«Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados» (Salmo 127:2).
La razón por la que muchas personas trabajan más de la cuenta es porque confunden su trabajo y el valor de su persona. Pensamos que, si trabajamos mucho, logramos mucho, valemos mucho. Confundimos lo que hacemos con quienes somos.
La Biblia no enseña eso. Dios dice en Mateo 6:26 que tu importas más que el resto de la creación. No tienes que probar tu valor tratando de estar súper ocupado, agotando tus energías y encima descuidando tu familia y relaciones.
¿Qué puedo hacer entonces para vivir una vida equilibrada?
Limita tu trabajo: Debo tomar una decisión consciente para dedicar tiempo a otras cosas además del trabajo. Éxodo 20 dice: «Tienes seis días para hacer tu trabajo, pero el séptimo día será un día de descanso». Es tan importante, que Dios lo pone allí junto con «No cometas adulterio» y «No matarás». ¡Si no te estás tomando un día de descanso estás en desobediencia!
Ajusta tus valores: Para reducir la actividad en mi vida, debo cambiar mi forma de pensar acerca de lo que es importante. Eclesiastés 4:4 dice: «observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos». A veces compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos para impresionar a personas que ni siquiera nos gustan.
Disfruta de lo que ya tienes: Puedes estar tan ocupado intentando adquirir más y más que no disfrutas de lo que ya tienes. En Eclesiastés 3:13 dice: «la gente debería comer, beber y aprovechar el fruto de su trabajo, porque son regalos de Dios». Si no lo hago, entonces estaré cayendo en un ciclo vicioso de solo trabajar para tener.
El estrés es una elección: Dios ofrece guiarnos a «lugares de delicados pastos y junto a aguas de reposo para descansar» (Salmos 23:2). Sin embargo, soy yo el que debe elegir entre el estrés y el descanso.
Arnold Enns
Pastor y presidente de Coicom
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