(Agencias – Verdad y Vida).-
El tema del impacto de asteroides en nuestro planeta no es nuevo, en años y siglos pasados ha ocurrido, pero es ahora con el avance de la Ciencia que la astronomía ha profundizado más en esta materia.
Añadiendo que Dios mismo advierte que en los tiempos del fin, previo a la venida de Jesucristo a reinar en la Tierra, el mundo pasará por una tribulación sin parangón en la historia de la humanidad, donde, y precisamente, los impactos de asteroides y otros elementos celestiales ocurrirán, trayendo grandes catástrofes e incontables muertes.
La amenaza para el 12 de octubre de 2017
Un asteroide reconocido como 2012 TC4 y que podría medir entre 12 y 40 metros de diámetro, esto es, un tamaño considerable, pasará peligrosamente cerca de nuestro planeta el próximo 12 de octubre de 2017. Las conclusiones de las observaciones realizadas por los expertos han sido publicadas en la revista Astrowatch.net.
Según Judit Györgyey-Ries, astrónoma del Observatorio McDonald de la Universidad de Texas (EEUU), la roca tiene un 0.00055 % de probabilidades de que nos alcance. Para Detlef Koschny, director del programa de observación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) de la ESA, la probabilidad es de uno entre un millón. Sea como fuere, según las estimaciones de los expertos, el asteroide pasará a una distancia de entre 13.200 y 433.200 kilómetros de la Tierra.
La primera vez que este asteroide se acercó a nuestro planeta fue en 2012. Pasó a una distancia de 94.800 kilómetros y a una velocidad de 26,5 Km/h. Sin embargo, para averiguar a qué distancia exacta pasará la próxima vez es necesario realizar aún más observaciones.
“A pesar de que tiene una gran incertidumbre a lo largo de la órbita, es mucho menor que la incertidumbre radial, por lo que solo cambia la hora del sobrevuelo más cercano. Yo diría sobre la base de esto, no hay posibilidad de impacto en 2017, pero más observaciones podrían ayudar a reducir las incertidumbres”, explica Makoto Yoshikawa de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).
El asteroide 2012 TC4 forma parte de la lista de asteroides potencialmente peligrosos (se han detectado un total de 1.572 asteroides de este tipo). Pero ninguno de ellos presenta una órbita que impacte directamente con nuestro planeta. Sin embargo, la cercanía de su paso por la Tierra puede provocar, como ya ha sucedido en otras ocasiones, impactos como el evento de Cheliábinsk, el 15 de febrero de 2013 o el conocido evento de Tunguska, en Siberia, en 1908.
Será peor que el asteroide caído en Cheliábinsk
La NASA ha informado que el asteroide 2013 TX68 se acerca a la Tierra, el cual tiene características similares al meteorito que cayó en febrero del 2013 cerca de la ciudad rusa de Cheliábinsk.
El asteroide denominado ‘2013 TX68’, que es muy similar al famoso meteorito que cayó cerca la ciudad rusa de Cheliábinsk, se acercará a nuestro planeta a una distancia de 17.000 kilómetros, informa la página web de la NASA.
El diámetro del asteroide alcanza los 30 metros. En la actualidad, este cuerpo celeste se encuentra a una distancia de 14 millones de kilómetros de la Tierra.
Sin embargo, científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena (California, EE.UU.), informan que hay una probabilidad extremadamente baja, menos de una entre 250 millones de que el ‘2013 TX68’ colisione con la Tierra el 28 de septiembre de 2017.
En el caso de una colisión del asteroide con la Tierra, en la atmósfera se liberaría dos veces más energía que durante el impacto del meteorito de Cheliábinsk, según la NASA.
El 15 de febrero de 2013 un meteorito con un diámetro de unos 17 metros entró en la atmósfera de la Tierra, provocando una violenta explosión en la atmósfera a una altura de 30 a 50 km, y la caída de muchos fragmentos en una amplia zona de la región rusa de Cheliábinsk, en los Urales.
La ‘lluvia’ de meteoros tras la desintegración del asteroide fue avistada en cinco extensas provincias rusas, provocando el pánico en Cheliábinsk, donde la onda expansiva dañó las ventanas de más de 4.000 viviendas.
“Otro asteroide volverá a chocar contra la Tierra”
El 30 de junio de 1908, hacia las 7 de la mañana, un asteroide de 37 metros cayó en Tunguska, una zona despoblada de Siberia, liberando la energía equivalente a más de 180 bombas como la de Hiroshima. Afortunadamente no hubo víctimas, pero el cráter y la vegetación arrasada que dejó el impacto de esta roca espacial recuerda que la Tierra es vulnerable al impacto de asteroides como el que hace 65 millones de años desencadenó la extinción de los dinosaurios y de muchas otras especies.
La diferencia, según aseguran los científicos, es que la Humanidad podría ahora intentar evitar un impacto similar, monitorizando el cielo con telescopios para detectar con antelación las rocas que supongan un riesgo y desarrollando sistemas para desviar la trayectoria de futuros asteroides que se dirijan a la Tierra.
