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¿Qué nos están haciendo y qué debemos hacer nosotros?, Miguel Ángel León R.

Necesitamos que gente espiritual, justa, moral y ética tome de nuevo las riendas de nuestro mundo, guiados por la luz que proviene de Dios, para dar inicio al amanecer de un nuevo día

/ Freepik

Estamos en medio del mayor falso positivo de la historia de la humanidad.
Hoy somos víctimas de una dictadura sanitaria sin base científica, dirigida y controlada por políticos tarifados, inescrupulosos, inmorales y corruptos, que trabajan como títeres de una elite oscura, que mueve los hilos del poder tras bastidores.
Se nos está imponiendo una tiranía mediática por medio de psico terror a nivel mundial.
El mayor virus inoculado a la humanidad no es el virus chino sino EL MIEDO, el cual está siendo esparcido por medio de mentiras a través de los medios de desinformación masivos del mundo entero, que son propiedad de esta élite sicópata con complejo de amos del mundo.
El factor denominador común de la puesta en escena de esta ilusión a nivel mundial es uno solo, LOS POLÍTICOS en su gran mayoría a nivel mundial, podría asegurar sin temor a equivocarme, que ellos constituyen la peor plaga que jamás haya experimentado la humanidad hasta ahora.
Lamentablemente las riendas del mundo hoy están en manos de líderes mediocres, inmorales, corruptos y pusilánimes, que no tienen ningún temor de Dios, amantes del dinero, que desprecian los valores y principios que son esenciales para la vida y la sana convivencia social.
El problema de fondo es un CANCER ESPIRITUAL que destruyó la moralidad, para hacer metástasis en todos los entes que son responsables de la construcción social, empezando por la FAMILIA que ha dejado de ser el factor nuclear sobre el cuál se fundamenta la construcción de una sociedad estable, funcional y feliz, donde impere la verdad y la justicia, cuyo motor principal de la motivación de la conducta humana es el amor y no el dinero, tal y como es hoy.
Esto ha potenciado una aberrante descomposición social a todo nivel: en lo político, social e institucional, contaminándolo todo: la ciencia, la cultura, el mercado y la educación, nada ha escapado de este cáncer espiritual, ni siquiera las religiones, las cuales debieron ser el contrapeso de este desequilibrio social, actuando como reserva moral de la humanidad, para frenar y revertir esta enorme descomposición social, que al igual que un tsunami lo arrasa todo a su paso.
La humanidad está en medio de una noche muy oscura, que amerita el surgimiento de un nuevo liderazgo espiritual, con la moral y el coraje necesario para dirigir de nuevo la mirada de la humanidad hacia Dios, de otra forma, entraremos en un espiral de oscuridad dirigida por el mal, que hará palidecer a la edad media, que traerá muerte y destrucción a un nivel inimaginable por el ser humano.
Yo tengo fe y confianza en Dios. Él tiene la última palabra en esta historia, Él no es el responsable de lo que hoy experimenta la humanidad, por el contrario, Él siempre nos ha ayudado, a pesar de nuestra necedad, al darle la espalda a Él y su Palabra, desechando sus valores y principios para construir la sociedad, permitiendo que el mal avanzara a sus anchas; sobre todo, por no participar directamente en la construcción social.
Le permitimos a líderes inmorales y corruptos dirigir los destinos de nuestros países y nos convertimos en espectadores silentes de todo lo que hacían mal sin hacerles frente, lo cual nos convirtió en cómplices de su desvarío y responsables ante Dios de esta inmensa descomposición social, que como un huracán o tornado, lo destruye todo a su paso.
Necesitamos que gente espiritual, justa, moral y ética tome de nuevo las riendas de nuestro mundo, guiados por la luz que proviene de Dios, para dar inicio al amanecer de un nuevo día, solo así saldremos de esta oscuridad en que nos encontramos hoy.
Este nuevo liderazgo espiritual, con temor de Dios, debe convertirse en la levadura de Dios para leudar toda la masa social, en la luz del mundo y en la sal de la tierra, solo así revertiremos esta aberrante descomposición social, necesitamos este tipo de líderes en los parlamentos del mundo, como magistrados en las cortes, como presidentes, gobernadores y alcaldes, a la cabeza de la ciencia y la tecnología, liderando el mercado y modelando la cultura y el arte, y, por supuesto, a la cabeza de los medios de comunicación social, para que vuelvan a ser portadores de la verdad y no como hoy, que son usados para manipular la sociedad, esparciendo la mentira por todas partes para beneficiar a una élite perversa que pretende esclavizar a toda la humanidad.
No podemos quedarnos solo como agentes proselitistas para añadir a otros a nuestra religión, tenemos que colocar la luz de Dios en el lugar más alto de la casa (TIERRA) para que alumbre a todos.
El propósito de Dios cuando envió a Jesús no fue fundar una religión, sino inaugurar su reino aquí en la tierra, la iglesia (Eklesia) que edificó y aún sigue edificando hoy, es la embajada de su reino.
Es cierto que ese reino no tiene su origen en este mundo, sino en Dios. Comienza en el espíritu del ser humano, pero debe influenciarlo todo a su alrededor, ese reino no es para el más allá, sino para el más acá, para que tú y yo reinemos en vida por medio de Jesucristo, aquí y ahora, un reino sin gobierno e influencia social solo es una religión más entre muchas.
El propósito de Dios no es que tengamos locales llenos de gente fieles a una doctrina o dogma en particular, sino que la gente sea llena de Dios.
Para que de esta forma se pueda llenar toda la tierra de su gloria y se cumpla la oración que Él nos enseñó: “Venga tu reino, y hágase tu voluntad en la tierra, como ya es en los cielos”.
Es hora de despertar para convertirnos en el nuevo liderazgo que necesita el mundo, la manifestación gloriosa de los hijos de Dios solo así podrás levantarte y resplandecer en medio de esta oscuridad, solo así será vista su luz y su gloria en toda la tierra.
Toda la tierra gime como nunca antes por ese nuevo liderazgo, llamado la manifestación gloriosa de los hijos de Dios, para ser liberada de la esclavitud a la que fue sujeta por causa del hombre.
Un hombre esclavizado por el sistema de este mundo no puede cumplir con este propósito, porque nadie puede dar lo que no tiene.
Primero necesita ser libre para luego convertirse en un libertador.
La buena noticia es que ya somos libres por medio de Cristo, pero el sistema a fuerza de mentiras te hace creer que eres un esclavo.
“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

Miguel Ángel León R.
Apóstol, psicólogo y escritor

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