/FreepikCuando tú no das, no es Dios el que pierde, perdemos la posibilidad de una cosecha; sin embargo, lo que desagrada a Dios es la falta de fe, ya que si creyéramos su Palabra entenderíamos que: «Es más bienaventurado dar que recibir». El dijo: «Dad y se os dará»; «el alma generosa será prosperada, y el que saciare el también será saciado». Así que al dar nos volvemos dependientes de Dios, y Él es quien nos da, ya que de lo recibido de su mano es que damos. Y no se da solo dinero, se da la vida, el que no murió para sí mismo difícilmente dará dinero, porque no se negó a sí mismo; las excusas no alcanzan a disimular el mal de fondo. La Biblia enseña: «sed agradecidos».