
(EFE – Verdad y Vida).-
En una publicación de la revista ‘BioScience’, el grupo de investigadores emitió una advertencia sobre las consecuencias para nuestro planeta si la humanidad no cambia sus hábitos y manera de pensar el medio ambiente.
«Los científicos tienen la obligación moral de advertir claramente a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica y decirlo como es». Así empieza el artículo publicado por la revista ‘BioScience’, del Instituto Americano de Ciencias Biológicas.
El artículo se enfoca en las acciones para reducir los daños generados por el cambio climático. Además, incluye indicadores que los investigadores describen como «señales vitales» relacionadas con dicho cambio y las áreas que requieren una acción global inmediata.
Para Phoebe Barnard, bióloga y una de las autoras del informe, la idea con la publicación es la de despertar a la gente «especialmente a los responsables políticos y a quienes toman decisiones» con el fin de que tomen acciones.
Para la directora del Instituto de Biología de la Conservación, el tiempo que nos queda para encontrar una solución al cambio climático es «horriblemente corto».
Por su parte, el investigador australiano Thomas Newsome, de la Universidad de Sydney, dijo en el artículo que «los científicos tienen una obligación moral de advertir a la humanidad acerca de cualquier gran amenaza».
UN PANORAMA OSCURO QUE RESCATA ALGUNOS SIGNOS POSITIVOS
En la publicación de ‘BioScience’, los expertos aseguran que «la crisis climática está estrechamente vinculada al consumo excesivo del estilo de vida rico. Los países más ricos son los principales responsables de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero y generalmente tienen las mayores emisiones per cápita».
El estudio habla además sobre los signos que son más preocupantes en la actualidad: el aumento del ganado, la producción de carne, la pérdida de la cubierta arbórea, el consumo de combustible fósil, la cantidad de pasajeros aéreos transportados y las emisiones de dióxido de carbono.
Pero, si el panorama se ve oscuro, también se pueden rescatar algunos signos positivos, como la disminución de los índices de natalidad y la incorporación creciente de fuentes de energía renovables.
El informe de ‘BioScience’ se centra en un análisis que tardó 40 años en recolectar toda la información basada en varios aspectos: el uso de la energía, las temperaturas en la superficie terrestre, el crecimiento de la población, la extensión de cultivos, la deforestación, la pérdida de hielo polar, los índices de fertilidad, las emisiones de dióxido de carbono y el producto interior bruto de las naciones.
“OBLIGACIÓN MORAL”
Cuando hablan de ‘obligación moral’ automáticamente involucran a la única institución sobre la tierra autorizada para hablar y enseñar acerca de la moral: la Iglesia del Señor. El mayor tratado moral que tenemos en la Biblia, las palabras que Dios nos legó a los hombres para vivir de acuerdo a su voluntad.
Las Escrituras enseñan desde Génesis 1 que Dios le entregó el planeta al hombre para que lo cuide, fructifique y sea su señor; significa que nuestro Creador nos delegó la responsabilidad de administrar sanamente a la tierra, por lo que somos los responsables directos ante Dios de a dónde estamos llevando nuestro mundo.
Igualmente, la Biblia señala que «la creación aguarda con gran impaciencia la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino porque así lo dispuso Dios, pero todavía tiene esperanza, pues también la creación misma será liberada de la esclavitud de corrupción, para así alcanzar la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación hasta ahora gime a una, y sufre como si tuviera dolores de parto» (Romanos 8:19-22).
Es a los hijos de Dios, la Iglesia de Jesucristo, a quien toca alertar y normar, Biblia en mano, acerca de la mayordomía de nuestro planeta. De manera que cuando los científicos hablan de «obligación moral» no se refiere solamente a ellos, hacen alusión directa a la Iglesia; no hacerlo es fallarle a Dios y pecar contra Él. «El que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, comete pecado» (Santiago 4:17).◄