Caminando en la vida, podemos encontrar muchos obstáculos, pero si confiamos y sabemos que Jesús los venció; Él nos ayudará a superarlos también

En el transcurrir de la vida observamos que en muchas áreas hay diversas situaciones con alteraciones involuntarias, por alguna u otra razón. El caminar va marcando una trayectoria con un recorrido pasando desde una fase o estado inicial hasta una final. Si se somete esta transformación a un estudio minucioso de control analítico, con el fin de obtener una retroalimentación (feedback) al proceso, podemos decir que hemos sistematizado dicha situación.
Las diferentes etapas desarrolladas se presentan en forma esquemática, como un gráfico resumido (infografía), destacando de ser necesario, las variables que influyeron en los cambios como el tiempo, espacio u otra. Entre los ejemplos destacan el concepto de la comunicación, en el área de informática, así mismo en el deporte, en el trabajo, en lo académico, contabilidad, cocina, agricultura, salud, entre otras.
Dios nos enseña en su Palabra acerca de este enfoque en muchos casos, pero aplicado solo a las cosas creadas, las cosas visibles, materiales o naturales. Así mismo, nos enseña que Dios no fue creado. Él es invisible a los ojos naturales, pero visible a los ojos espirituales. Dios es sobrenatural (Génesis 1:1; Juan 1:1-3; Apocalipsis 22:13). Caminando en la vida, podemos encontrar muchos obstáculos, pero si confiamos y sabemos que Jesús los venció; Él nos ayudará a superarlos también.
Dios tomó forma de hombre para enseñarnos, en aquel tiempo y por siempre, cómo llegar al camino, para que caminando en Él podamos alcanzar la fase final del proceso. Hoy, nos guía el Espíritu Santo cuando aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón como Señor y Salvador (Romanos 10:8-10 y 1ª Juan 4:15).
Si queremos ir caminando en la vida de manera correcta debemos creer con fe en el Señor. No se trata de si tenemos o no extremidades inferiores. Podríamos no tenerlas e ir caminando por la vida en su entera y absoluta voluntad. Podríamos tenerlas y bien desarrolladas e ir caminando en la vida alejado de su voluntad y propósito. Ni siquiera se trata de si cumplimos ejercicios de rutinas de caminar 15 minutos diarios, por la salud para evitar ciertos malestares. Ir caminando en la vida es abrir nuestro corazón a Cristo, pues Él es el camino, es la verdad y es la vida (Juan 14:6).
Caminar en la vida es caminar en Jesús. Solo así podemos llegar a conocer a nuestro Padre celestial y estar en su presencia por la eternidad. Los procesos sobrenaturales no tienen fase final, pues son eternos. Caminar en el Señor es ir día a día caminando en la vida eterna.
Julio Almedo
Informático