(El Nacional web – Verdad y Vida).-
«Ante la prominente escalada de la violencia, el gobierno nacional vuelve a equivocarse al dejar de lado a las policías, al militarizar las ciudades, al dejar en manos de inexpertos la formación del nuevo talento uniformado y sobre todo al culpar de su propia ineficiencia a quienes lo hemos dado todo para frenar a la delincuencia. Lo cierto es que en 21 planes de seguridad gubernamental fueron asesinados más de 300 mil venezolanos…».
La cita corresponde a declaraciones ofrecidas por el director presidente de la Policía del Estado Miranda, comisario general Elisio Guzmán, quien revela que para reforzar la seguridad, además del incremento del pie de fuerza de los organismos de seguridad o cualquier «ocupación temporal de ciertas zonas», es indispensable un verdadero compromiso del Ejecutivo con los que trabajan por la prevención y resguardo.
De acuerdo a cifras obtenidas del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), entre el año 1998 (cuando murieron 4550 personas) y el 2016 (28.479 asesinados), perdieron la vida 306.323 ciudadanos, en todo el país. En este sentido el jefe policial indicó que el delito no es exclusivo de un solo estado, sino que está ocurriendo en toda Venezuela. «La verdadera guerra es esta…», finalizó Guzmán.
La verdadera guerra es espiritual
La Iglesia de Cristo respeta lo que diga tanto el gobierno nacional y los planes de seguridad que implemente, así como lo que dice el comisario mirandino Elisio Guzmán; pero ni los planes de seguridad ni ninguna otra medida regional o nacional surtirá efecto por sí sola sin dar la verdadera batalla que es la espiritual.
La Palabra de Dios asegura que todo lo que sucede en el mundo físico se gesta en el espiritual, en ese sentido debe hacerse una guerra mutua, la Iglesia en lo espiritual y las autoridades policiales en el físico. De hecho el apóstol Pablo escribe en Efesios 6:12: «La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!».
En las naciones donde los cuerpos de seguridad han incorporado a la Iglesia a la lucha contra la delincuencia los resultados no se han hecho esperar, no solo ha bajado la tasa de violencia y homicidios, sino que hay una franca restauración y reinserción en los delincuentes. Donde se le entrega a Jesucristo la autoridad Él transforma lo malo en bueno. Ahí se las dejamos al gobierno nacional y al propio comisario general de Miranda, Elisio Guzmán.◄