(Verdad y Vida).-
El venezolano Víctor Medrano alaba a Dios desde muy temprana edad a través de la música. Recientemente lanzó su primer álbum «Heaven’s notes» (Notas del cielo), un disco de música instrumental, en el que ejecuta la trompeta como solista y emplea «melodías de canciones que han ministrado mucho mi vida como cristiano a lo largo de estos años. Quise hacerlo como una ofrenda grata a Dios para expresar mis más sinceros agradecimientos por tanto amor», explicó Víctor en entrevista exclusiva para Verdad y Vida.En esta producción se aprecian armonías musicales modernas, combinadas con elementos de jazz, blues, bossa nova, swing y balada jazz que enriquecen la melodía principal de cada canción. El disco contiene 5 temas de canciones cristianas conocidas como «No basta» de Juan Carlos Alvarado, «Canta aleluya» de Linda Stassen, «Espíritu de Dios» de Elim, «Dios uno es» de Elías López, quien fue su apóstol en Venezuela desde mi niñez hasta que partió con El Señor, y por último, «Mi porción», una melodía que Dios puso en el corazón de Víctor y de su hermano Josvick Medrano.«Estas notas del cielo son para el deleite de todo el que quiera tener un momento exclusivo de intimidad con nuestro Padre y Creador, y es mi anhelo que este material sirva de conexión entre el cielo y la tierra», expresó Medrano.
¿Qué recomiendas a las personas que desean dedicar sus vidas al servicio de Dios en la adoración?– Hay que entender que detrás de cada disco, concierto, libro, predicación, entre otros, hay muchos procesos de tristeza, dolor, llanto, traiciones, desprendimientos y tantas cosas que como cristianos nos forman y enseñan a depender de la fidelidad de Dios, pues no hay gloria sin Calvario. En el desierto es importante entender que debemos caminar aunque el sol nos deshidrate y quiera acabar con nuestras vidas, aunque estemos débiles, aunque duela, hay que seguir caminando. Si confiamos en Dios sea cual sea la prueba, Dios se hará cargo, si confiamos y le buscamos. Pues debemos ser hijos fieles, como dice la Palabra en Mateo 6:33: «más buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia y todo lo demás será añadido»; y es que es tan verídico que cuando somos fieles a Él, las bendiciones de Dios nos siguen y nos alcanzan, el Señor mismo se encarga de abrir puertas de la manera en que menos pensamos. Mi consejo es que sean obedientes primeramente a Dios, e igualmente a sus padres, pastores y líderes ya que son ellos los maestros que Dios ha puesto en nuestro peregrinar en la tierra. Por supuesto, es necesario que se preparen en lo musical, que busquen todas las herramientas posibles para darle una mejor ofrenda a Dios, ya que es Él quien ha puesto ese talento, don y el querer como el hacer en nosotros para que le adoremos con pasión y con excelencia. No se conformen nunca, vayan siempre por lo mejor, caminen la milla extra y nunca pero nunca dejen de soñar y darle la gloria a Dios por todo lo que te ha dado. Sé valiente, cree que puedes lograrlo y trabaja para ello, y aunque vengan tempestades, pruebas y malos momentos, sigue caminando, pues Dios siempre estará ahí para ayudarte y sostenerte.
¿Qué mensaje les darías a tus compatriotas venezolanos en este tiempo?
– Hermanos venezolanos, Dios no se ha olvidado de nuestra amada tierra, sus ojos están puestos sobre nuestro país. Hay cosas que nos duelen y estremecen el corazón pero como lo he dicho antes, Dios hace como Él quiere y toda situación por muy difícil que sea, nos llevará sin duda a un futuro de Gloria, pues todo ayuda a bien a aquellos que somos llamados según Su propósito eterno. Así como la mujer cuando da a luz, el dolor puede ser muy fuerte y es una realidad inevitable: las contracciones, desesperación, angustia, le fallan las fuerzas, sangre, pero al final de ese largo proceso Dios hace Su obra maestra y trae al mundo su imagen y semejanza en carne propia; así veo a mi país, como con dolores de parto para dar a luz una Venezuela renovada y llena de gloria, pues aún de las cenizas, se levantará de nuevo mi nación y el mundo entero sabrá que Jesucristo reina en Venezuela. Les animo a que persistamos en la oración, en la unidad del pueblo, sin prejuicios ni enemistades, división ni contiendas, sino que como hijos e hijas de Dios seamos sabios y que el amor que el Señor ha derramado en nuestros corazones sea un refrigerio a la sociedad venezolana y avive la fe de muchos, a fin de que puedan creer fervientemente en la esperanza de restauración que el Padre tiene para Venezuela, como nación punta de lanza en el avivamiento de Latinoamérica y el mundo entero.
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