Adriano Leite fue uno de los grandes delanteros de la década pasada. Destacó sobre todo en el Inter de Milán donde logró cuatro ‘Scudettos’. Firmó cerca de un centenar de goles en su etapa en Italia y dejó varios zurdazos descomunales para la historia. También ganó una Copa América y una Confederaciones con Brasil (en ambas fue el máximo goleador y el mejor goleador). Marcó un total de 27 goles en 48 partidos como internacional, aunque no pudo impedir que su país cayera ante Francia en los cuartos de final del Mundial de Alemania.
Sin embargo, su adicción a la bebida y sus malas compañías, entre las que se encontraban algunos famosos narcotraficantes de Brasil, crearon una pésima imagen de él. Por eso, cuando José Mourinho llegó al Inter su declive era evidente y le envió de vuelta a Brasil.
Llegó a ser el máximo goleador del Brasileirao en 2009, pero en su regreso a Europa escenificó su caída definitiva como jugador de la Roma. Después de eso nunca volvió a ser el mismo y su carrera finalizó tras una breve estancia en el Miami United, donde el equipo le dio de baja de forma prematura, aunque el futbolista tenía acciones del club.
Por eso, Adriano regresó a Brasil y parece que su inactividad le ha hecho recuperar muchos de sus viejos vicios. El delantero vive alejado del lujo con el que se movió en su etapa en el Inter donde llegó a ganar 80.000 euros a la semana y según publican varios medios de su país “reside en Vila Cruzeiro, una de las favelas más peligrosas y pobres de Río de Janeiro”.
Asimismo, el futbolista pagaría a un grupo de criminales para que le mantenga con vida, mientras se mueve por la zona en la que mueren decenas de niños todos los días. De hecho, han transcendido varias imágenes en las que se ve al legendario zurdo cortarse el pelo en plena calle.
Ya en su etapa de jugador tuvo muchas dificultades para mantener la línea, pero su deterioro físico es ahora más evidente que nunca. En otras épocas su peso fue todavía más elevado, pero ahora se pasea por la calle sin camiseta para dejar bien a la vista sus numerosos tatuajes.
De espaldas a Dios
Durante muchas etapas de su vida y carrera futbolística, Adriano tuvo contacto con jugadores cristianos que seguramente le conminaron a dejar la vida dispendiosa que llevaba y a rendir su vida a Dios, entregándole su corazón a Jesucristo, tal y como ellos lo habían hecho.
Sin embargo, Adriano persistió en vivir rodeado de vicios y mujeres, lo cual no solo destruyó su vida profesional como futbolista de primera línea, sino que lo ha llevado casi a la ruina económica y a frecuentar zonas de alta peligrosidad de Río de Janeiro.
Todavía hay tiempo tanto para Adriano como para cualquiera que reconozca que vive alejado de Dios y decida hacer de Cristo su Señor y Salvador. La fama y el dinero no podrán jamás llenar el vacío espiritual que solo Jesús puede llenar a través del Espíritu Santo.◄