(MEP/ VyV).-
Si un gran asteroide impactara contra la Tierra, una gran cantidad de polvo saldría disparado hacia la atmósfera, convirtiendo el día en noche y el aire irrespirable. Pero si impactara contra el agua, habría un aumento del vapor del agua en la atmósfera. Esto daría lugar a un aumento de la lluvia que resultaría en deslizamientos de tierra y avalanchas de lodo. A niveles regionales habría grandes terremotos, huracanes y tsunamis debido al aumento de la energía cinética. Estos tsunamis serían de uno 300 metros de altura y viajarían a más de 20 km/h, matando a millones de personas, el 10 por ciento de la población mundial. Y si el asteroide es lo suficientemente grande, el escenario sería un impacto a nivel global, con efectos impredecibles.
Aunque parezca un guión de una película de catástrofes, podría ser toda una realidad en un futuro muy próximo. Científicos rusos han descubierto un asteroide, igual de grande que una montaña, que orbita cerca de la Tierra cada tres años con el potencial de destruir la vida en este planeta.
El asteroide que aniquilaría a la especie humana
El asteroide apocalíptico llamado 2014 UR116 podría estar dirigiéndose hacia la Tierra, pero lo peor de todo es que su órbita es impredecible. El científico que descubrió el asteroide, Vladimir Lipunov, profesor de la Universidad Estatal de Moscú y su equipo anunciaron el aterrador descubrimiento mediante un cortometraje titulado “Asteroid Attack”, publicado en la página web de la Agencia Espacial Rusa, en el cual se puede apreciar las consecuencias de que un asteroide de unos 400 metros de ancho al impactar directamente contra la Tierra. Y como es de esperar, las consecuencias serían apocalípticas; Lipunov estima que el asteroide del tamaño de una montaña podría chocar contra la Tierra liberando consigo una energía 1.000 veces mayor que el meteoro que explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, en 2013.
“Debemos seguirlo constantemente, porque si tenemos un solo error, habrá una gran catástrofe”, advirtió Lipunov en los medios de comunicación. “Las consecuencias pueden ser muy graves”.
El científico ruso y su equipo tienen el temor de que la atracción gravitatoria de Mercurio o Venus, podría colocarlo en curso de colisión contra la Tierra. Y para Fred Weir, periodista científico de Yahoo! News, el descubrimiento del gran asteroide, junto con su órbita irregular e impredecible, demuestra la necesidad de que la comunidad científica trabaje mucho más para monitorear y para encontrar una manera de neutralizar los asteroides con destino a la Tierra.
Y como era de esperar, los expertos de la NASA no están de acuerdo con la teoría expuesta por Lupinov, afirmando que no hay ninguna amenaza de colisión espacial. La NASA, la misma agencia espacial que afirmó que ante la llegada de un asteroide lo único que podemos hacer es rezar, reconoció en la página web del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra que conocían la existencia del gran asteroide, pero que no habían alertado a la población porque consideran que es poco probable que los dos cuerpos puedan colisionar, durante al menos los próximos 150 años.
“Si bien este asteroide de aproximadamente 400 metros de tamaño tiene un período orbital de tres años alrededor del Sol y periódicamente pasa cerca de la Tierra, no representa ninguna amenaza porque su trayectoria orbital no pasa lo suficientemente cerca de la órbita de la Tierra”, dice el comunicado oficial de la NASA.
Sin embargo, la realidad es que se sabe muy poco acerca de los asteroides y de sus órbitas impredecibles, y la trayectoria del 2014 UR116 no se puede determinar con total certeza. Es por este motivo que los científicos del Instituto de Investigación Espacial de Moscú han aconsejado a los gobiernos de todo el mundo que tomen medidas para el seguimiento de los muchos asteroides que pasan cerca de la Tierra cada año.
La humanidad en peligro
Pero parece ser que la NASA no se interesa por controlar las amenazas espaciales, ya que recientemente los mejores astrónomos del planeta se reunieron para advertir al mundo de la amenaza de los asteroides para nuestro frágil planeta. Según Daily Mail Online, más de 100 destacados científicos y astronautas han firmado una declaración pidiendo una mayor acción para hacer frente a objetos que pudieran terminar con la vida en la Tierra.
A pesar de que la NASA está intentando restar importancia al descubrimiento del científico ruso Lipunov, la realidad es que “hay un asteroide con nuestro nombre escrito y que podría impactar mañana mismo”.
Esta última afirmación la hizo el controvertido científico Brian Cox en septiembre de 2014, afirmando además de que la humanidad está en riesgo de desaparecer debido a los asteroides y que los gobiernos no se están tomando en serio la amenaza. Entonces, ¿cuánto tiempo le queda realmente a la raza humana?

Los asteroides y el fin apocalíptico
Hasta ahora Dios ha guardado nuestro planeta del impacto de algún asterioide, pues estamos en el tiempo de la gracia y la salvación por medio de Jesucristo; pero pronto este tiempo habrá terminado y le seguirán las catástrofes por Dios permitidas y profetizadas hace casi 2000 años en el Apocalipsis.
El libro de Apocalipsis señala que será más de un asteroide que impactará la tierra en un lapso de 7 años que dura la tribulación final del mundo; veamos las citas bíblicas específicas:
«Yo vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se cubrió de oscuridad, como con un vestido de luto, y la luna entera se puso roja como la sangre; las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como caen los higos cuando un fuerte viento sacude la higuera. El cielo se esfumó, como si fuera un pergamino que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidas de su lugar» (6:12-14).
«Cuando el tercer ángel tocó su trompeta, del cielo cayó una gran estrella, la cual ardía como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre los manantiales de agua. El nombre de esa estrella es Amargura, así que la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y mucha gente murió por causa de esas aguas amargas» (8:10-11).
«Cuando el quinto ángel tocó su trompeta, vi que una estrella cayó del cielo a la tierra, y que se le dio la llave del profundo abismo. El ángel abrió las profundidades del abismo, y de allí salió humo, como de un horno enorme, y ese humo hizo que el sol y el aire se oscurecieran» (9:1-2).
Sabemos que para el apóstol Juan como receptor de esta revelación y autor del libro de Apocalipsis, el cual fue escrito terminando la década de los noventa de nuestra era, desconocía la terminología científica moderna, por lo que él debió haber visto los asteroides cayendo sobre la tierra, que para su escaso conocimiento parecieron «estrellas cayendo».
Estos eventos son inminentes. Por lo que el científico ruso Vladimir Lipunov tiene toda la razón en lo que señala, mientras que la NASA, actuando de manera irresponsable, señala como remotamente probable el que un asteroide impacte la tierra en corto tiempo.
Lo que Lipunov describe es exactamente lo que Dios profetiza en la Biblia, en los pasajes de Apocalipsis que acabamos de citar. La venida de Jesucristo está más cerca cada día, así como los juicios -asteroides incluídos- que Dios derramará sobre la humanidad que le rechaza como el único Señor y Salvador.◄