(Protestante Digital – LONDRES).-
Se ha formado una asociación llamada Centro Cambridge dedicada al «estudio del riesgo existencial» (Centro de Estudios sobre el riesgo existencial de Cambridge), en la que están el astrofísico Stephen Hawking, el astrónomo Martin Rees, el filósofo Huw Price y otros científicos brillantes.
Y hablan con naturalidad de virus letales, o de una bomba global, incluso de asteroides que se estrellan, y hasta de ataques cibernéticos generalizados o una guerra termonuclear. Para aquellos familiarizados con la Biblia estos escenarios quedan ampliamente anticipados por Jesucristo en su sermón profético, publicado en el Evangelio según Mateo, capítulo 24, y en grandes porciones del último libro de la Biblia, el Apocalipsis (o Revelación).
De momento han recopilado una lista de peligros que podrían destruir el planeta, o al menos a sus habitantes, tratando de encontrar soluciones para evitar cada uno de los posibles casos.
«Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, cada vez más tecnológico y más y más dependiente de la internet», dice Lord Rees, ex presidente de la Royal Society y uno de los promotores de la iniciativa. «Para nosotros los occidentales puede parecer un mundo más seguro de lo que ha sido en el pasado, pero es más vulnerable de lo que parece. Los líderes políticos se han centrado en los problemas a corto plazo, pero es necesario que alguien sugiera a la opinión pública internacional que los peligros son más reales y por qué medios podrían frenarse. El fin del mundo no es un plan para el cine», advierte el astrónomo Rees.
Y sin duda es de cine, porque casi todas las causas han sido ya guión de muchas películas. Claro que también varias de ellas trataron ataques terroristas similares a las del 11S en Nueva York y nadie lo creyó posible hasta que ocurrió.
El fin del mundo según los científicos
Una de las posibles causas, opina este grupo, podría ser el descontrol de la inteligencia artificial, una tecnología tan sofisticada que si se altera podría primero tomar el control del mundo y luego incluso exterminar la vida humana. Sí, lo sabemos, es el guión de “Terminator”, pero los científicos ven posible que los algoritmos que deciden millón de transacciones financieras por segundo puedan romper el orden mundial y acabar con la vida humana.
Luego podrían estar, dicen, los ataques cibernéticos mundiales, una ola de ataques terroristas digitales capaces de sobrecargar y dañar todo el sistema informático, las fuentes de energía y de paso las comunicaciones, y todos los tipos de transporte.
A continuación se menciona el riesgo de infección a través de las armas biológicas, que podría venir desde el laboratorio de un loco, hasta de un dictador o como parte de una guerra que se fuese de control (las armas químicas en Siria son un ejemplo a “pequeño nivel”). Y, como alternativa, también ven la posibilidad de una pandemia, un virus o bacteria que ninguna vacuna ni antibiótico puede curar y que se extienda por todo el planeta (¿recuerdan el comienzo del SIDA?).
Otras amenazas potenciales para la humanidadson actos de sabotaje de la cadena alimentaria, las condiciones meteorológicas extremas causadas por el cambio climático y, por tanto, inundaciones, huracanes, terremotos, uno o más asteroides que golpeasen la tierra, y finalmente una guerra termonuclear o química.
Ciencia no puede contra lo inminente
Tal y como cada una de las profecías dadas por Dios en la Biblia se han venido cumpliendo a la perfección, las que restan van camino a su fiel e inminente cumplimiento también. Dios no promueve la destrucción del hombre y la tierra que el creó y tanto ama, simplemente nos anticipó cómo terminará todo para que busquemos a tiempo el refugio que Él nos ofrece en Jesucristo, único Señor y Salvador dado por Dios Padre a la humanidad.
Es muy loable la preocupación de los científicos, pero poco o nada podrán hacer para detener lo inminente, lo que Dios anticipó hace siglos es simplemente el producto del uso indiscriminado de lo que la ciencia ha inventado, lamentablemente lo que se creó para bendecir muchos lo están usando para destruir; son precisamente esos poderosos consorcios, los políticos y gobernantes inescrupulosos los que nos han estado llevando al cataclisma apocalíptico para el que va la humanidad sin posibilidad de retorno.
Gracias a Dios que en Jesucristo está no sólo la escapatoria a lo inminente, sino el perdón, la retauración y vida eterna. Harían bien los hombres, especialmente los científicos, en reconocer que sólo en Cristo hay respuesta y seguridad ante lo que viene, pero lamentablemente tanto ellos como millones de seres humanos caminan de espaldas a Dios o simplemente le rechazan negándole, lo cual es una terrible calamidad para quien así actúe…