Los científicos calculan que hay más de un millón de rocas espaciales que podrían chocar contra la Tierra, pero de momento solo se han detectado un 1 %. «No hay duda de que otro asteroide volverá a chocar contra la Tierra», señala a El Mundo el ex astronauta de la NASA Rusty Schweickart, que en 2002 creó la Fundación B612 dedicada a investigar y desarrollar tecnologías para mitigar el riesgo de los asteroides.
Los asteroides que “rozarán” la Tierra hasta el 2050
Tras el gran cometa que nos visitó a finales de octubre, un gran asteroide hizo lo propio en diciembre: una roca espacial masiva de unos 2 kilómetros de longitud llamada 2003 SD220 sobrevoló nuestro planeta a 11 millones de kilómetros (unas 28 veces más lejos que la distancia entre la Tierra y la Luna). Gracias a los datos tomados en esta última observación, los científicos podrán hacer un mejor seguimiento durante su próximo acercamiento, que tendrá lugar en 2018 (y pasará a una distancia aproximada de 2,8 millones de kilómetros).

Pero, ¿qué otros asteroides visitarán nuestro planeta en los próximos años? ¿Pasará algún asteroide lo suficientemente cerca como para desencadenar terremotos y erupción de volcanes?
De aquí a 2050 serán hasta 11 los asteroides que se acerquen a nuestro planeta y que habrá que tomar en consideración, puesto que las distancias a las que se aproximarán serán menores que el radio medio de la órbita lunar, esto es, 385.000 kilómetros, según informa la agencia RIA Novosti a través del Ministerio de Emergencias ruso. El tamaño de estas rocas se moverá en un abanico de entre 7 y 945 metros.
El primero en hacer su aparición por este lado de la galaxia será un asteroide de 17 metros de diámetro y el encuentro tendrá lugar a una velocidad de 6,8 kilómetros por segundo el 12 de octubre de 2017 a tan solo 115.000 kilómetros de la Tierra.

El que sí será inusual y particularmente vistoso será 99942 Apophis, de 393 metros de diámetro y unos pocos cientos de metros de ancho, que se espera que pase por la Tierra (a una velocidad de 7,42 kilómetros por segundo) el 13 de abril de 2029 a 38.400 kilómetros, una distancia cercana a las órbitas de los satélites geoestacionarios, alrededor de una décima parte de la distancia Tierra-Luna, por lo que será visible a simple vista, y que los científicos prevén podría impactar la Tierra.
La NASA puede prever con 5 días una colisión
La NASA ha desarrollado un nuevo sistema conocido como Scout, para la identificación de los objetos extraterrestres cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés). El nuevo dispositivo está diseñado para detectar con 5 días de antelación asteroides que se dirigen a la Tierra.
Se trata de un tiempo mucho mayor a las pocas horas que manejan los sistemas en la actualidad y es suficiente como para realizar los preparativos que permitan afrontar una inminente catástrofe, como la movilización de recursos, la protección de infraestructura crítica -como por ejemplo, desactivar centrales nucleares- y por supuesto, la evacuación de personas.
El sistema incluye el Telescopio Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida (Pan-STARRS) ubicado en Hawái, que detecta los objetos celestes aproximándose a nuestro planeta y lanza la señal de alarma, que es posteriormente procesada por el módulo principal del dispositivo.
En total, la NASA analiza cerca de 15.000 NEOs detectados en los últimos años y esta cuenta aumenta en unos 5 objetos cada día. De ellos, más de 600 son catalogados como cuerpos de gran tamaño dirigiéndose a la Tierra, aunque se cree que existen muchos más en el espacio exterior.
Sin embargo, el pasado 9 de enero, un asteroide de entre 15 y 34 metros de diámetro pasó a apenas 200.000 kilómetros de la Tierra a una velocidad de 16 kilómetros por segundo, y nadie supo de su existencia hasta dos días antes, cuando fue detectado por los científicos del programa Catalina Sky Survey, de la Universidad de Arizona, que rastrean el cielo en busca de este tipo de objetos.
Para los expertos, que una gran roca espacial alcance la superficie terrestre no es una cuestión de si ocurrirá o no, sino de cuándo sucederá.
¿Un láser para desviar asteroides peligrosos?
Ante el riesgo de colisión de asteroides contra nuestro planeta, existen diversas iniciativas para hacerle frente en las que la utilización de un láser parece ser el factor común. Un auténtico sistema de defensa orbital.
La primera de las iniciativas ha sido denominada como DE-STAR (Directed Energy System for Targeting of Asteroids and exploRation) y el láser estaría dividido en varias fases a lo largo de la órbita terrestre. Su funcionamiento es simple: el dispositivo proyectaría un láser hacia un asteroide, con la suficiente energía como para calentar su superficie y vaporizar roca sólida, lo que generaría una fuerza de reacción que empujaría al objeto en otra dirección (tras expulsar ese material vaporizado), algo completamente plausible con la tecnología actual.
