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Somos repartidores

(Oscar Agüero – Apóstol).-

Dios dice en su palabra en Hechos 20:35, dice: «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir».
Nos volvemos deudores cuando sólo podemos recibir, y una de las características de estar bajo bendición es: «…Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas».
No sólo podemos endeudarnos económicamente sino en otras áreas, y si debemos y no pagamos lo que debemos, ¿qué podemos deber? Romanos 13:7-8, dice: «Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley». Y esto es lo mínimo que podemos cumplir.
Josué fue un repartidor: Josué 1:6: «Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo la heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos».

Tú repartirás
Qué privilegio para Josué las promesas dadas siglos antes, él era el escogido para cumplirla, entregando la tierra al pueblo. Tú repartirás. Son la gente próspera son las que pueden repartir, también los que han recibido bendición. Dijo Dios al padre de la fe Abraham, en Génesis 12: 2 «…Te bendeciré y serás bendición».
No podemos retener cuando hemos sido bendecidos.
Proverbios 11:24-26, señala: «Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare el también será saciado. El que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende».
Hay que dar lo que hemos recibido, y cuando tocamos estos temas, la gente piensa en dinero y muchos dicen no tengo. Pero piense ¿cuántas veces el Señor repartió dinero? El grupo de los apóstoles tenía una bolsa y un tesorero, se ve que alguna vez ayudaban a los pobres, sin embargo ellos también tenían que ser respaldados por mujeres que apoyaban con sus bienes al ministerio de Jesús.
Jesús repartió, las buenas nuevas, el gozo, la paz, también en un par de oportunidades multiplicó panes, peces y repartieron a las multitudes, nos hizo ricos en misericordia, en ser motivadores e inspiradores para los desamorados. Es verdad que un día fuimos pobres y él dijo: «Bienaventurados los pobres, en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos».
Una vez que pertenecemos al Reino somos ricos, y esta riqueza es para compartirla, no podemos retenerla. 2ª Corintios 8:9, dice: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos».
1ª Corintios 1:5-6: «Porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros».
2ª Corintios 9:11: «Para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios».
Venimos a pobreza cuando no cumplimos el propósito por el cual hemos sido llamados, y sólo queremos más para nosotros, y no damos la buena nueva.
Somos embajadores de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro: Reconciliaos hoy con Dios. MUCHA GENTE POBRE DENTRO DE LA IGLESIA, QUE SIGUEN PIDIENDO MÁS A DIOS, PERO ESTÁN RETENIENDO EL MENSAJE DE LAS BUENAS NUEVAS.
Dice Jesús en Lucas 4:18-19: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;  a predicar el año agradable del Señor».
Somos repartidores porque fuimos bendecidos para bendecir, y si retenemos la buena nueva, vendremos a pobreza espiritual, aunque abundemos en dinero. Hay muchos pobres de espíritu en la actualidad que lo único que tienen es bienes materiales.
apostol@oscaraguero.com

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