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“El problema está en nosotros como materia prima de la sociedad”

(Verdad y Vida).-
El reconocido periodista, escritor y pastor fundador de la iglesia Casa sobre la Roca en Colombia, Dr. Darío Silva-Silva, emitió unas recientes declaraciones acerca de la situación en nuestro hermano país, que en nada se diferencian de Venezuela y Latinoamérica en general. Las transcribimos íntegras para ustedes:
Se necesita materia prima para construir un país. Decimos que Gaviria no sirvió, lo mismo Samper, Pastrana, Uribe, ahora se dice que Santos no sirve y el que venga después tampoco servirá. Sospecho que el problema no está en Samper, ni en Pastrana, ni en Uribe, ni en Santos, el problema está en nosotros como pueblo, como materia prima de la sociedad.
Pertenezco al país donde la viveza criolla es moneda más valorada que el dólar, donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia basada en valores y respeto hacia los demás, un país donde los periódicos jamás se podrán vender como en otros países, es decir, poniendo unas cajitas en las aceras donde uno paga un periódico y saca un solo periódico, dejando los demás donde están.
Pertenezco al país donde las empresas privadas son papelerías particulares de empleados deshonestos y llevan a hurtadillas para sus casas hojas de papel, lapiceros, bolígrafos, lápices y todo lo que les pueda hacer falta para la tarea de sus hijos, entre otras cosas.
Un país donde la gente se siente triunfar si le vuela el Cablevisión del vecino, donde la gente inventa su declaración de impuestos para pagar menos, donde la impuntualidad es un hábito, donde los directivos de las empresas no generan capital humano, donde no hay interés por la ecología, donde las personas tiran basura en las calles y luego reclaman a gritos por qué no se le da mantenimiento al alcantarillado.
Un país donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica, donde nuestros congresistas trabajan pocos días al año y cobran todos los demás como altos ejecutivos para aprobar una reforma fiscal al vapor que lo único que hace es hundir al que no tiene, fregar al que tiene poco y beneficiar solo a unos cuantos.
Un país donde las licencias de conducir y los certificados médicos se compran sin hacerse ningún examen, donde si sube a un bus una persona de edad o una mujer embarazada o con un niño en brazos o algún minusválido, quien viene sentado se hace cómodamente el dormido para no ceder el puesto.
Un país donde la solidaridad no existe, nadie comparte nada con nadie. Un país en el cual la prioridad es para el automóvil y no para el peatón, donde la gente está llena de faltas pero disfruta criticando a sus gobernantes, mientras más le digo rata a Pastrana o a Samper, mejor soy como persona, a pesar de que apenas ayer me consiguieron las preguntas de un examen o un certificado ilícito para evadir algo.
Mientras más le digo autócrata a Uribe o Judas a Santos soy mejor colombiano, a pesar de que apenas esta mañana tumbé a un cliente a través de un pequeño fraude que me ayudó a pagar algunas deudas.
¡No, no, ya basta, ya no más! Como materia prima de un país tenemos varias cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que Colombia necesita, esa viveza criolla congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que crece hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, más que barco, Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe, Santos, es lo que nos tiene francamente mal porque esos señores no han sido nada más y menos que nuestros presidentes elegidos por nosotros, nacidos aquí y no en otra parte del mundo.
Lo siento porque aunque Santos renunciara hoy mismo, el próximo que lo suceda tendrá que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa que como pueblo somos nosotros mismos y no podrá hacer nada. No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, pero mientras nadie señale un camino destinado a erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo, nadie servirá, no sirvió Gaviria, ni Samper, ni Pastrana, ni Uribe, no sirve Santos, ni servirá el que venga. ¿O qué? ¿Es que necesitamos un dictador para que nos haga cumplir la ley por la fuerza y por medio del terror?
Y mientras esa cosa no empiece a surgir desde arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, o del centro para los lados o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados, igualmente fregados.
Es muy sabroso ser colombiano, pero cuando esa colombianidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como nación, ahí la cosa cambia. No encendamos una velita a los santos a ver si nos mandan un Mesías, nosotros tenemos que cambiar, un nuevo presidente con los mismos colombianos no podrá hacer absolutamente nada.
Está muy claro, somos nosotros los que tenemos que cambiar, creo que esto encaja muy bien en todo lo que nos pasa, disculpamos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y tolerantes con el fracaso porque esa es una industria de la disculpa y la estupidez.
Después de este mensaje he decidido buscar al responsable no para castigarlo, sino para exigirle, sí exigirle, que mejore su comportamiento y que no se haga el que no oye, el que no entiende. ¡Sí! he decidido buscar al responsable y estoy seguro que lo encontraré cuando me asome al espejo, ahí está, en el espejo, ese es el único responsable, no necesito buscar en otro lado. Y tú, ¿qué piensas?◄

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