El único “inconveniente” (o desafío al día de hoy), es crear un sistema con la magnitud necesaria para el asteroide o los asteroides en cuestión. Por ejemplo, para un asteroide de 110 metros de diámetro, haría falta una matriz láser de igual longitud para trabajar adecuadamente a distancias de unos 3 millones de kilómetros.
La segunda iniciativa es DE-STARLITE, un láser más pequeño que podría viajar junto al asteroide con objeto de desviar su trayectoria hasta que no entrañase peligro para nosotros. A nivel práctico, este sistema es más accesible, puesto que una versión de 20 kW operativo durante 15 años podría desviar un asteroide de tamaño de Apophis (con 350 metros de diámetro y con una probabilidad relativamente alta de colisión con la Tierra en el año 2029) a una distancia igual al diámetro de la Tierra, comentan los investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.) a Astrowatch.net.◄
¿Qué pasaría con la Tierra si chocara con un asteroide?
Según el astrónomo Donald Yeomans, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, el impacto de un asteroide de unos 50 metros contra la Tierra no sería catastrófico si la colisión no se produce en una zona poblada. Jon Austin, autor del artículo en ‘The Daily Express’, señala que un asteroide de este tamaño “no desataría el fin del mundo, pero si cayera en una zona poblada, podría generar una terrible destrucción a nivel local, sembrar la muerte y dejar heridos”.
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Profecía de la Biblia habla sobre elementos que caerán del cielo
Si bien a lo largo de la historia muchos elementos celestiales han caído en la Tierra, la Palabra de Dios profetiza que en los tiempos del fin una de las señales del inminente regreso de Jesucristo a nuestro planeta para reinar por mil años es precisamente el impacto de muchos de estos elementos, al que las Escrituras llama «estrellas», tal vez por el escaso conocimiento científico para la fecha cuando se escribieron esos libros de la Biblia, que muy bien pueden ser lo que hoy la astronomía denomina como asteroides.
Cuando Jesucristo estuvo en el mundo anunció lo que vendría en los tiempos de su regreso a la Tierra: «Inmediatamente después de la aflicción de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo, y los poderes celestiales se estremecerán. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo, con gran poder y gloria» (Mateo 24:29-30).
Por su parte, el apóstol Juan al recibir la revelación de los tiempos del fin, escribió: «Yo vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se cubrió de oscuridad, como con un vestido de luto, y la luna entera se puso roja como la sangre; las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como caen los higos cuando un fuerte viento sacude la higuera. El cielo se esfumó, como si fuera un pergamino que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidas de su lugar» (Apocalipsis 6:12-14). Aquí se habla de un cataclismo que sacudirá el planeta causado principalmente por la caída de muchos elementos celestiales o asteroides que probablemente producirán devastadores tsunamis que harán desaparecer o remover las islas y daños en la vegetación, ríos, lagos, animales y seres humanos.
Durante la gran tribulación predicha por Dios en el Apocalipsis, los elementos celestiales estarán presentes durante el juicio divino, veamos su efecto devastador:
«Los siete ángeles se dispusieron a tocar las siete trompetas que tenían. Cuando el primer ángel tocó su trompeta, cayeron sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre, con lo que se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
Cuando el segundo ángel tocó su trompeta, cayó sobre el mar algo parecido a una gran montaña en llamas, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre, con lo que murió la tercera parte de todo lo que vivía en el mar y fue destruida la tercera parte de las embarcaciones.
Cuando el tercer ángel tocó su trompeta, del cielo cayó una gran estrella, la cual ardía como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre los manantiales de agua. El nombre de esa estrella es Amargura [Ajenjo], así que la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y mucha gente murió por causa de esas aguas amargas.
Cuando el quinto ángel tocó su trompeta, vi que una estrella cayó del cielo a la tierra, y que se le dio la llave del profundo abismo. El ángel abrió las profundidades del abismo, y de allí salió humo, como de un horno enorme, y ese humo hizo que el sol y el aire se oscurecieran» (Apocalipsis 8:6-11; 9:1-2. Énfasis añadido).
En ninguna porción bíblica de las anteriores vemos posibilidad alguna de que un láser u otro artefacto pueda detener la caída o desviar el curso de algún asteroide, meteorito o elemento celestial; será como un bombardeo de elementos de fuego contra la Tierra; ¿las causas?, la maldad de la humanidad que mayoritariamente rechaza al Señor y no desea vivir según los postulados de sus Sagradas Escrituras contenidas en la Biblia; por el contrario, los hombres maldecirán a Dios en medio de estas catástrofes devastadoras.
En Cristo tenemos protección, perdón y salvación ante los inminentes juicios que vienen, entre ellos la caída de asteroides sobre este planeta. No sea usted falto de sabiduría como la mayoría y vuélvase al Señor de corazón, que Él le perdonará y salvará; no espere a que uno de esos elementos celestiales se nos venga encima para arrepentirse y refugiarse en Jesucristo… Hoy es el día de salvación para usted.