en esta situación, nos alentamos y nos da esperanza de que el cristianismo no terminará en Sudán. Continuamos adelante y quiero que la gente sepa que el cristianismo en Sudán todavía está vivo”.Los levantamientos muestran que con el gran número de pastores muertos, presos o forzados a huir del país a lo largo de los años, el número de líderes cayó drásticamente. “Algunos extranjeros fueron deportados de la capital Jartum y los pastores que vivían en la región sur del país, fueron a vivir en Sudán del Sur. Los que permanecen en Sudán son pocos. Los pastores que enseñan la Biblia hoy son pocos”, añadió James. El pastor pidió que los cristianos de todo el mundo no se olviden de orar por los creyentes en Sudán, pidiendo a Dios para fortalecerlos y alentarlos. Él también pidió que intercedieran para que sus perseguidores tengan un encuentro con Jesús.◄