
Al despertar me arrodille al lado de mi cama, para comenzar a orar y a ayunar por mí, pidiendo perdón por mis pecados y los de mi nación, pidiendo misericordia a Dios por mí y por cada habitante de la nación, por cada venezolano para que podamos entender que Dios está demandando de nosotros arrepentimiento genuino y una verdadera conversión, que volvamos a Él. Y Dios [YAHWEH su verdadero nombre en hebreo] comenzó a hablarme, me dijo:
«El que está en Cristo nueva criatura es».
«Yo hago nuevas todas las cosas». Y en mi mente entendí «como la vasija de barro» que se rompe y se hace de nuevo cuando es necesario.
«Toda la nación oirá mi voz y me temerán. [Es decir, tendrán respeto y reverencia hacia Él]. Los traeré de los confines de la tierra y los reuniré, un solo rebaño y un solo pastor; porque no he terminado de hacer contigo [Venezuela] lo que te dije que haría».
«Heriré y sanaré».
Entendí nuevamente que Él derriba todo para hacerlo de nuevo. Como hizo con la vasija de barro.
«Volveré a tener compasión de ella [de ti Venezuela] pero la sacudiré como se sacude el olivo» [en el tiempo de la siega].
«Será quitada su corona y se vestirá de vergüenza porque no han caminado en mis caminos, sino que se han desviado como quien se vuelve a su vómito».
«Afirma tu corazón».
«Afirma tu corazón en Cristo, que tu fe, tu amor, tu pasión, tu confianza, tu anhelo sea Él».
Le pregunté a Dios ¿Dónde está la llave? Y me dijo:
«¿Quieres cambiar tu situación?» [refiriéndose a la situación política y económica de Venezuela], y me dijo: «¿o quieres ser transformado?» [dentro de ti].
La pregunta es para ti venezolano y venezolana en cualquier parte del mundo: Quieres cambiar todo afuera, pero ¿no quieres cambiar dentro de ti?
José Miguel Correa
Ministro del Señor