Pero alguno se preguntará, ¿por qué dependemos tanto del precio del petróleo?, porque el 96 % de los dólares que Venezuela necesita para poder comprar alimentos, medicina y diversos equipos a otros países productores de esos rubros, provienen de la venta del petróleo venezolano… Desafortunadamente, Venezuela es un país dependiente de otros para poder tener y disponer alimentos, medicinas y muchísimos otros productos en casa; lamentablemente en el presente NO gozamos de una verdadera SOBERANÍA ALIMENTARIA, debido a que la producción nacional en la mayoría de los casos es cero y en otros pocos casos es completamente insuficiente para abastecer siquiera a los habitantes de un pequeño municipio del país.
Ahora bien, ¿cómo Venezuela puede comprar e importar suficientes productos sin tener los dólares necesarios? Cuando viajas fuera de Venezuela, a países NO productores de crudo, puedes entender más la realidad venezolana, pues llenar un tanque de gasolina de un auto tipo sedan (Corolla) te cuesta el equivalente a un buen Jean o a un par de zapatos de marca aquí en Venezuela, mientas que llenar ese mismo tanque de gasolina en Venezuela te sale en menos del precio de una cajita de chicle, y si le echas de 91 octanos, te sale prácticamente GRATIS.
Si Venezuela fuese un país PRODUCTOR de alimentos y medicinas, otro gallo cantaría, pues como es de barata la gasolina, así también serían los alimentos y medicinas, pero lamentablemente somos productores solo de crudo, y la GASOLINA que es lo ÚNICO BARATO que hoy en día se consigue en todo el país, debido a que la producimos, NO la podemos ingerir… De este gran drama nacional podemos sacar una gran lección, y es que NO se debe DEPENDER de una sola cosa, TODOS en la vida necesitamos tener un PLAN B… ningún trabajo, cargo, posición política, riqueza material, influencia o placer de esta vida terrenal, es ETERNO; todo lo que es del mundo es PASAJERO; mientras se tiene y se dispone, se vive y se disfruta de la mejor manera, pero nunca nos debemos olvidar de prever y considerar un PLAN B, el cual sin duda, en algún momento lo pudiéramos llegar a necesitar.
Confiar en las riquezas o fortalezas del presente, Dios lo considera una necedad (Lucas 12:20); pues, lo que hoy es, mañana pudiera no ser. Nuestra confianza debe estar en Dios nuestro Salvador, quien es inmutable e inconmovible, y para quien TODO es posible. Por tanto, encomendemos a Él nuestro camino y oremos siempre a Dios para que nos ayude, nos guíe, nos dé inteligencia y sabiduría a fin de identificar y prever ese PLAN B que cada uno debería disponer para cuando le toque enfrentar cualquier sinsabor que le quiera alcanzar en la vida… ¡Dios nos ayude y nos guíe siempre!
Domingo Arana
Evangelista y músico
domingoarana@hotmail.com