(I am Second – Verdad y Vida).-
Clayton Kershaw, lanzador del equipo Dodgers de Los Ángeles, California, EE. UU, desde pequeño quería tener el control de su vida y de todo lo que sucedía a su alrededor. “En el campo, si te pones a pensar hacia dónde vas a apuntar o que quieres lanzar la bola hacia un punto en particular, ese será el último lugar a donde la bola irá. Mientras más quieres controlar algo, más se sale de tu control”, dijo el pelotero.
En cuanto a esta necesidad de controlar todo en el montículo, Kershaw explicó que “es casi igual para la vida, mientras más control quieres tener de tu vida, de ti mismo, más se ocupará Dios de hacerte entender que tú debes ir a donde Él quiere que vayas, va a hacer que confíes y dependas en Él”.
Desde pequeño, el divorcio de sus padres cuando solo tenía 10 años de edad, lo llevó a sentir mucha ansiedad, “si se necesitaba hacer algo, me ocupaba de hacerlo yo mismo, prefería hacerlo yo mismo a dejar que otras personas lo hicieran, eran las cosas que no podía controlar las que me hacían preocupar”, recordó.
Otra decisión importante en su vida fue si tenía la posibilidad o no de inscribirse en la universidad, estuvo viendo opciones junto a su mamá, pero todo era tan costoso “que no sabíamos si yo podía estudiar, no sabía cómo hacer o qué hacer por mi cuenta”.
Renunciar para ganar
Clayton explicó que cuando decidió renunciar a esa necesidad de tener el control de su vida, “fue el día en que fui reclutado, eso cambió mi vida, cada vez que hablo de eso me emociono porque es sorprendente cómo Dios se encarga de todo. Dios estuvo allí conmigo toda mi vida, solo que yo no me tomaba la molestia de verlo”.
Agregó que nunca pensó que “podría jugar béisbol profesionalmente, jugar en las ligas mayores, ganar el premio Cy Young, llegar a cumplir mi sueño, desde que era niño esto era lo único que yo quería hacer. Pero al mismo tiempo, ¿por qué juegas béisbol?, ¿buscas éxito en el campo o estar en el hall de la fama? Claro, esa es la meta de todo el mundo pero, y después ¿qué pasa? Para mí, se trata del legado que dejas fuera del campo, a cuántas personas puedo influenciar desde la plataforma que Dios me ha dado”.
Dijo que cada vez que tiene un juego, antes de salir al campo, no le pide a Dios que lo ayude a ganar o a lanzar bien cada bola, sino “Dios, mantente conmigo”. Entre “tantas personas con diferentes religiones y costumbres, pudiera convertirme en uno de ellos, ser uno más del montón, pero me recuerdo en todo momento que se supone que uno debe sobresalir, ser diferente y actuar valientemente respecto a mi fe. Definitivamente no es fácil, no es una manera común de comenzar una conversación, pero vale la pena luchar por ello”, aseguró.
Kershaw dijo que “ya sea que esté lanzando desde el montículo o viviendo mi vida fuera del estadio de béisbol, fue entregarle mis cargas al Señor lo que le dio control a mi vida”.
Labor social misionera
“Tuve la oportunidad de ir a África hace unos años con mi esposa Ellen. Ella había estado yendo para allá en labores misioneras y tenía que volver para ver cómo evolucionaba todo. Una niña en particular, Hope, que era huérfana de ambos padres por causa del SIDA, tocó su corazón, tu podías ver en sus ojos que estaba asustada, había como una nube en ellos”, dijo.
Ellen le dio una rápida versión de la Buenas Nuevas de salvación para que abriera su corazón y conociera a Jesús, “eso es todo lo que necesita la gente en Zambia, es como si estuvieran esperando toda su vida para que alguien les hablara de Jesús, y eso tocó mi vida nuevamente”.

En el año 2011 iniciaron la organización Kershaw’s Challenge, que está comprometida a transformar la vida de los niños en América, África y República Dominicana a través de Jesucristo. La visión es establecer alianzas con organizaciones que tengan el mismo compromiso que ellos, para trabajar juntos en proyectos específicos para el bienestar físico y espiritual de niños y personas. Fue así como comenzaron a construir un hogar llamado Casa de Esperanza (Hope’s Home), para 12 niños huérfanos.
En el año 2014, Kershaw continuó apoyando a los niños de Zambia y se alió con la organización cristiana CURE Internacional, para recoger fondos para costear 170 cirugías para niños, así como equipos médicos para el hospital CURE en Lusaka, Zambia. En el año 2015, hicieron lo propio pero esta vez cubrieron 100 cirugías en República Dominicana.
Kershaw y su esposa Ellen, escribieron un libro llamado “Levantarse: Vive tu fe y tus sueños donde sea que estes” (Arise: Live out your faith and dreams on whatever field you find yourself), donde hablan de su vida cristiana, su fe y la labor que Dios les encomendó a hacer.
“Somos un canal, hacemos la parte que Dios nos permite, no podemos pensar que cambiaremos al país nosotros mismos, pero el Señor sí puede cambiar las cosas, esa es otra razón para renunciar a tener el control uno mismo”, concluyó Clayton Kershaw.◄