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Esta podría ser tu última oportunidad, Julio Reyes

No sabemos si mañana tendremos esa misma oportunidad. Hoy es el día que DIOS creó de salvación para ti

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Joel 2:12-13 (NTV): “Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo; entréguenme su corazón. Acérquense con ayuno, llanto y luto. No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones. Regresen al Señor su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar”.
Las oportunidades en la vida hay que aprovecharlas. Ya que tal vez no se vuelvan a presentar jamás.
No quiero ser trágico o pájaro de mal agüero, pero si esta fuera la última oportunidad de salvación para ti, ¿qué harías? ¿La tomarías o la dejarías pasar?
No sabemos cuándo nos toque el momento de partir de la tierra. Lo que si sabemos es que tarde o temprano lo haremos.
Y DIOS como es un DIOS de oportunidades sigue dándonos todos los días oportunidad de salvación.
¿Pero qué si esta es la última?
Cómo dice un refrán popular: “Más vale un pájaro en mano, que 100 volando”.
Asegura hoy tu cupo en la presencia de Dios por toda la eternidad.
No sabemos si mañana tendremos esa misma oportunidad. Hoy es el día que DIOS creó de salvación para ti.
Dios te ama, vuelve a Él.
Cuando el pueblo de Dios escuchó sobre la advertencia del juicio que les iba a caer (Joel 2:1-11) y sobre el arrepentimiento (Joel 2:12-13), empezaron a acercarse al Señor y a pedirle perdón por sus pecados. Como resultado, Dios los perdonó y prometió restaurar sus vidas y darles la prosperidad material.
No hay nada que detenga el amor de Dios por ti, por muy grande u horrible que sea tu pecado, Él te ama. Acércate a Dios este día y habla con Él. Sé sincero y arrepiéntete de todos tus errores. No dejes pasar esta oportunidad porque puede ser la última.
Puede ser el último llamado al arrepentimiento:
Dios, antes de castigarnos o condenarnos, siempre nos hará un llamado al arrepentimiento. Sin embargo, la decisión está en nuestras manos.
Toma una decisión y espero que sea la de escuchar la voz de Dios. Hay creyentes que se lamentaron por no tomar una decisión buena y oportuna. «… ¡Si tan solo no hubiera despreciado todas las advertencias! ¿Por qué no escuché a mis maestros? ¿Por qué no presté atención a mis instructores?» (Proverbios 5:11-13).
Cuando no sabemos de los beneficios que disfrutaremos cuando perdamos la oportunidad, no nos preocupamos mucho ni lo sentimos tanto.
Pero qué angustia y sabor amargo sentimos en la boca del estómago cuando realmente sabemos lo que nos perdimos por no aprovechar la oportunidad.
Esta sensación la tuve en un viaje que hice a Tucupita a visitar a mi familia. Cuando regresaba para tomar el único ferry que zarpaba para Margarita, este ya estaba a punto de salir. El señor que me llevaba en el taxi al pararse al frente de la terminal me dijo: “Hijo corra que lo va a dejar el ferry”.
Para colmo de males no tenía el boleto comprado. Tenía que pasar por taquilla comprándolo. Con un nudo en la garganta y una angustia en mi corazón. Tomé dos bolsos de equipaje que traía y eché a correr con todas mis fuerzas.
¡Qué angustia, qué desespero! Al llegar a la taquilla. Sonó el primer silbato del ferry para su salida. Usualmente dan tres silbatos para zarpar.
La angustia creció más en mi pecho. La chica que me atendía sabía también el significado de esos tres silbatos. Me miró a los ojos y aligeró al máximo el proceso. Cuando tomé el boleto en mis manos con la misma arranqué con bolsos y todo a correr por ese gran estacionamiento que me separaba del barco. Y escuché el segundo silbato.
Ya para ese momento la agitación era mayúscula.
Pero no dejé de correr. Porque allí estaba la oportunidad de llegar ese día a Margarita. Los señores encargados de subir la compuerta del barco me hacían seña que corriera más.
Amados cuando logré subirme a ese barco. Sonó el tercer silbato. Estaba tan cansado que la lengua literalmente como dicen en mi pueblo: “la tenía de corbata”.
Pero también había en mi corazón un sentimiento de gozo y contentamiento porque lo había logrado. No había desaprovechado la oportunidad de venirme en ese barco.
Porque si no hubiese tenido que pernoctar dos días en Puerto La Cruz. Y el presupuesto no me alcanzaba para eso”.
Hijo(a) no pierdas la oportunidad de la salvación hoy.
Que tengas un hermoso y bendecido día.

Julio Reyes
Pastor

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