(Agencias/ VyV).-
El Ministerio de Salud de Arabia Saudita confirmó definitivamente que la tragedia que ocurrió cerca de uno de los pilares de los diferentes grupos que trataban de iniciar el ritual de lapidación con un grupo que trataba de salir, dejó como saldo 717 peregrinos musulmanes muertos.
Según el Corán, todo musulmán debe visitar La Meca al menos una vez en la vida. Por lo tanto, durante siglos los fieles del Islam van a Arabia Saudita y al círculo de la piedra Kaaba, y a otros rituales. Esta peregrinación se llama hajj, siendo uno de los “pilares” de la fe en Alá.
El calendario musulmán, dice que el pasado 24 de septiembre fue el primer día de la festividad de Eid al-Adha. A nivel mundial, millones de carneros se sacrifican para recordar la liberación que Dios le dio a Ismael, no permitiendo que Abraham lo matase.
Esto es contrario a la verdadera historia plasmada en la Biblia, pero los musulmanes afirman que el hijo de la promesa no es Isaac, sino Ismael.
El ritual exigido para los fieles es lanzar siete piedras contra un gran pilar que representa a Satanás. En la mañana, 21 piedras se lanzan contra tres pilares principales (grandes, medianos y pequeños). Esto simboliza la negativa de los musulmanes para escuchar las tentaciones. En este caso, la tradición dice que Satanás trató de detener a Abraham para que no obedeciera a Dios.
Sin embargo, 717 personas murieron y más de 805 resultaron heridas durante un tumulto en el lugar de lapidación. Las cifras fueron publicadas por la Defensa Civil de La Meca. Las víctimas son de diversas nacionalidades, dicen las autoridades.
En los últimos años, las autoridades han hecho obras significativas tratando de facilitar la circulación de personas, pero no fue suficiente para evitar la muerte de cientos, ayer jueves. La mayoría de los peregrinos sufrieron tras ser pisoteados por la multitud.
Realmente, ¿quién apedreó a quién?
Satanás es un espíritu, por lo que las piedras no le hacen daño, las armas que debemos usar no son carnales, sino poderosas en Dios… porque «la batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!» (Efesios 6:12).
La Biblia, la verdadera y eterna Palabra de Dios, enseña que Jesucristo nunca apedreó a Satanás, sino que lo venció en la cruz del Calvario; con este acto Él «anuló el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Desarmó además a los poderes y las potestades [de Satanás], y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz» (Colosenses 2:14-15. Énfasis añadido).