La humana buena fe versus LA FE, la Divina, es el contraste entre las aspiraciones del hombre y LAS ACCIONES del VERBO hecho carne actuando en la mente y en el corazón de la persona transformada

En vista de las últimas, y aún presentes turbulencias políticas en nuestro país, por los errores y culpas que uno y el otro grupo mutuamente se acusan que antes eran como los 4 mosqueteros criollos, uno para todos y todos para uno, pero que ahora las culpas son de ninguno, dejando como saldo una víctima y algunos victimarios que con la ayuda del total desconocimiento de la mayoría del pueblo y de la hiper-súper sapiencia de algunos llamados expertos jurídicos (y lo son de verdad) que argumentan muy bien parte del problema, pero que intencional y convenientemente ocultan las otras aristas jurídicas del mismo, contribuimos a profundizar las heridas ya ocasionadas sin dejar de pensar que todo lo sucedido fue en el ejercicio de la “buena Fe” de todos ellos.
Con frecuencia escuchamos esta expresión en bocas de políticos, en el ciudadano común, reconocidos juristas, socios al constituir una empresa, una pareja cuando se van a casar, prácticamente es el ingrediente principal a invocar en todas nuestras relaciones humanas: tener buena Fe.
Cuando utilizamos la palabra FE, siempre la relacionamos con lo místico, lo sobrenatural, lo DIVINO. Da la impresión como queriendo involucrar al TODOPODEROSO en nuestras acciones humanas expresando que actuamos con, o de, buena FE.
Para tener una idea más clara en qué consiste la buena Fe, he consultado varios libros que a continuación les comparto como la definen.
.- LA BIBLIA. Nos da la definición de lo que es la FE, solamente: “Es pues, la FE la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. También nos recuerda que “sin FE es imposible agradar a DIOS” (Hebreos 11:1 y 6). Evidentemente nos está indicando que LA FE es la principal herramienta, la condición que nos impone DIOS (nos guste o no) para poder agradarle a Él. No encontré nada sobre la buena fe.
.- La RAE define “la buena fe” como el estándar de conducta ética que debe presidir el ejercicio de los derechos subjetivos, los procedimientos y prácticas administrativas y procesales.
.- La buena fe es un principio general del derecho que consiste en la presunción de que una persona actúa con integridad y honestidad. Quien actúa con buena fe, no pretende hacer el mal.
.- En Derecho Civil: Esta expresión se usa en dos acepciones. En primer lugar, significa la lealtad en la conclusión y la ejecución de los actos jurídicos. Pero buena fe puede ser también la creencia errónea en la existencia o inexistencia de un hecho, un derecho o una regla jurídica.
La buena fe, como vemos, es un concepto sobre las intenciones-aspiraciones humanas, MERAMENTE humanas, envueltas con el papel de lo Jurídico. Solo son aspiraciones.
Hay muchísimas definiciones de buena fe en el ámbito legal que en conclusión todas invocan los conceptos de “integridad, honestidad, conducta ética, lealtad, no pretender hacer mal” con nuestras acciones como ciudadanos comunes que formamos parte de una sociedad y en los procedimientos, prácticas administrativas y procesales en la que los especialistas del derecho, cada vez más torcidos, deben avocarse. Son loables y sublimes aspiraciones, sin duda alguna.
Tomando en cuenta todo lo contenido en la buena fe, ya arriba descrito, sigo pensando que la mayoría de nuestros políticos han actuado ejercitando su buena fe, pero obteniendo unos resultados terriblemente pavorosos, desconsoladores, que desaniman hasta la persona más crédula sobre la tierra. Allí está la dificultad para muchos de creer solo en la buena fe del hombre, ¡no es suficiente tener buena fe! Hay que tener algo más que eso. Los socios se agrupan con buena fe y tiempo después las empresas quiebran porque se roban unos a otros. Los novios se casan expresándose mucho amor eterno y buena fe, cada vez tenemos más divorcios. Los políticos juran tener buena fe y hacer lo mejor para sus conciudadanos y cuando se les da la oportunidad de gobernar en cualquier nivel de poder lluvias de calamidades caen sobre su región de influencia haciéndose el ciego-sordo-mudo, sin ver actuaciones positivas por parte de aquel a quien le dimos la oportunidad para mejorar creyendo en su “buena fe” y en la nuestra también. ¡La buena fe no es suficiente!!!
Para lograr los cambios que positivamente impacten al ciudadano y a su entorno se necesita tener una conexión, una relación íntima, especial y muy personal con el dador y creador de la FE ORIGINAL, no la “fake-falsa buena fe”, llena de muy buenas y humanas intenciones, pero carente de ACCIONES que no conllevan a la transformación del individuo para que consideremos y nos relacionemos con los demás con aquella Máxima, también llamada LA REGLA DE ORO: “Tratar a los demás de la misma manera como usted quiere que ellos lo traten”, yo incluiría como también queremos que traten a nuestros seres amados.
La humana buena fe versus LA FE, la Divina, es el contraste entre las aspiraciones del hombre y LAS ACCIONES del VERBO hecho carne actuando en la mente y en el corazón de la persona transformada solo por FE que, por sus acciones los conoceremos.
Deseándoles que no pierdan su FE, pónganla en quien debe ser, auméntenla al menos del tamaño como la de un granito de mostaza, pequeñiiita. Será increíble lo que podríamos lograr.
Las mayores bendiciones de QUIEN TODO LO PUEDE para usted en unión de sus seres amados en este nuevo año 2023 que está iniciándose y siempre.
Con aprecio.
Douglas Colina
Médico, catedrático y escritor